Traduccion - Seduciendo a Edward





 

SEDUCIENDO A EDWARD                                                                                                    Translated By Cynthia35

Capitulo 1

Ver dormir a Bella era siempre la parte más importante de mi día. Puede parecer un poco raro, pero los momentos en los que ella no estaba consciente, eran los que me permitían aprender más sobre ella. Bella no tenía ninguna oportunidad de guardar sus pensamientos de mí cuando dormía, yo había escuchado todo lo que estaba pensando, incluso en tan sólo ocho horas. Ahí es donde yo estaba, mirando a Bella sonar, cuando mi teléfono vibro en mi bolsillo. Odiaba los teléfonos celulares, me parecían inútiles, siempre sonando en el momento más inoportuno. .
El nombre que apareció en la pequeña pantalla era el de Alice. Creció entonces mi preocupación, no porque me llamara Alice, sino porque ella sabía que no debía llamarme cuando estaba en la casa de Bella a menos que fuera una emergencia.
Le respondí rápidamente.
"¿Edward?" Pregunto, a pesar de lo obvio.
"Sí, Alice, soy yo."
"Edward tienes que venir a casa ahora".
"Alice, estoy con Bella, no puedes esperar hasta la mañana?"
"Edward tuve una visión... sobre Bella. Tú necesitas "ver" esta visión".
"Bien." Dije de mala gana, cerré automáticamente el teléfono.  Odiaba dejar sin protección a Bella, pero estaba seguro de que esto no tardaría mucho. Le di un beso a Bella en la mejilla antes de salir. La carrera a mi casa apenas duró tres minutos, por lo que antes de darme cuenta ya estaba caminando a través de mi puerta.

Lo que vi al llegar me puso nervioso. Los seis miembros de mi familia estaban esperándome en la sala, con ojos brillantes, mostrando en sus miradas, a la vez, maravilla y alegría?
"Sera mejor que esto sea bueno." Dije poniéndome una máscara de indiferencia.
"Oh, lo es" dijo Emmett sentado en el brazo del sillón. Sin embargo, la sala se llenó de silencio.
"Bueno ¿qué es?" Les pregunte cada vez más impacientes.
Se veían unos a otros, y sus miradas se tornaban cada vez más nerviosas al pasar de una persona a otra. Esto fue suficiente para sacarme de quicio. "Sólo dime lo que va a pasar ya. Dejen de ser tan misteriosos."
"Tienes que ver por tú mismo, Edward." Dijo Alice, y su voz resonó musicalmente a través de la habitación.  Ella se levantó de su posición en el sillón y Jasper dio un paso en mi dirección. Ella también, al igual que los demás, parecía nerviosa.
"Bien entonces, vamos a "ver que es…".
Una habitación de color amarillo brillante, la luz del sol filtrándose a través de la grieta que el viento había hecho en las cortinas. La sala cobro un tono maternal. Parecía como si cada espacio de esta se hubiera llenado con el amor y la felicidad del bebé que extendía los brazos a sus padres. Toda la habitación se veía sepia, una cuna de madera redonda fue el punto focal en la visión. El bebé ahora estaba dormido, era como si la brisa le hubiera molestado, comenzó a revolverse en su sueño. Después de unos minutos estaba gritando. El estridente sonido penetro la calma y la quietud de la habitación. Luego, la puerta se había deslizado abriéndose, sólo para revelar la silueta de Bella, en su ropa de cama. Caminaba apresuradamente hacia un lado de la cuna, para levantar luego en los brazos al bebé. Ella lo sacudió suavemente, tarareando su nana. Un par de brazos se enroscaron alrededor de su cintura. "Creo que él estaba soñando" susurró ella, acomodando la cabeza del infante  contra su pecho. Después de unos momentos el bebé parecía haberse olvidado de todos sus problemas, y cayó de nuevo en la tranquila serenidad del sueño. Bella lo acostó de regreso en la cuna suavemente. Se quedo parada allí admirándolo. Luego recostó su cabeza hacia atrás en el pecho de quien la abrazaba. "Él es hermoso”. “Un milagro”. Susurró Bella.  "Nuestro milagro" Dijo Edward descansando su barbilla sobre la cabeza de ella.
La visión terminó tan rápido como comenzó. La habitación del bebe se extinguió, dejándome nuevamente en la sala. En el presente. Donde seis pares de ojos estaban sobre mí. Sin lugar a dudas a la espera de mi reacción a lo que acababa de ver.
Después de eso, cuando se dieron cuenta de que yo no iba a decir nada, Carlisle rompió el silencio que había envuelto la habitación.
"Edward, podemos hablar en mi oficina?"
Yo asentí con la cabeza, todavía estaba demasiado sorprendido para hablar. Caminamos a su oficina en silencio. El único sonido fue el de la puerta al cerrarse con dureza contra el marco de madera.
Abrió su boca para hablar, pero mis palabras lo interrumpieron.

"¿Cómo?" Fue todo lo que pude decir, mi mente todavía se devanaba tratando de entender aquellas imágenes.
"Eso es de lo que quería hablar contigo. Cuando Alice llegó por primera vez a mí con su visión, yo estaba... dudando, pues no podía creer en la veracidad de las mismas. Alice, sin embargo, parece absolutamente segura de que esto sucederá. Ella ha dicho que es la visión más clara que ha tenido, como si nada pudiera impedir que el destino tome su curso. Así que empecé a pensar. Los vampiros no se supone que tengan hijos. No es lógico. Pero entonces la realidad me golpeó. Nunca me había sentido tan estúpido en toda mi vida. Nadie lo ha intentado nunca”.
“Los vampiros no tienen relaciones sexuales con los mortales, hombres o mujeres. He sido un médico, Edward, un hombre de ciencia, durante cientos de años, pero nunca puse en tela de juicio que esto fuera imposible. Supongo que no lo es. Ahora que sabemos que se puede hacer, ¿qué piensas hacer al respecto?” Preguntó esperando una respuesta.
Mi mente había estado trabajando en esa misma pregunta desde que el empezó a explicarse. Entonces, mi cabeza hizo un clic, yo haría lo que me parecía mejor para Bella.
"Nada", dije en tono de inflexión y Salí de la oficina, dejando que la puerta se cerrara en un estruendo contra el marco, dejando a Carlisle aturdido, detrás de mí.
Llegue como un relámpago a la sala, encontrando a mi familia, por lo que parecía ser la centésima vez esta noche, mirándome intensamente, con la incertidumbre grabada en sus rostros. Alice, sin embargo, parecía ser la más sorprendida. "¿Por qué?” su voz musical sonó demasiado baja, incluso para mis oídos. Yo me detuve en la puerta, mi mano apoyada ligeramente en el picaporte como para abrirlo.
Esa fue la única de las preguntas que escuche esa noche, para la cual si tenía respuesta.
"Ella merece tener la vida más normal que yo pueda darle. Bella sólo tiene diez meses más hasta el momento en que eligió cambiar para siempre. Ella merece vivirlos todo lo normal que sea posible. Ella necesita ser libre. Necesita vivir su juventud al máximo en este poco tiempo. ¿Quién soy yo para arrebatarle los últimos meses humanos que le quedan?” Le susurre a Alice, sin moverme. Luego salí por la puerta y me dirigí de nuevo hacia la casa de Bella.
Mientras corría me cerré a todas las esperanzas de las que me había llenado, cuando me di cuenta, que yo era el padre del bebe de Bella, en la visión de Alice.
Un bebé.
Mi bebé.
Esta era una de las tantas cosas que me vi obligado a aceptar, cuando entendí en lo que me había convertido. Siendo humano, había pensado que llegaría el día en que tendría un hijo propio, cuando deje de serlo acepte que eso nunca sucedería. La visión de Alice reavivó aquel anhelo.
Me encontré sentado en el borde de su ventana, mirándola como tantas veces lo había hecho.
Bella.
Mi Bella.
Y entendí que no importaba cuánto yo quisiera esto, yo nunca se lo diría, ni tampoco le permitiría a Alice mencionar lo que había visto a Bella. Ella realmente merece toda la normalidad que pueda, conmigo como su novio.
Sólo quisiera que Alice lo viera a mi manera y mantuviera la boca cerrada. Estos pensamientos colgaron de mi cabeza, cuando me di cuenta de que yo sabía que ella le diría a Bella de su visión, en la primera oportunidad que se le presentara, y no había nada que yo pudiera hacer para evitarlo.


Capítulo 2

Me desperté al sentir unos brazos fríos, envolverse alrededor de mi cintura. Esta, indudablemente, es mi manera favorita de despertar.
"Buen día." Me dijo, esparciendo el dulce aroma de su aliento sobre mi cara. Me deslumbro por un instante.
"Lo estás haciendo de nuevo", dije, tratando de sonar molesta, pero fracasando estrepitosamente.
"Hacer qué?" Preguntó inocentemente. Sus ojos cada vez más dorados y brillantes.
"Deslumbrarme, con tu mirada" dije divertida.
"¿Quieres decir como esta?" Se burlo, enviando otra fría ráfaga de su aliento en mi cara. Me olvidé por un segundo lo que estaba diciendo, y ya podía sentir que mis ojos se ponían vidriosos.
"Bella, Bella, Bella". Edward frunció los labios, bromeando.
"¿Qué voy a hacer contigo?"
"Quédate", dije en voz baja. Sólo habían pasado unas pocas semanas desde que Alice y yo fuéramos a Italia para salvar a Edward de los Volturi. Sin embargo, yo no estaba totalmente segura de que mantuviera su palabra y se quedara.
Dejó de reír, tan pronto como las palabras salieron de mi boca, se veía herido.
"Aún no me crees ¿verdad? Pregunto quedo.
"No es que no te crea, pero vamos Edward, honestamente. Que me hace lo suficientemente buena para ti? No soy especial. Estoy segura de que fácilmente podrías encontrar a alguien más bonita que yo o más inteligente que yo. Nunca tuvo mucho sentido que tú me amaras y todavía no lo tiene, incluso ahora”.
Con cada palabra que pronunciaba, el enojo de Edward crecía y se hacía más evidente en su mirada.
"Bella, ¿cómo puede ser que te sientes ahí me digas que no eres especial? Eres hermosa, amable, cariñosa. Puedes entender que tú eres mucho más de lo que pude haber pedido. Sinceramente quisiera saber lo que hice para merecerte"

Aunque Edward se hubiera mantenido fuera de la dieta humana y que había salvado mi vida, una inconmensurable cantidad de veces, al parecer todavía se veía a sí mismo como a un monstruo, condenado por la eternidad. Sin lugar en el más allá. Algo que él sentía que no cambiaria.
Ambos nos quedamos allí mirándonos el uno al otro, el silencio llenando mi habitación.
"Tengo que prepararme para la escuela." Dije finalmente para romperlo.
"Me parece bien, tengo que ir a buscar mi coche de todos modos."
"O K." dije agarrando mi bolsa de aseo y dirigiéndome al cuarto de baño.
Antes de que pudiera de entrar a la ducha, sonó mi teléfono. Me envolví con una toalla y salí a buscarlo.
“Hola" contesté sin aliento.
"Bella?" la melodiosa voz de Alice, sonó desde el otro extremo.
"Sí Alice".
"Bella, Jasper y yo tenemos algo que decirte. ¿Crees que puedes perder la clase de Gimnasia de hoy, y esperarnos frente a mi auto en el estacionamiento?"
El hecho de que Alice hubiera dicho que Jasper necesitaba hablar conmigo disparo mi curiosidad, y nerviosismo. Desde mi fiesta de cumpleaños, él se mantuvo alejado de mí, incluso más de lo normal. El hecho de que él estaba dispuesto a acercarse a mí, sólo para hablar me pareció sorprendente.
"Claro, Alice, ¿está todo bien?"
"Voy a contarte todo más tarde, Edward acaba de salir para tu casa."
"O.K. Alice, nos encontramos en el coche entonces. “
"Gracias Bella"
"No hay problema Alice"
"¡Oh y Bella, crees que podemos mantener este pequeño encuentro entre nosotros por ahora?"
"Claro..." le dije, un poco sorprendida por su petición.
"Gracias Bella, te veré más tarde".
"O.K. Alice, Adiós ".
"Adiós"
Puse el teléfono de nuevo en el receptor y camine de vuelta al cuarto de baño un poco aturdida.
Primero que Jasper iba a estar allí y ahora que no debo decirle a Edward? Algo estaba sucediendo. Se podría decir entonces, que me esperaba un largo día. Hasta la hora de gimnasia al menos.
Edward me esperaba cuando salí del cuarto de baño.
"Esa fue una larga ducha, Vamos o llegaremos tarde" me dijo antes de levantarme en andas y llevarme volando a su coche.
Cuando llegamos allí Alice estaba de pie como de costumbre, esperándonos.
Cuando bajamos del auto, Edward la miró con recelo, como Alice lo miro a él. Tienen que haber tenido otra de sus conversaciones privadas de nuevo.
Sin una palabra Edward me tomo por la cintura y nos marchamos hacia el primer bloque. Gire la cabeza hacia atrás para mirar a Alice. Cuando ella me vio, asintió para luego marcharse hacia su clase.
El día pasó como la neblina y antes de que me diera cuenta, era la hora del almuerzo.
Alice ya estaba en la mesa, que compartíamos con mis otros amigos, nos sentamos en silencio. Alice y Edward nunca se miraron directamente el uno al otro. Después de unos veinte minutos de incómodo silencio, yo ya había tenido suficiente.
"Puede ser que alguien me diga lo que pasa aquí?" Dije y el silencio anterior a mis palabras hizo que mi voz sonara más fuerte de lo normal.
Edward sonrió una de mis sonrisas favoritas, esas que nunca llegaban a sus ojos.
"No, no me digan que no es nada" Grite. Estaba realmente molesta ahora, y creo que ambos se dieron cuenta.
Alice y Edward, por primera vez desde esta mañana, se miraron el uno al otro.
"Realmente Bella no es nada, solo una discusión infantil. Es todo". Dijo Edward, mirándome a los ojos. Alice parecía que estaba a punto de decir algo, cuando Edward la cortó.
"Verdad Alice?", Dijo repentinamente serio. 
"Cierto, Edward" Alice dijo entre dientes. Nunca la había visto enojada. Ella parecía totalmente diferente de lo habitual. Más peligrosa, menos paciente y más felina. Yo sabía ya que no era conveniente hacerla enojar.
Antes de que nos diéramos cuenta sonó la campana, es decir, termino el almuerzo. Por suerte para mí, la próxima hora era de la de Gimnasia, y podría finalmente preguntarle a Alice cual había sido el 'desacuerdo' entre ella y Edward.
Como de costumbre, el me acompaño hasta las puertas del vestuario. Nos despedimos y luego en lugar de entrar a cambiarme, seguí caminando en línea recta y cruce la puerta hacia el estacionamiento. Cuando llegue al espacio en el que normalmente ella estacionaba, no me sorprendió en absoluto encontrar que Alice y Jasper, ya estaban allí esperando por mí.
A Alice se le iluminaron los ojos cuando me vio, Jasper gruñó, y después pareció relajarse. Yo sabía que esto era difícil para él, así que di por sentado que lo que fuera que tuvieran que decirme, era muy importante. De lo contrario, no pondrían en riesgo mi seguridad.
Cuando finalmente llegue Alice me abrazó fuertemente y luego se alejo. La preocupación se leía en sus perfectos rasgos.
"Bella tengo que decirte algo, pero no te enloquezcas, o.k.?"
"Claro" le dije, preparándome a mí misma para lo peor.
"Tuve una visión y en ella se encontraban tu y Edward en una habitación, sosteniendo a un bebe de ustedes", dijo apurada. Tuve suerte de haber oído.
"Debe ser un error Alice, Carlisle dijo, que los vampiros no pueden tener hijos." dije sintiendo un vértigo, súbitamente y también algo mas… ¿quizá decepción?
"No, Bella, esto va a ocurrir. Es la visión más clara que he tenido. Es como si el destino ya ha determinado que va a suceder. Por favor, no dudes de mi Bella."
"¿Le dijiste a Edward lo que viste?"
"... Sí" dijo Alice vacilante.
"¿Qué opina el al respecto?"
"Él dijo que nunca podría quitarte el poco tiempo de normalidad que queda en tu vida y que no quiere que tu tengas que renunciar a nada más. Pero sé que realmente anhela esto Bella, lo que nos lleva a por qué está aquí Jasper.", dijo mirando en su dirección.
Yo también lo mire, estaba más pálido de lo habitual, como si se encontrara realmente cansado.
"Bella, en un primer momento, cuando Alice le mostraba a Edward su visión, el sintió celos. Yo creo que fue porque pensaba que tu estaba con otra persona, pero cuando se dio cuenta de que él era el padre del bebé, su alegría fue inmensa, fue lo más feliz que lo he visto desde que él te conoció. Sin embargo, cuando comenzó a procesar lo que esto significaría para ti, mostró una intensa determinación de no dejar que esto arruine tu vida." Dijo Jasper ajustando su mirada color ónix, sobre mí."
"Bella". Llamo Alice, yo gire para quedar frente a ella.
"Edward nunca pensó que podría tener un hijo. Él acaba de agregar esto como otra cosa en la lista que lo hace más inhumano, un monstruo, como le gusta decir de sí mismo. Él realmente desea esto. Pero sé que él no intentara conseguirlo."
"¿Por qué ninguna de ustedes se ha embarazado?" Le pregunté.
"Debido a que nuestros óvulos mueren con nosotras, tu todavía tienes los tuyos".
"Y no hay ninguna prueba de que esto haya sucedido antes?"
"Pues lo siento Bella, pero lo que tú tienes con Edward, no se ha logrado o imaginado nunca antes. La mayoría de los vampiros no consideran a los seres humanos como otra cosa más que alimento".
Mi mente estaba trabajando muy duro para procesar la información que me acababan de dar. Yo sabía que iba a ser transformada en sólo unos meses y que esta podía ser mi única oportunidad de tener un hijo en absoluto. Siempre sentí que podría ser una buena madre. Sin embargo, había dejado de lado todas las cosas con las que había soñado, cuando entendí que no podría hacerlo estando con Edward, y el valía mi sacrificio. Ahora que yo sabía que podía tener un hijo de Edward y que el también lo quería, mi vida era perfecta. Lo único que se interponía en nuestro camino ahora era el hecho de que Edward ya había decidido que por más que le doliera dejar pasar la oportunidad, su sacrificio valía la pena, para  hacer mis últimos meses de mi vida lo más normales posible.
"Bien entonces ¿qué tenemos que hacer para lograr que Edward cambie de opinión? ¿Cuál es el plan?".
“El plan es seducir a Edward” dijo Alice, luciendo maquiavélica. Sabía que ella tendría un truco o dos bajo la manga. La pregunta era ¿cuáles serian?, ¿Y, qué haríamos si Edward descubría nuestro plan?
"¿Cómo se supone que voy a hacer eso? Edward es el que siempre me deslumbra, y ahora quieres que yo trate de deslumbrarlo a él?". Yo no estaba tan segura de que esto pudiera funcionar. ¿Cómo podría yo seducir a Edward?
Fue entonces que intervino Jasper.
"Confía en mí Bella, no es sólo necesidad de protegerte lo que Edward siente cuando está a tu lado, hay otros sentimientos, justamente, los que tu vas a tener que utilizar para conseguir tu cometido".
Bella, ¿estás segura de que quieres hacer esto? Sé que tu harías cualquier cosa por Edward, pero tener un hijo es un gran paso?" dijo Alice, parándose a mi lado.
"Lo sé Alice, pero como dijo Edward, a mí sólo me quedan unos pocos meses siendo humana, y cuando me transforme, será imposible para mi tener niños. Yo siempre lo he deseado y ahora que sé que puedo tenerlo con Edward, quiero hacerlo, antes de que sea demasiado tarde. Yo quiero hacer esto"
El único problema es ¿cómo?

Capítulo 3

Me dirigí de prisa hacia el vestuario después de mi reunión con Alice y Jasper. Todo el tiempo preguntándome a mí misma, una y otra vez, lo que acababa de aceptar hacer, yo iba a seducir a Edward.
Edward de todas las personas. El siempre tuvo tanto cuidado de nuestros besos y ahora yo estaba tratando de llevarlo a la cama.
¿Todo esto por un bebé? Me golpee yo misma, mentalmente, por pensarlo. Yo quería este bebé.
Yo había anhelado ser madre desde que era pequeña y jugaba con las muñecas.
Cuando supe que Edward no podría tener hijos, me imaginé que si no el no podía, yo no los tendría. Ahora parecía que si podríamos. Ahora, yo, no sólo podría volverme inmortal, sino también, podría tener un hijo con la persona que realmente amaba. Me quede paralizada en ese instante, yo iba a 'morir' para transformarme, en menos de diez meses, de modo que si quería mantener ese plazo, me quedaban menos de 9 DIAS para embarazarme!
Mi mente se congeló en el pensamiento. Tendría que concebir un hijo con Edward en tan sólo nueve días.
Acababa de hacer planes con Alice para ir de compras, para adquirir un look más "seductor", después de la escuela el día de hoy. Tendría que preguntarle exactamente cómo iba a lograr tal cosa en un marco tan acotado de tiempo.
La campana sonó, haciéndome saltar, y me apresure a correr por el pasillo.
Como de costumbre, Edward me esperaba, apoyado contra la pared con el pie descansando sobre ella, como la estatua de Adonis. Cuando me vio sonrió, su típica sonrisa torcida, antes de inclinarse para besarme en la mejilla. Y entonces pensé, que si teníamos que ser más desinhibidos y menos tímidos, sería mejor comenzar de inmediato, de modo que cuando sus labios se acercaron a mi mejilla, gire la cara, causando que nuestras bocas se tocaran. Edward se movió hacia atrás, mirándome con recelo.
Me sonroje.
"¿Qué?" Le pregunte, haciéndome la desentendida.
"Nada. ¿Cómo fue la clase de gimnasia? “
"Como siempre, no hice demasiado." Le mentí, evitando mirarlo a los ojos.
"¿Tienes que trabajar después de la escuela hoy?" me preguntó, sosteniendo mi mano.
"No, le prometí a Alice que la acompañaría a hacer compras hoy." Dije, tratando de sonar resignada.
Su cabeza giro como un azote, y sus ojos se abrieron demasiado.
"No tienes que ir si no quieres", dijo apurado. Sus ojos topacio se detuvieron en los míos. El conocía a Alice.  Probablemente pensó que ella me lo contaría todo cuando estuviéramos de compras. Estaba tratando de impedirlo.
Lástima que su intento había fallado por una hora.
"Está bien Edward, sólo iremos de compras." Dije, fingiendo confusión.
"Lo sé, yo sólo pensaba que podría llevarte a la pradera por un rato, y traerte a tiempo antes de que Charlie vuelva a casa." Edward sabía que yo amaba mucho nuestro prado, él estaba haciendo su mejor esfuerzo para que no me vaya con Alice. Esto iba a ser mucho más difícil de lo que yo había previsto.
"¿Qué tal si vamos mañana?, no tengo que ir a trabajar. Además, ya le dije a Alice que iría con ella. ¿Qué clase de persona sería yo si la dejo plantada?, ella parecía muy entusiasmada.
Yo no estaba mintiendo acerca de eso. Después de todo, cuando le dije a Alice que le permitiría hacerme un cambio de imagen, ella había comenzado a saltar arriba y abajo, alegremente.
"¿Sabes lo que esto significa, verdad?” Había dicho ella envolviéndome con su voz melodiosa como seda.
"No, no, Vamos Alice, solo una cosa”. Me queje.
"Vamos Bella ¿realmente crees que puedes ser seductora con lo que tienes actualmente en tu guardarropas? Tenemos que darle un toque más atrevido a tu aspecto. Además creo que es hora de que te hagas un cambio de look."
Tuve que admitir que ella tenía razón. Yo realmente no tenía ninguna prenda que Edward no hubiera visto ya, por lo tanto, y para su deleite, accedí.

Para cuando salí de mi ensimismamiento, me encontré con la mirada sospechosa de Edward.
"Sí creo que podríamos ir mañana." Admitió, finalmente derrotado. Él parecía tan desanimado.
¿Estaría haciendo lo correcto, siguiendo adelante con esto? Jasper me dijo que era algo que Edward siempre había querido. “Tal vez simplemente no lo quiera conmigo…” pensé.
Llegamos a la entrada de nuestra clase de Psicología y nos sentamos en nuestros asientos habituales. Todo el tiempo me preguntaba si estaría haciendo lo correcto.




Me senté junto a ella preguntándome ¿Ella ya lo sabrá o será que Alice planea decírselo cuando vayan de compras? Bella nunca fue una buena mentirosa, y no me pareció que ella estuviera mintiendo en nuestra conversación reciente.
Todo el tiempo que estuvimos juntos hoy me he preguntado qué haría si ella se enterara. ¿Cómo reaccionaría ella? Sus reacciones siempre me han impactado y nunca fue muy razonable, yo asumiría que ahora no sería diferente.
Había tratado de disuadirla para que fuera con Alice. Hasta incluso le había ofrecido llevarla a su prado. Pero ella había declinado mi oferta. Tal vez ella realmente quiere ir de compras. Yo sabía que tendría que hablar con Alice, tan pronto como pudiera, para tratar de averiguar si ya se lo había dicho a Bella. Y también para tratar de evitar que lo haga si no le había dicho ya. Bella, se movió de repente arreglando su camisa, tirando de esta hacia abajo, uno de sus hábitos, que ahora capto mi atención sobre su vientre plano. No pude evitar imaginar su estómago agrandado cargando a su hijo.
Nuestro hijo.
¿Quien era yo para decidir esto de todos modos? Tal vez debería contarle sobre de la visión de Alice. Quizás ella quisiera intentarlo.
¿A quién estaba engañando?, ¿por qué Bella querría pasar sus últimos meses humanos embarazada? ¿Cómo manejaría tener que decirle a Charlie que estaba embarazada? Yo sólo debería renunciar a la idea de ser padre. Ya lo había hecho, cuando descubrí en que me había convertido. Yo sólo tenía que hacerlo de nuevo. Por Bella.



Miré a Edward por el rabillo del ojo. El estaba mirando fijamente la pared al lado del pizarrón, perdido en sus pensamientos. Sabía que no le prestaba atención al profesor, pero en realidad él no necesitaba hacerlo realmente, ya había tomado cuatro cursos de la escuela de psicología y conocía bien todo el material.
Aleje la vista del, y preste atención a la clase a la que estaba asistiendo, la Sra. Marshall estaba hablando del lenguaje del cuerpo y decía algo sobre cómo se podría decirse lo que una persona estaba pensando o sintiendo solo por la forma en que su cuerpo se movía o reaccionaba. Al instante yo estaba alerta y tomando notas. Simplemente porque no pueda leer la mente de Edward no significa que no puede aprender a interpretar lo que su cuerpo sugería que estaba sintiendo. Definitivamente tendría que hablar con Jasper sobre ellos, la próxima vez que lo viera.
Había aprendido que cuando se miente, si la persona estaba contando una historia, añadiría más detalles de lo que es realmente necesario. Casi como si estuvieran tratando de convencerse a sí mismos. Este es un reflejo. Todos los tenemos. La clase fue interrumpida por el timbre. El estridente ruido acabo con mi concentración. Edward se levantó, al igual que yo, y nos movimos fuera del aula.
"Te veré afuera Bella, tengo que ir a hablar con Alice un momento.", dijo besándome en la frente. Me dirigí a mi casillero sola. Ya sabiendo que yo era el tema de conversación.
Me di prisa para llegar al estacionamiento, sólo para encontrar que Edward se había ido y a Alice apoyada en su automóvil, y con una sonrisa en su cara de porcelana.
"Le dije a Edward que íbamos desde aquí al centro comercial y que podría llevarte a casa." Dijo ella todavía sonriendo.
"¿Estás segura de que quieres hacer esto?" Pregunto de repente muy seria.
"¿Estás segura de que el realmente quiere esto? Quiero decir, ¿y si nos equivocamos?" La contrarreste.
"Confía en mí Bella. Deberías haber visto sus ojos brillar cuando se dio cuenta de que él era el padre de tu bebé. Él siempre pensó que se le había negado la paternidad. Ahora sabe que es posible. Él quiere esto. Me parece que no se da cuenta de que es posible que también tú quieras esto." dijo mientras que nos subíamos a su automóvil, un Honda civic de color amarillo.
"Umm ... Alice tu sabes que en 10 meses hare mi transformación, ¿verdad?"
"Por supuesto, Bella.”
"Entonces, tu sabes que eso significa que sólo tengo nueve días para lograrlo."
"Lo sé, Bella"
"Y no estás para nada preocupada, ¿por qué?"
"No, porque yo tengo confianza en mis planes." dijo Alice simplemente, luciendo por completo despreocupada.



Yo estaba casi llegando a la puerta cuando me di cuenta de algo. No había escuchado un solo pensamiento desde que llegue a casa.
Esto siempre ha sido una mala señal.
Los únicos momentos en que nadie pensaba nada por aquí eran aquellos en los que, por algún motivo, no quieren que yo sepa algo. Algo estaba estaban ocultándome, eso era seguro.
Me acerqué a la puerta con cautela, sabiendo que algo me esperaba del otro lado.
Y tenía razón.
Al entrar en la sala me di cuenta de dos cosas: Mi familia entera, con excepción de Alice, me esperaba. Y en segundo lugar, a juzgar por el aspecto de sus caras, esta no iba a ser una velada muy agradable.
"Edward, ¿por qué no tomas asiento?" Preguntó Carlisle de un lado del sofá.
"¿Qué es todo esto?" Le pregunte al tomar asiento en una silla cerca de la ventana.
"Nosotros sólo queríamos preguntarte algo." Respondió Esme, con su dulce y suave voz.
"Dispara" Murmure, nada emocionado.
"¿Por qué?" Preguntó Carlisle aparentemente aturdido.
"¿Por qué, que?" Le pregunté confundido.
"Déjate de pavadas Edward, tu sabes de qué estamos hablando. “Dios, ¿por qué diablos eres tan malditamente egoísta!" Grito una voz, cerca de Emmett en el sillón.
Me volví para mirar a Rosalie, conmocionado, no sólo por su estallido, sino por la sorpresa de que ella se preocupara por los problemas de cualquier otra persona, fuera de sí misma.
"Quiero decir, de verdad… ¿Crees que Alice, Esme, o Yo, dudaríamos de saber que podríamos tener hijos? Tú puedes, Edward, ¡y eres demasiado egoísta para hacerlo! Edward, hazte cargo, no es que tu no desees un hijo, ni tampoco que temas que Bella no lo desee, porque tú sabes que ella no te negaría nada. ¡Ella querría!, pero tú eres demasiado egoísta de hacer algo al respecto” “Tienes miedo, Edward, tu miedo es que el bebé te vea como te ves tú mismo, como a un monstruo, y que debido a eso tu hijo te rechace. Edward si de verdad, tú fueras un monstruo, tendría los sentimientos, los miedos que tienes. No sólo te niegas la oportunidad a ti mismo, sino que se la niegas a Bella también. ¿Alguna vez te detienes a pensar en lo que ella quiere? Edward estas siendo irracional, y todos queremos saber por qué." gritó Rosalie.
"Te dije el por qué, ¡ella merece una vida normal!” Dije apretando los dientes, yo siempre supe que Rosalie era del tipo de persona que grita por cualquier cosa, pero nunca se me ocurrió que la vería gritar a favor de Bella.
"Pues lo siento, Edward, pero en caso de que no te hayas dado cuenta, es un poco tarde para hablar de “normalidad”, en la vida de Bella, ahora". Dijo Emmett desde atrás de Rose. Su tono era grave. En todo el tiempo que lo conozco, las únicas veces en que lo he escuchado hablar así de serio, han sido cuando Rosalie estuvo en peligro.
La confusión me embargo, una vez más. Pero había estado en lo cierto sobre algo.
Este sería un día muy largo.



Jasper nos esperaba en el estacionamiento. Se reunió con nosotras allí, para que Edward no sospechara de que el nos acompañaría. Edward todavía no confiaba en Jasper por completo, y no le permitía estar muy cerca de mí. Sé que Jasper tampoco lo hacía, pero entendí, que yo no era la única persona en la familia que quería que esto suceda.
Sabía, sin embargo, que él estaba siendo más prudente que nunca, si esto fuera posible. Alice se subió al automóvil apresuradamente. Ella me recordó a un niño a punto de entrar en Disney. ¿En qué me estaré metiendo?
"O.K. Bella, no sólo te haremos un cambio de imagen, sino que, mientras tanto, Jasper v a ayudarte a comprender mejor los sentimientos de Edward, para que tú puedas manipularlo mejor, ¿entiendes?”
"Claro, ¿A dónde vamos primero?" Le pregunté, ahora, realmente emocionada.
"En primer lugar, mi querida, vamos a repensar tu peinado." Dijo Alice, riendo.
"Espera, yo nunca supe que fuera parte del plan cortarme el pelo" grite. Esto era una cosa inesperada.
"Ven una Bella, Te quiero, pero tú necesitas desesperadamente un nuevo corte de pelo. Y ya que estamos en esto, creo que podrías hacerte algo un poco más...sexy ".
"A Edward le gusta mi pelo." Contrarreste.
"Bella, te cortaras el cabello, ten confianza se verá bien, y a Edward le encantara." dijo ella, con voz enérgica.
Pensé entonces, que no era muy prudente discutir con ella, toda vez que su mente estaba decidida. Suspire. Supongo que si necesito un nuevo corte de pelo.
Jasper me miró como disculpándose. Él sabía que era inútil ir en contra de Alice cuando se ponía así.
Cinco minutos después, me encontraba en el salón, a punto de que me lavaran el cabello. Alice se encontraba a unos pocos pasos de distancia, charlando alegremente sobre las cosas que me compraría. Mientras tanto, Jasper se mantenía en el último rincón de la habitación, lejos de todo. Cuando notó mi mirada él sonrió. Me sonroje, muy a mi pesar. Me sentí terrible por él, siempre aislado de todo el mundo, a causa de su pasado. ¿Fue duro para Edward cuando se reincorporó a la familia?
Sabia que la principal razón por la que Edward y yo nunca habíamos llegado a tener más "proximidad" antes, era porque aun resultaba difícil, para él, controlar su necesidad. ¿No se lo haríamos aún más difícil al intentar empujarlo?
"Bella". Jasper dijo desde la esquina, sacándome de mis cavilaciones.
"Deja de preocuparte pensando si esto es lo correcto. Edward quiere esto, sé que él lo quiere. Es la única cosa que quería, aun sabiendo que no podría. Piénsalo Bella, Crees sinceramente, que después de toda las vidas que él ha tomado, dudaría en crear una. Él quiere que esto Bella, simplemente no quiere que esto te dañe. “
Yo asentí, teniendo en sus palabras. Tenía razón. Yo sabía, que Edward querría esto.
Esto, era lo único realmente valioso que yo podía darle.

Cuando el estilista termino con el lavado de mi pelo, se volvió a preguntar qué tipo de corte quería. Antes de que yo pudiera decir nada, Alice lo instruyo.
"Mas corto, con capas. Como desmechado, con puntas asimétricas alrededor de su rostro, Desparejo, para hacerlo un poco más sexy. “
Yo chille, aturdida. Ella se mordía el labio inferior estudiándome, como si me faltara algo. Entonces se le iluminaron los ojos.
"Oh, y vamos a darle algunos reflejos ligeros, color chocolate para destacarlos, quizá con un ligero tinte rojizo, no demasiado." Termino mirándose al espejo, complacida consigo misma. Jasper chisto desde la esquina.
Por la próxima hora y media, me senté allí indefensa, mientras mi pelo era cortado, rasurado, teñido, y secado. Todo el tiempo esperando ansiosamente, ver el producto final. Yo confiaba en Alice, pero la mitad de las cosas que ella compró para mí, yo sabía que nunca las usaría. Eche una mirada hacia el lado de Jasper, notando que su rostro reflejaba el mío, sin duda, resultado de su don. Casi de inmediato una ráfaga de calma lleno la sala. Me relaje. Cuando el estilista termino con todo su trabajo, Alice giro mi silla, para que quedara frente a ella, y de espaldas al espejo, por lo que no pude ver el resultado final, hasta que ella lo aprobara. Yo sabía que era sólo pelo, pero estaba nerviosa igualmente. "¿Lista?" Me pregunto.
Todo lo lista que podría estar, pensé.
"Sí". Dije mordiéndome el labio.
Cuando giro la silla, nuevamente hacia el espejo, quede boca abierta. Me mire, por unos segundos,...el resultado era bueno. Muy bueno.
Alice sonreía detrás de mí. Me veía... sexy.
"¿Te gusta?" Pregunto Alice, a pesar de que ya sabía la respuesta.
"Me encanta."
"También le gustara a él." Dijo ella confiada. De alguna manera yo sabía, que ella lo había visto.
"Ahora la ropa.", Dijo sonriendo ampliamente.
"Gracias, ¡oh Diosa de la moda!” bromee agitando los brazos delante de ella. Ya estábamos fuera del salón y ahora caminábamos por el centro comercial. Me sorprendió cuando pasamos caminando por tres de sus tiendas favoritas y no se detuvo.
Sin embargo, no me causo gracia, cuando ella se detuvo delante de la tienda de Victoria's Secret, con una sonrisa maligna en su cara.
"Cuando dijiste ropa sexy, yo asumí que hablabas de prendas visibles." Murmure lamentándome.
"Oh. Pero serán vistas, Edward las va a ver..." me dijo haciendo una mueca cómplice, mientras mi cara se volvía carmesí.
Esto recién comenzaba, y sería un día bastante largo.



La seducción de Edward
Capítulo 4
"Creo que ya tenemos bastantes cosas". Comencé a quejarme. Me había separado de Edward hacia tres y media y ya no disfrutaba de esta tortura en particular.
"Última parada, el patio de comidas." Dijo Alice a mi lado. Ella había se había vuelto loca en esta ocasión. Probablemente podría abrir su propia tienda con todas las cosas que me había comprado esta tarde. Miré a mi izquierda hacia Jasper. El cargaba tantas bolsas que la gente comenzaba a señalarlo. Casi no podía verle la cara, sólo las decenas de bolsas de las diferentes tiendas. Estaría cargando al menos 2.500 dólares en ropa solo en su mano izquierda. Mi mente se horrorizo, odiaba cuando se gastaba tanto dinero en mí.
" El patio de comidas?" Le pregunte, repitiendo sus palabras.
"Bella, No pensaras que he olvidado que tú necesitas comer. Además, no solo traje a Jasper para cargar las bolsas. Tu, mi querida, estas a punto de recibir un curso acelerado sobre mi hermano, digamos… Edward 101". Dijo Alice, que miraba a Jasper, que traía un gesto que yo no había visto nunca antes en su rostro. No había estado tan cerca de él desde hace mucho tiempo, cuando me escondían de James, en el hotel de Phoenix. No me había fijado en lo mucho que lo había extrañado. Él estaba actuando más relajado esta noche, confiando en sí mismo para estar conmigo, en un centro comercial lleno de gente. Eso me gustó.
"¿Qué quieres comer?" Pregunto Alice, sacándome de mi ensoñación. Sopese mis opciones antes de decidirme por una hamburguesa con queso de Mc Donald’s. Luego encontramos una mesa en un rincón alejado y nos sentamos.
"Sólo tenías que escoger la cosa con peor olor que tienen aquí, ¿verdad?" Dijo Jasper arrugando la nariz. Yo me reí. "¿Quieres un pedazo?" bromee, colocando la hamburguesa cerca de su cara, haciendo que su nariz se arrugara aun mas.
Se dio vuelta, alejando la cabeza lo más posible de mi comida.
"Si pudiera vomitaría." Dijo mirando nauseabundo.
"Bueno, pongámonos serios. Bella, tu come, mientras que Jasper te explica los detalles." Dijo Alice, todavía riendo. Mordí mi comida, y Jasper lo tomo como una se señal para comenzar.
"Muy bien, Bella, ¿recuerdas cuando te dije en la escuela que Edward tenía otros sentimientos, además de la necesidad de protegerte?" Me pregunto con expresión repentinamente seria. Asentí con la boca llena. "Al igual que cualquier hombre, a él lo estimulan algunas cosas más que otras. Por ejemplo, cada vez que tú lo miras deslumbrada, tus ojos se agrandan y tu mirada se ve vidriosa, él considera que ese es uno de tus hábitos más atractivos. No sé lo que han hablado entre ustedes sobre los vampiros y su estado excitación, pero ¿te dijo que nuestros ojos cambian ligeramente de color cuando estamos de ese humor?". Dijo, y luego hizo una pausa esperando mi respuesta.
Me sonroje, este no iba a ser un debate divertido.
"No, pero sus ojos cambian todo el tiempo con su estado de ánimo o su hambre." No entendí por qué él me explicaba algo que yo claramente sabía.
Sacudió la cabeza ligeramente. "No Bella, no es lo mismo. Nuestros ojos van de la gama del oro al negro, cuando tenemos hambre o saciamos nuestro apetito. Cuando estamos excitados, nuestros ojos tienden a volver a el color que tenían cuando éramos humanos." Con esto sí que mi mandíbula se cayó.
Edward sin sus ojos color topacio. Me conto una vez que sus ojos eran verdes antes de morir. Ahora los podría ver, ojalá sucediera pronto. No podía imaginar a cualquiera de ellos sin sus ojos color topacio. Esto me hizo notar que realmente no saben mucho acerca de cómo lucían los Cullen antes de haberse transformado. "Es una de las maneras en que puedes saber cuándo te desea mas, el color verde en sus ojos. Presta atención a cuando cambian. Además, parece que le gusta verte vistiendo el color azul, por lo que la mayoría de lo que está en estas bolsas es azul", dijo, girando la cabeza para mirar la montaña de bolsas que ahora se encontraban alrededor nuestro.
Oí jadear a Alice, cundo una visión la golpeó, causando que tanto Jasper como yo, nos sobresaltáramos. Poco a poco sus ojos recuperaron su tamaño normal, y dejo salir un suspiro. Entonces se estiro y tomó su teléfono rosa de su bolso, antes de entregármelo a mí. La miré sorprendida.
"Es Edward, trata de sonar convincente." Empecé a hablarle y entonces el teléfono sonó. De repente, su tono de llamada se hizo eco a través del silencio que había creado en la mesa. Yo la miraba, atónita y ella sonrió empujando mi mano para que lo atendiera. Lo lleve a mi oído. Reconocí la voz Edward del otro lado de la línea de inmediato. "Alice, ¿estás todavía con Bella? ¿Qué les está tomando tanto tiempo? ¿Tanto tienen que comprar de todos modos?" Sonreí, el sonaba preocupado e impaciente. Por mí.
"Soy yo, Edward, no te preocupes terminaremos muy pronto." Le aseguré. Hubo una pausa en la otra línea. "¿Qué has estado haciendo durante las últimas cuatro horas?", preguntó, y su voz adquirió un aire de seriedad.
"Compras". Me alegre de que él no me hubiera preguntado algo que me obligara a mentirle ¿Qué te has comprado?", dijo sonando mas aliviado.
"Ropa y también maquillaje. Ah, y Edward, tengo un nuevo corte de pelo." Le dije repentinamente preocupada de su reacción. De nuevo hubo una pausa.
"¿Cuánto más corto?" preguntó finalmente.
"Ummmm, solo un poco más corto?" Le dije inocentemente.
"¿Te gusta?" me pregunto.
"Me encanta, me veo mucho mejor con este corte de pelo".
"pero lo tenias hermoso."
"Ya sé Edward, pero ahora me veo mejor." Le conteste sonriendo. Justo en ese momento un grupo de jóvenes pasó cerca de nosotros y nos miraron a Alice y a mí. Uno de ellos con una gorra de béisbol azul, pantalón caqui y una camisa polo, gritó "¡Hola chicas!" En voz alta haciéndome sonrojar.
"Bella" grito Edward desde el otro extremo de la línea.
"¿Te acaban de gritar a ti?", dijo con voz helada.
"No, saludaban a un grupo de chicas a dos mesas de nosotras." Mi mentira sonó bastante creíble. Alice me miró sorprendida, de mis capacidadades de embustera latentes.
El resoplo, como aliviado. "Así que vienen pronto?" Preguntó
"Sí, en cuanto termine de comer nos marcharemos, me quedan un par de bocados."
"Ok. Te veo cuando llegues. ¿Puedo hablar con Alice?".
Le entregue el teléfono a ella que rodo los ojos, impaciente.
"Edward”, “No", dijo entre dientes, "Bien", y ella resoplo antes de cerrar el teléfono.
"Vamos", dijo poniéndose de pie, volvamos a casa.


"¿Crees que él podrá controlarse, que esto es seguro?" Le pregunte a Alice mientras volvíamos velozmente a casa.
"Bella, Te quiero como una hermana, ¿realmente crees que te permitiría meterte en esto sin saber si es seguro o no?" Me contesto, sonando un poco herida.
"Por supuesto que no Alice. Sé que tú te preocupas por mí, pero tengo que preguntarte, ¿Por qué haces todo esto?" Le dije, no pudiendo evitar hacer la pregunta que había estado en el borde de mi mente toda la tarde.
Ella me miro como si yo estuviera loca.
"¿No quieres hacer esto?" preguntó. "Bella espero que no lo estés haciendo porque nosotros te dijimos. Creo que debería haber mantenido esta visión sólo para mí misma. De esa forma podría haber ocurrido naturalmente.” “Lo siento Bella, pero yo estaba tan entusiasmado. Nunca pensé en lo que Edward o tu sentirían al respecto."
La miré sorprendida. Alice nunca había dudado de sí misma.
"¿dime Porqué lo haces de todas formas?" Le susurre.
"Bella, Esme, Rosalie y yo hemos perdido nuestra oportunidad de tener hijos. Tú todavía tienes la tuya. Sé que puedes parecer demasiado joven, y siento que todo esto haya ocurrido tan de repente, pero, Bella, si no haces algo al respecto ahora, nunca tendrás la oportunidad. No ser capaz de dar a Jasper un hijo es una de las cosas que más lamento de ser lo que soy, lo que tú serás pronto. Esta puede ser tu única oportunidad." Suspiró.
Estábamos casi en mi casa ahora, y yo estaba segura de que Edward me esperaba. Una repentina sensación de nerviosismo me inundo. Lo que daría por tener cerca a Jasper ahora. Alice me   miró con simpatía, al entender mi expresión.
"No tienes que hacerlo Bella.", dijo tranquilamente.
"No, Alice, realmente quiero hacerlo. Pero no sé cómo se seduce a alguien. Nunca pensé que tendría que hacerlo. En verdad, no tengo ni idea de cómo hacer esto." En este punto mi voz había adquirido un tono de histeria. ¿Nerviosa? Eso era poco decir.
"¿Qué se supone que voy a hacer, Alice?"
Ella me miró por unos instantes, su rostro, una máscara, pensativa. Pasaban los segundos, cada uno parecía más largo que el otro. Hasta que finalmente suspiró.
"Toma el volante" fue todo lo que dijo antes de que su respiración se detuviera en un grito. Hice lo que me pedía. Afortunadamente para mí, estábamos en la autopista. Desgraciadamente, ella aún tenía su pie en el acelerador y el medidor marcaba 150 km/pH. Odiaba conducir a tanta velocidad. Cuando finalmente sus manos tomaron el volante de nuevo, me sentí aliviada, Alice se rió ligeramente a mi lado. Esos fueron los peores diez minutos de mi vida...hasta ahora.
"¿Y bien?" le pregunte, con ansiedad.
"Bueno, sugiero que esperes unos diez minutos antes de llamar a Edward. Voy a conducir lento para que puedas llamarlo antes que yo llegue a casa. Él no se ha ido aún, por alguna razón. Probablemente, planea una emboscada a mis pensamientos, para ver si te dije algo y rompí mi promesa", ella sonrió para sí misma," cosa que no he hecho, teniendo en cuenta que no se puede romper una promesa antes de hacerla." Dijo y me miró, aún sonriendo. "Volviendo a lo que te decía, cuando llegues a tu casa, antes de llamarlo, date una ducha rápida, sólo asegúrate de lavarte la cabeza en ese champú con aroma a fresa y, listo, creo que deberías estrenar tu nuevo camisón celeste que compramos en Victoria's Secret, confía en mí, sólo deja que te lo vea puesto, y puedes esperar ver algunos destellos color verde en sus ojos." Me dijo con una sonrisa cómplice. Yo, como siempre, me sonroje.
Estas eran las veces en que deseaba que Edward estuviera presente para verme, teniendo una charla normal entre chicas. Lo cual era lo único normal de esta situación, por lo demás, yo estaba en un auto que avanzaba a unos cien km/pH, con una vampira psíquica. A pesar de que los Cullens eran vampiros, estaba claro que aún tenían corazón. Por supuesto que no tenían latidos, pero todavía sentían remordimiento, culpa, felicidad, amor, alegría. En la mayoría de las cosas eran como la gente normal. Sólo tenían una dieta diferente. Además que es lo normal de todos modos?
Volví a la realidad, cuando me di cuenta de donde estábamos, en la puerta de mi casa.
Hablar sobre hacer algo y realmente hacerlo son dos cosas muy distintas, y nunca fueron más distintas de lo que tendría que hacer, en ese instante. El instante en que me di cuenta, de que tan pronto como Alice se fuera en su auto, el plan entraría en acción, y este era un plan de los que no tienen retorno.
Alice estaciono a un lado del camino, para dejarme bajar.
"¿Estás lista?" Pregunto definitivamente excitada.
¿Estaba lista?...
"Tan lista como jamás podre estarlo, Adiós Alice".
"Adiós Bella. Diviértanse ", me dijo guiñando su ojo sugestivamente, mientras me entregaba las bolsas.
Cerré la puerta y entré en mi casa.


Escuche como Alice se aproximaba a la casa, mientras hacia mi septuagésima novena vuelta a mi habitación. Yo no me había alejado de Bella por tantas horas, desde que había cometido el error de dejarla, hace tantos meses. Sólo pensar en ello me hizo crispar. Solo me alejaba durante mis viajes de caza, pero me aseguraba de que nunca duraran más de un fin de semana, esta tarde había sido como una tortura. No solo había extrañado a Bella como un loco, sino que me enferme de preocupación pensando si Alice habría roto su promesa o no.
Esta incertidumbre había llegado a ser dolorosa. Primero me ataco mi familia entera, porque todos consideran que estoy siendo egoísta por querer que Bella tenga una vida normal mientras pueda. Todavía no me gustaba la idea de que ella iba a perder su alma para pasar la eternidad conmigo. En verdad Alice no se daba cuenta de cuan peligroso podría ser esto? A Bella sólo le quedaba una cantidad de tiempo muy pequeña siendo mortal. Sólo entonces me di cuenta de la solución. Bella había establecido una fecha específica para transformarse, y eso sería en menos de diez meses. Me sonreí al darme cuenta de lo fácil que sería evitar esto. Después de toda la preocupación y de tratar de pensar en mil maneras de que Alice no se lo diga, me impresionó la sencillez con la que uno de mis pensamientos aleatorios había dado con la respuesta a este problema. Bella solo tenía una ventana de tiempo muy escasa, para poder concebir y dar a luz antes de la fecha que ella había programado para cambiar. Todo lo que yo tenía que hacer era mantener a Bella fuera del alcance de Alice por los próximos diez días. Mi sonrisa se esfumo cuando me di cuenta de la falla de este plan, la gente se cruza a menudo entre sí, en un pueblo tan pequeño como este. Una vez más me tope con una solución muy simple para este problema. Si este pueblo es demasiado pequeño como para mantenerlas separadas, ¿por qué no aprovechar para llevar a Bella fuera de el por unos días. Ello también evitaría que los otros miembros de la familia tuvieran la oportunidad de decirle algo.
Lo que me planteaba otro nuevo problema era, cómo convencer a Charlie para que le permitiera faltar a la escuela. Normalmente en una situación como esta, yo podría pedirle a Esme o a Carlisle que me ayuden, pero ahora yo no podía contar con su colaboración. No, tendría que ser astuto. Nadie además de Charlie y Bella podrían saber. De esa manera, por el momento, Alice no podría ver hacia dónde íbamos hasta que ya fuera demasiado tarde para detenernos. Lo que me trajo de vuelta al único gran problema.
Charlie.
Yo todavía tenía que encontrar una excusa plausible para llevarme a Bella fuera durante por lo menos ocho días, no había notado nunca, lo mucho que dependía de la ayuda de los miembros de mi familia en cosas como esta. Pero seguía sin poder acudir a ellos por ayuda, sobre todo desde que, por alguna razón, ellos deseaban que la visión de Alice se concretara. No me iban a ayudar, a sabiendas, de que trataba de evitarlo.
Por otra parte, pensé, quizás estarían dispuestos a ayudar si no supieran la verdadera razón. ¿Y si pudiera convencerlos de que yo iba a llevar de viaje a Bella, porque me había dado cuenta de que estaba equivocado, y quería intentarlo?, así de seguro podría contar con su colaboración. No me gustaba mentirles a los mismos, especialmente a Carlisle, pero era lo mejor. Yo era un buen mentiroso, y hoy tendría que ser el mejor. Supervivencia del más apto, como suele decirse.
Mentir es una parte importante de ser un monstruo.
Me volví para apagar mi estéreo y baje las escaleras. Mi familia estaba en la sala, solo faltaban Alice y Jasper, afortunadamente, aún estaban sentados donde los había dejado. Sus pensamientos seguían centrados en la posibilidad de un bebé.
“Ah, aquí viene ahora, el Sr. normalidad. Yendo hacia la casa de Bella, probablemente, para pasar la noche. No me sorprende en lo absoluto. Escapando de la verdad.” El pensamiento de Rosalie, visceral como siempre.
Hice gala de todos los años de práctica, transformando mi cara en una máscara de remordimiento.
“Míralo, mi pobre querido, tal vez finalmente entro en razones, quizás logro comprender que hacer esto es lo correcto.” El pensamiento de Esme convirtió en real el remordimiento en mis facciones. Un ser que tan compasivo no debería ser engañado, yo sólo esperaría que entendieran mi razonamiento cuando estuviéramos de vuelta.
"¿Adónde vas, querido?" me preguntó, mirándome con ojos llenos preocupación.
"a ningún lado, todavía estoy esperando que vuelva Alice para poder ir a la casa de Bella"
"Edward, ¿por lo menos has pensado en lo que estábamos hablando antes de que te fueras a tu habitación?" me regaño Carlisle. Él era el que más me preocupaba, esa era la razón por la que agradecía que Jasper no estuviera aquí en este momento. Carlisle era la única persona que, si yo no era lo suficientemente cuidadoso, podía ver a través de mis mentiras.

"Sí, realmente le he dado algunas vueltas a la idea." Dije, agregando una sonrisa en el último segundo, en el que a Esme, se le pusieron los ojos chispeantes ante la perspectiva de lo que implicaba esa sonrisa.
"Y..."
"Les prometo que voy a hablar con Bella acerca de esto." Les dije, y mi voz resonó a través de la sala silenciosa.
"Y si ella quiere intentarlo?" me presiono Carlisle.
"Yo nunca le negaría la oportunidad."
Me sonrió, como todos los demás, dándole crédito a mi mentira, sería mejor si exponía mis intenciones, antes de que llegaran Jasper o Alice.
"Por esto, quisiera pedirles un favor importante".
"Lo que necesites, querido". Dijo Esme, que todavía seguía sonriendo alegremente.
"Necesito que me ayuden a obtener el permiso de Charlie para llevar a Bella fuera por un tiempo, así puedo hablar con ella acerca de esto y de esa forma, si ella está de acuerdo, bueno pues, nosotros podríamos..." deje en suspenso mis palabras sugestivamente.
Emmett me sonrió al saber inmediatamente de lo que estaba hablando.
"Por supuesto, Edward, voy a llamar a Charlie y le diré que estamos invitando a Bella, para que salga de campamento con nosotros, y mientras tanto, nosotros nos quedaremos en casa, hasta que ustedes regresen. Tal vez, incluso, todos nos vayamos de caza, en su ausencia.”
Dijo alegremente mientras caminaba hacia el teléfono inalámbrico, que descansaba en la mesa de entrada.
Carlisle habló con Charlie unos minutos, y luego se me acerco, apoyando su mano en mi hombro "Me alegro que hayas tomado la decisión correcta." Me dijo, al tiempo que sonaba su pager, se alejo unos pasos y suspiro, mirando hacia Esme,
"Tengo que ir al hospital, ha habido un accidente. Emmett, ¿te importaría venir conmigo en caso que te necesite?"
Emmett asintió con la cabeza y se dirigió a la puerta, dejándome a solas con Rosalie. Me di cuenta de que ella había estado callada todo el tiempo.
"¿Qué te hizo cambiar de opinión?", me dijo, sin mover su mirada de la mía.
"Me di cuenta de que tenemos la oportunidad de hacer algo grandioso. Estaba siendo egoísta". Dije con gesto inocente. Ella todavía no me quitaba la vista de encima.
Afortunadamente, Alice llego en ese momento, entonces se me acerco Esme, luciendo esperanzada y feliz."Tienes luz verde."
"Gracias Esme, Alice ha regresado, por lo que me voy a ir a casa de Bella a contarle que nos vamos".
Caminé hasta la puerta, para cruzarme con Alice.
"No, Edward, antes    que me preguntes, no le dije nada a Bella." Me dijo algo molesta.
Yo le devolví una sonrisa. "Bien, porque yo voy a ir a decirle ahora". Salí apresurado hacia mi Volvo. No me fije en los límites de velocidad y antes de darme cuenta estaba frente a la casa de Bella.


Alice cerró la puerta y dio vuelta sobre sus talones sólo para toparse con la mirada de Rose.
"Está mintiendo, lo sabes.", Dijo brevemente.
"Lo sé." Le contesto Alice, dirigiéndose a las escaleras.
"Ese es el plan."

Capítulo 5

Al llegar a casa hice todo lo que me dijo Alice, saltar en la ducha, me lave el pelo rápidamente y, por último, explorar en busca del camisón azul, enterrado en la pila de bolsas que se hallaban sembradas en el piso de mi cuarto. Por lo menos la mitad de ellas era de Victoria's Secret.
Corrí al teléfono y llame a Alice. Yo ni siquiera había escuchado el primer sonido, y ella ya respondió, su voz sonó melodiosa a través de la línea.
"Bella?" Pregunto innecesariamente.
"Sí, Alice, que soy yo."
"Bella, tuve otra visión".
"Acerca de Edward? ¿Acaso debo hacer algo distinto?" Le pregunte sin poder evitar que mi voz sonara como si tuviera un ataque de pánico.
"No. Edward está bien, sólo está siendo insufriblemente terco otra vez." Suspiró y tuve la impresión de que ella estaba rodando los ojos.
"Mira, hubo una pequeña discusión por aquí, acerca de mi visión. Todo el mundo trato de explicarle que estaba siendo egoísta al negarte la oportunidad de opinar al respecto, pero él se enfadó y yo tuve una visión de él tratando de llevarte de viaje por un tiempo."
"Él quiere que me vaya lejos?" Me galopo el corazón alarmado. Yo sabía que Edward no estaba totalmente de acuerdo con esto, pero ¿realmente me enviaría lejos? ¿El estaba decidido sobre esto? Podía sentir el ardor en la parte de atrás de mis ojos, una señal de advertencia de la inminencia de mis lágrimas.
"¡No! No Bella. Él se irá contigo.” cuando llegué a casa le conté a Esme de esta visión. Ella me dijo que Edward había admitido que era un idiota, y que él quería alejarse un tiempo para poder hablar contigo acerca de esto. Cuando en realidad, lo que trama es alejarte de modo que ninguno de nosotros pueda decirte acerca de mi visión. Esme le creyó, por lo que ella y Carlisle llamaron a Charlie y le pidieron que te diera permiso para salir a acampar con nosotros. Supuestamente estarán de vuelta en poco más de una semana. "
"¿Dónde está Edward ahora?" Le pregunté, aliviada.
"Él debe estar llegando a tu casa en cualquier momento ahora, tomó el coche, que es la razón por la que no ha llegado todavía. Debemos cortar ahora para que no nos escuche desde la esquina. Buena suerte Bella, diviértanse. Y no te preocupes que estás haciendo lo correcto. No me llames a menos que realmente me necesites, ¿no queremos levantar sospechas verdad?. Nos vemos cuando regreses."
Y antes de que yo tuviera la oportunidad de protestar, ella colgó. Dejándome sola en esto.
Me di vuelta y mire de nuevo la pila de bolsas, me arrodille junto a ellas, diciéndome a mí misma, que esto valdría la pena.


Estacione mi auto en la calle, deseando que esto acabara pronto. Charlie sabía que yo pasaría a buscar a Bella para salir junto a mi familia a acampar, y me yo deseaba recogerla pronto para salir en nuestro "viaje" cuanto antes, pero me di cuenta de que no decirle a Bella antes de mis planes, podría llegar a ser un problema. Bella no era una buena mentirosa y esto podría complicarnos con Charlie. De modo que corrí desde el coche hasta el árbol en su jardín, por debajo de la ventana de Bella.
Ya estaba ansioso por verla. El día de hoy había sido, muy posiblemente, uno de los más largos de mi vida. Considerando el hecho de que he estado "vivo" durante casi 110 años, esto significaba algo. Desde que volviéramos de Italia, nos la habíamos ingeniado para pasar muy poco tiempo separados, no era sólo emocionalmente difícil para mí estar lejos, sino también físicamente. Cada vez que estaba lejos de ella un dolor se apoderaba de mi, más fuerte incluso que el hambre. Su aroma descendía hacia el jardín, desde su ventana. Ya sentía los efectos, el exceso de veneno fluía en mi boca, el dolor seco en mi garganta, y la tensión en mis músculos.
Me odiaba a mí mismo cada vez que esto sucedía. Yo jamás cedería ante este anhelo. No ahora, cuando era más joven tal vez, pero no ahora, nunca. Odiaba la reacción que me causaba su aroma, cada vez que me golpeaba. Cuando estaba muchas horas a su alrededor, me resultaba más fácil, me desensibilizaba. ¿Quién hubiese pensado que llegaría el día, en que yo sería capaz de acercarme a ella y besarla correctamente. No como ahora con nuestros castos besos. Aunque eran suficientes por ahora, yo siempre quería más. Yo querría no tener que alejarme, cuando ella envolvía sus brazos alrededor de mí, sino por el contrario, apretarla mas contra mí.
Sólo diez meses, me recordé a mí mismo, pero entonces, no tendría su calidez, su rubor, su vida. Alice tendría razón de nuevo. Bella se convertiría en uno de nosotros, como ella lo había visto. Una parte de mí se alegraba. Podría estar junto a ella, la tendría para siempre. Para compartir todo con ella.
Una razón para permanecer "vivo".
Sin embargo, tanto como mi corazón me decía que sí, mi mente me gritaba, diciéndome que yo la estaría condenando. Ella viviría una vida a medias. Debería ocultarse del sol, incluso, aunque ella lo negaba, yo sabía que ella echaría de menos muchas cosas. Ella perdería a su familia, Charlie, Renee, Phil. Ella nunca los vería de nuevo. Fingiríamos su muerte, aunque aun no habíamos decidido de que manera. Su familia estaría devastada. En la ciudad se armaría un escándalo, todos hablarían de lo que le sucedió a Bella Swan, la hija del jefe de la policía. Si bien mi familia y yo guardaríamos luto por un tiempo, terminaríamos marchándonos, dejaríamos el pueblo. Todo este dolor que trae consigo el ser un maldito para toda la eternidad y ella estaba dispuesta a someterse a esto solo para pasar la eternidad amándome.  Su aroma me guio hasta que me encontré congelado en su ventana.
Al mirar me di cuenta de dos cosas: la primera, Bella se encontraba al lado de una enorme pila de bolsas, sin duda, las compras que había hecho con Alice, la segunda, ella vestía solamente una breve biquini. Me ahogue ante esta visión, mi hambre sustituido al instante por algo mucho más urgente. Bella estaba de pie al lado de las bolsas buscando algo que aun no encontraba, únicamente vestida con su ropa interior, dejando el resto de su cuerpo deliciosamente expuesto. Ella se encontraba de espaldas a la ventana, lo que me permitía una excelente visión de sus pequeñas curvas. Levanto ligeramente sus brazos para deslizar un camisón de seda y encaje azul oscuro, sobre su cabeza. Ella observo el reloj, y una mirada de shock transformo su rostro. Comenzó a girar hacia la ventana, mirando hacia donde yo me encontraba. En un instante me había ido, llegue a mi coche que se encontraba estacionado al final de la calle.
Por primera vez en casi noventa años, el constante bombardeo de las voces, los pensamientos en mi cabeza habían desaparecido por completo, dejándome en silencio aunque sólo fuera por un momento. Yo sabía que no se habían ido realmente, sino que los había sacado de sintonía. Me tomó un enorme esfuerzo hacerlo. Aparentemente, cuando mis pensamientos estaban centrados en otra cosa, podía bloquear las otras voces. Sabía que estaba mal espiarla, pero yo no tenía control sobre mí mismo cuando mis ojos se encontraron con su cuerpo casi desnudo y esta imagen se había grabado en mi mente. Necesitaba tiempo para pensar. Todavía estaba conmocionado por la rapidez con la que la sed de su sangre se había convertido en un tipo diferente de hambre. Esto había provocado una constricción en otros lugares de mi cuerpo, diferentes de mi estómago. Encendí la luz de mi auto para observarme yo mismo en el espejo. Mis ojos no estaban negros, como solían estar cuando me acercaba demasiado a Bella. Ahora estaban regresando a su habitual color topacio, pero con una sutil diferencia, unas pequeñas vetas de color verde. Se me detuvo el aliento en la garganta. Yo no había visto mis ojos de este color desde antes de que la enfermedad golpeara Chicago. Siempre me había preocupado, desde que me di cuenta de que no sólo deseaba a Bella por su sangre, sino también por su cuerpo, que ella podría verme así. Esto era algo que ella seguiría ignorando hasta más adelante. Debido a que cada vez que yo sentía que mis ojos cambiaban a este color, diferente de los que para ella era normal ver en mí, yo me había asegurado de no mirarla hasta haberme calmado.
Me tranquilizo bastante, darme cuenta, de que el verde iba desapareciendo poco a poco, siendo sustituido totalmente, por el topacio, más dominante. Estaba intentado centrar mis pensamientos en algo que no fuera el cuerpo de Bella. Exactamente esto haría cuando nos fuéramos de vacaciones. Yo no quería llevarla a Alaska, simplemente por el hecho de que allí estaban otras familias como la nuestra, y no estaba seguro si Alice, u otro miembro de mi familia, les habría contado acerca de lo que estaba sucediendo entre Bella y yo. Necesitaba un lugar que a Bella pudiera gustarle y en el que pudiéramos estar libres de sol, lo más posible. Yo sabía que Bella no desearía ocultarse en el interior todo el día, cuando estuviéramos de vacaciones.
Tendría que llamar a Alice y pedirle asesoramiento, aunque era realmente, la última cosa que quería hacer. Yo en verdad, no quería que nadie supiera a donde iríamos. Ese era el punto, después de todo. Pero si quería seguir con mi plan, debía llamarla. Recogí mi teléfono, lamentándome, y marque su número. Llamo apenas una vez antes de que ella atendiera.
"Alice, donde te parece que debe…"
"Chicago. Le encantara, además tú tampoco has ido allí desde que te transformaron. Tienes que ir a echar un vistazo. Además el tiempo va a ser malo por las próximas dos semanas, de modo, que no tendrás que preocuparte del tema del sol. También, déjame decirte, que es muy romántico.”
"Ella me había visto llamándola, obviamente, pero lo que me preguntaba era ¿que mas habría visto?
"¿Tuviste una visión? ¿Qué viste?" Le pregunte a la ligera, no quería que pensara que temía que ella hubiera visto algo especifico.
"Acabo de verte a ti y a Bella, mirando la ciudad de Chicago… ¿por qué?" Su voz sonó al borde de la sospecha.
"Por nada, sólo quería saber si había otra cosa" le mentí.
"¿Estás aún en la casa de Bella?"
"Estoy en mi auto, sólo me detuve en la tienda para comprarle
 Algo a Bella." Mentirle a Alice me hacía sentir casi tan mal como mentirle a Carlisle.
"¿Qué le compraste?" Pregunto curiosamente. Me congele. ¿Sabía ella que yo estaba mintiendo? Ella no podría saber… ¿o sí? "Le compre una copia de “Cumbres Borrascosas” para el viaje en avión." Le respondí con convicción.
"Oh", dijo sonando decepcionada.
"Alice, ¿te parece un mal regalo?"
"No, No. Ve a decirle a Bella de su viaje, Edward, y no te preocupes que le encantara. Diviértanse en Chicago, O.K.?"
"Bueno, nos veremos cuando regrese, Adiós." Cerré el teléfono y me dirigí hacia la casa de Bella, nuevamente.


Edward ya debería estar aquí. Pensé, ya acostada en mi cama y mirando el techo. Me sentí extraña vestida de esta forma. Yo nunca me lo hubiera comprado de no existir una buena razón.
Estaba muy ocupada tratando de no pensar en la demora de Edward, ya debería haberme imaginado que sería imposible engañarlo. En cambio, yo estaba pensado hacia donde iríamos, ¿cómo me manejaría?, ¿cómo haría esto sin la ayuda de Alice? Además, pensaba continuamente en el bebé. Un bebé que tal vez nunca tendría. Me gustaría haber visto la visión de Alice. Quizás si lo hubiera hecho me sería más fácil entender por qué estaba haciendo esto.
Yo había pensado en la habitación que Alice me describió mientras estábamos de compras. ¿Dónde estaría? En la Casa de los Cullen? ¿En mi casa? ¿En nuestra casa?, Esto era algo que tendría que descubrir más adelante. Era increíble como ya estaba tan apegada a algo que podía o no llegar a existir. Había pensado en algunos nombres, ya tenía elegidos dos favoritos, para niño y niña, Aiden y LISSI. No había pensado en segundos nombres todavía. También sabía que me casaría con Edward. Ya sea antes de que naciera el bebe o después. De cualquier manera mi bebé sería un Cullen.
Así como el pensamiento pasó por mi cabeza, un par de brazos fríos se habían enroscado a mi cintura.
"Hola" respiré, orgullosa de mí misma por poder emitir una palabra. Edward silbo suavemente.
"Te ves hermosa. Tenías razón, este corte te sienta mejor. "Dijo como si fuera evidente, que a pesar de que mi pelo estaba diferente, yo todavía era hermosa.”
Cuando habló de nuevo su tono era serio. Yo sabía lo que iba a decirme, pero hice mi mejor intento por no demostrarlo.
"Bella, le pedí permiso a Charlie y el dijo que estaba bien, si tomamos unos pocos días de vacaciones." Me giro para que quedara enfrentada a él. Recibir el impacto de sus ojos dorados como minas de oro, me deslumbró al instante.
"Si es que quieres ir. Pero sólo seremos nosotros dos. "Cuando dijo la última parte, sus ojos cambiaron un poco, y por primera vez, vi diminutos destellos de color verde, formando pequeñas barras de este color en el interior de sus ojos. Tal vez esto no sería tan difícil después de todo.
Se alejó de mí y luego se sentó en la cama mirando el techo.
"Por supuesto que quiero ir. ¿Dónde vamos exactamente? "Yo estaba más emocionada que nerviosa por el momento. Afortunadamente, todavía estaba tapada, de forma que Edward no podía verme en mi camisón. No estaba nerviosa porque me viera en él, pero era el hecho de que fuera de seda y que yo no solía usar este tipo de prendas.
"Chicago. No he estado allí desde que me transforme y sabemos que funcionara, habrá mal tiempo, lo que va a estar bien para nosotros durante el día, por lo que debería ser divertido. ¿Tú qué piensas? "Sus ojos estaban ansiosos, se notaba que realmente quería que fuera con él. Pero, al mismo tiempo, me dolía saber la verdadera razón detrás de este viaje.
Sin embargo, cuando sentí culpa por tratar de engañarlo con esto, me di cuenta de lo que él se estaría perdiendo si yo no lo hacía. No sólo él, también toda la familia. Sabía que si hacia esto, Charlie me castigaría por siempre jamás, y Renee me asesinaría, pero al final el resultado haría que todo hubiera valido la pena.
Aunque sabía que estaba haciendo lo correcto, una parte de mi se negaba, quería decir que no, quería decirle la verdad, hablar con él acerca de esto en primer lugar.
A la larga, sin embargo, la parte más dominante se había impuesto.
"Eso es perfecto!" Grite, emocionada.
"Voy a empezar de empacar." Salté de la cama hacia mi placar. Estaba parada en el vestidor cuando me di cuenta de lo que había hecho. Me di la vuelta lentamente, entonces, vi a Edward mirándome directamente, sus ojos de un verde vibrante.

Capítulo 6

Un segundo después, el había girado su cabeza alejando la mirada de mí.
"¿Edward? ¿Te pasa algo malo?" Le pregunté, ya sabiendo la respuesta.
"Dame un momento, por favor?" contesto con la voz tensa. Yo me grite mentalmente. Así era cómo iba a ocultarlo, no me miraría. Trataría de hacerme creer que su deseo tenía ver con mi sangre. Pues ahora no me engañaría.
"Bella, voy a correr a traer mi auto al frente. Le dije a Charlie que estaría aquí dentro de aproximadamente media hora, veinticinco minutos. ¿Puede empacar y estar lista en cinco? ", Preguntó, aun manteniendo volteado su rostro.
Se me cayó el corazón. El estaba huyendo de esto. Ahora me daba cuenta de que esto iba a ser imposible sin la ayuda de Alice. ¿Qué se supone que debo hacer? Ella era la que tenía toda la experiencia. Esto era desesperante.
"Sí, voy a estar lista" le susurre, algo desilusionada. Me aleje de él y empecé a revolver a través de las bolsas y de mis cajones, tratando de empacar. Ni siquiera tuve la oportunidad de hacer algo más que gritar en estado de shock, cuando un par de manos de piedra me levantaron desde el suelo. Me quede allí congelada, cuando los fríos y marmóreos labios de Edward aplastaron los míos. Mi mente estaba aturdida, devanándose por creer que esto realmente estaba sucediendo, que no era un sueño, que yo realmente estaba allí. Intente arduamente abstenerme de pasar mis brazos alrededor de su cuello y abrir mi boca, recibiéndolo. Normalmente, un rápido toque de nuestros labios era lo que constituían nuestros besos. Esta vez, sus labios estaban ligeramente abiertos y el deslizó su lengua en mi boca. Eso fue todo lo sé necesito, para hacerme perder lo poco que me quedaba de auto-control. Tire mis brazos hacia la parte de atrás de su cabeza peinando su cabello con mis manos, al tiempo que abría mi boca. Edward dudo por un segundo, rompiendo el contacto brevemente. Esperé, por lo que me pareció una eternidad, aunque no pudieron ser más que unos pocos segundos. Los brazos de Edward se enroscaron alrededor de mi cintura estrechándome, y presionándome contra su cuerpo, como lo hacían nuestros labios, nuevamente. Su boca estaba abierta al igual que la mía y él dejo a su lengua explorar el interior de mi boca.
Su sabor era como caramelo, dulce y helado. Deje que mis dedos vagaran de su cabello a sus brazos y espalda, mientras que nuestras lenguas bailaban. Yo estaba jadeando cuando me inclino hacia atrás, moviendo su boca hacia mi cuello. Sus brazos se trasladaron de mi cintura a mi estómago, dejando un helado hormigueo a su paso. Algo raspaba contra mi tobillo, una bolsa, y me di cuenta de que me estaba moviendo hacia atrás, hacia la pared. Enganche mi pulgar en los broches de su camisa tratando de abrirlos, y comencé a desabrocharlos. Iba por el segundo desde abajo, cuando me golpeó la pared suavemente, Edward puso sus manos en mi espalda para amortiguar el impacto.
Luego sus manos vagaron de regreso a mis muslos. Levanté mi pierna, rozando verticalmente la suya. Él gruñó en voz alta. Luego trasladó sus besos desde mi clavícula a mi cuello, justo debajo de mi oreja. Todavía no podía creer, que la noche había tomado un giro tan drástico como este. Mi mente se tambaleaba. El placer bloqueo cada pensamiento coherente.
"Envuelve las piernas alrededor de mi cintura." Murmuro Edward, contra mi oreja. Yo obedecí rápidamente, y levante mi otra pierna, trabando mis tobillos alrededor de su espalda. Me sentí como si estuviera en llamas, cada una de mis terminaciones nerviosas sensibilizándose a su tacto. Gemí, cuando el llevo el rastro de sus besos hasta mi boca. Una vez más deguste la dulzura de su lengua. Para entonces ya estábamos dirigiéndonos a la cama, Edward tenía la camisa abierta, sólo colgando de sus hombros, mientras mis manos recorrían su pecho, sintiendo las distintas ranuras de sus músculos… Cuando alcanzamos la cama, me sentó sobre él y pude sentir la dureza de su cuerpo pulsando en contra de mí.
Fue empujándome más cerca, como si quisiera que nuestros cuerpos se fundieran. Recorrió mis muslos con sus manos, trazando un camino ascendente, y con ellas subió el dobladillo de mi camisón. La sensación de sus dedos recorriendo hacia arriba mi torso se llevó lejos todos mis pensamientos, dejándome sin aliento, abriéndome hacia un abanico de deseos que eran nuevos para mí. Comencé a hacerme consciente de sensaciones desconocidas en lugares nuevos de mi cuerpo.
"Bella".
Nos congelamos, no era Edward quien me llamaba, fue Charlie. Mis ojos se agrandaron y salte del regazo de Edward. Libero, a regañadientes, sus manos de mi cintura. Noté en sus ojos que estaba todavía excitado.
"Sí, ch-papá?" Le conteste con mi respiración aún agitada.
"¿Puedes bajar aquí por un minuto? Tenemos que tener una charla.
Mi corazón se estrujo, se había arruinado el momento.
"Vuelvo en seguida". Susurre, ya saliendo de mi cuarto. Cerré los ojos cuando la puerta de mi cuarto se cerró con un ruido sordo. Los latidos de mi corazón seguían erráticos, la hinchazón de mis labios como resultado de sus besos, era algo que no podría disimular. Sólo esperaba que Charlie no lo notara.
Lo encontré en la cocina sentado a la mesa. Me miró cuando llegue a la habitación.
"Sí, papá." Le dije, parada frente a él. Esperaba que esto fuera corto para poder volver arriba y tratar de salvar la noche. Mis esperanzas desaparecieron cuando me pidió que tomara asiento en la silla frente a él.
"Bella, Edward debe estar por llegar aquí, y antes de que te vayas quiero hablar contigo." El hizo una pausa.
"¿Sobre qué?"
"Esme me aseguró que tendrán supervisión paterna mientras se encuentren acampando, pero seguro de que no será capaz de vigilarlos todo el tiempo. Sé que eres una joven inteligente y que no harás nada irresponsable. Aún creo que debo recordarte, que si te encuentras en una situación incómoda con Edward, no habría nada malo si decides detenerlo. Confía en mí Bella, no estás lista aún para el sexo, de todos modos. Estoy seguro de que tu madre ha tenido esta charla contigo y que tu sabes cómo funciona todo, pero Bells, el hecho de saber cómo funciona no significa que tienes que probarlo. Además, si tú te encuentras de repente siendo irresponsable deberás ser inflexible sobre el uso de protección. Sólo porque tomes la píldora no significa que sea el cien por ciento efectiva." Se detuvo un segundo para mirarme, podría decir que estaba más avergonzado que yo sobre esta "charla".
"Bueno, eso era todo lo que quería decirte, voy a estar en la sala viendo el juego. Ah y Bella, si tú crees que vas a necesitar condones, puedes tomar algunos de mi mesa de luz, aunque espero que tu tomarás la decisión correcta y que esperaras hasta que tengas más edad... o estés casada.
Pero tú debes ser mayor cuando te cases, no te vayas a casar joven.", Dijo manteniendo su mirada en cualquier sitio, pero lejos de mi cara. Luego caminó hacia la sala de estar. Dejándome sentada en la cocina con la boca abierta en estado de shock.
¿Acababa de decirme todo eso en serio?
De todas las veces que él podía haber hablado conmigo de sexo. Él escogió justamente, el momento en que yo estaba tratando de seducir a mi novio, nada menos que para quedar embarazada.
Mi novio.
Edward.
El había estado todo el tiempo arriba.
Escuchando todo.
¡Genial! otra cosa que trabajaría en mi contra.
Justo entonces sonó un golpe en la puerta, sacándome de mis pensamientos. Sabía quién era, pero corrí para llegar a la puerta de todos modos, arreglándomelas para tropezar una sola vez. Abrí la puerta fingiendo felicidad. Sabía que tenía que ponerme en una máscara, no podía dejar que él adivinara mi plan. Aunque no era muy realizable ahora.
Aun a sabiendas de lo que acababa de decirme Charlie, yo no podía abandonar. Yo quería hacer esto, necesitaba hacer esto.
Edward sonrió a mi expresión, que era una mezcla de alegría, forzada felicidad, aunque no tan forzada ahora, que él se encontraba de pie en mi puerta, y el bochorno persistente como resultado de la conversación con Charlie.
Lo peor de todo era el hecho de que Edward, no sólo tenía que escuchar las palabras, sino los pensamientos de Charlie también.
"Bella, llego Edward?" pregunto Charlie desde la sala de estar.
Me congeló el pánico.
Por favor, espero que no quiera hablar también con Edward al respecto.
"Sí, Charlie soy yo." Dijo Edward educadamente, proyectando su voz a través de la sala.
"Bueno, puedo verte aquí unos minutos, por favor?"
Si fuera posible, diría que mi corazón dejo de latir, en ese instante.
"Por supuesto". Contesto Edward dirigiéndose a la sala, me miro un instante sonriendo, y me sonroje.
Caminé con él, a la espera de ver lo que vendría después. Charlie estaba sentado en el sofá mirando intensamente en la pantalla. Tal vez esto no sería tan malo. Si Charlie se enganchó con su juego, su mente no seguiría en la conversación. Sonreí internamente a esta ilusión. Como si leyera mis pensamientos, Charlie tomo el control remoto e hizo lo impensable.
Apago el juego... en la cuarta entrada.
"Edward, ¿por qué no te sientas?", Dijo señalando hacia una silla vacía, antes de posar su atención en mí. "Bella, querida, ¿Por qué no preparas tus cosas y las traes abajo?" No era sugerencia, se trataba de una orden. Yo apreté mis dientes y cumplí con su pedido, a sabiendas de que sería más fácil hacer lo que me dijeron, que ponerme a argumentar con mi padre de modo que marche hacia la escalera, y termine de empacar.

Mire en silencio como Bella se alejaba, en plena ebullición.
¿Está mirándole el trasero a Bella?
Mi atención cambio de inmediato hacia Charlie. Ya podía decir que esta no sería una conversación divertida.
"Ya hace un tiempo que estas de novio con mi hija, ¿no?"
"Sí, señor." Me pregunte si se podía llamar a lo nuestro noviazgo.
"también entiendo que tu y mi hija se van de campamento por una semana y algunos días. Me han asegurado que ustedes estarán en carpas separadas y demás, pero sé cómo son los jóvenes. Nadie podría mantener un ojo sobre ellos veinticuatro por siete."
Pero será mejor que intenten.
Charlie se inclinó para acercarse más a mí, a pesar de su deseo de mantenerse lejos. Su voz se volvió seria mientras hablaba. "No sé mucho acerca de ti Edward, pero sé que has roto el corazón de mi hija una vez. No voy a permitir que lo hagas de nuevo. Bella es inocente, tú eres su primer novio. Ella está experimentando todos estos sentimientos que no puede incluso comenzar a entender. No quiero que tenga los sentimientos equivocados contigo Edward."
Especialmente esos sentimientos.
"Creo que lo que estoy tratando de decir, Edward, es que mi hija deja esta casa siendo inocente, y será mejor que ella vuelva inocente".
Si yo fuera humano sería más rojo que Bella ahora.
"Entiendo completamente Charlie", dije. Si él conociera el verdadero motivo detrás de nuestro 'viaje'… aunque, si Charlie no hubiera llamado a Bella en primer lugar, quién sabe a dónde hubieran llegado las cosas arriba. Yo me estremecí interiormente.
Había perdido el control completamente.
Mi auto-control era la única cosa que necesitaba mantener siempre al lado de Bella, por su seguridad.
Me había resistido y pensaba que había ganado. Ya estaba casi llegando a la ventana cuando cometí el error de mirar hacia atrás una vez más. Maldición, ¡ese camisón azul! Tan pronto como se volteo pude ver la forma de su hermosa silueta a la luz de la lámpara. Perdí el control en un instante. La tome en el aire y la apreté contra mí.
No puedo creer que lo hice. He pasado más de ochenta y cinco años practicando el control de mí mismo y me pierdo, por un trozo de seda azul. Apenas logre volver mis ojos a la normalidad antes de traer el coche a su puerta. Tuve que pensar en Emmett y Jasper para distraerme. Algo que no quería volver a hacer, particularmente. No debo permitir que esto ocurra de nuevo.
Charlie tiene razón Bella es inocente, y debe permanecer inocente, todo lo que pueda. ¿Quién era yo para tomarla? Yo, el monstruo. Afortunadamente, cuando llegáramos a Chicago podríamos hacer visitas guiadas y yo sólo tendría que correr el riesgo de ser tentado por su cuerpo cuando estuviéramos en el hotel por la noche. Que, en realidad, sólo serian unas pocas horas porque ella duerme. Gracias a Dios por el mal tiempo.
Ya podía oír a Bella bajando las escaleras y esperaba que ella no tropezara... otra vez. "¿Estás listo?" Pregunto. Mire a Charlie para ver si tenía algo que añadir.
Pero el ya tenía el control remoto en las manos y se había metido de nuevo en el juego.
"Que se diviertan chicos".
Pero no demasiado.
“Gracias, señor." Dije.
"Adiós papá". Dijo Bella tomando sus bolsos y se dirigió a la puerta.
No tardaríamos mucho en llegar a Chicago.
Solos.
¿En qué me había metido?

 

Capítulo 7
 
"Lo siento señor, el hotel está completamente reservado para las próximas tres semanas" dijo la recepcionista tristemente. Yo me pateaba mentalmente por no hacer la reserva, suspirando me volví hacia Bella.
"Podríamos ir a algún otro lugar." Dijo ella adormilada.
No había dormido nada en el vuelo. Ella había tratado de hacerlo, pero sólo logro dormitar inquieta. Cuando le pregunte qué estaba mal, ella sólo me miró y me dijo que había estado soñando. ¡Dios! Cómo deseaba poder leer su mente. Mis pensamientos regresaron de nuevo al presente.  Mire hacia abajo a Bella, sus ojos estaban hinchados y rojos, su cuerpo parecía, si esto fuera posible, más frágil que nunca. Yo sabía que necesitaba dormir. Pronto.
Volví mi atención a la recepcionista, que aun estaba mirándome a mí.
"Estas segura de que no les queda absolutamente nada." Le dije, inclinándome hacia adelante del mostrador, ligeramente. “A situaciones desesperadas, medidas desesperadas”, pensé. Mientras hablaba pude ver, los ojos de la joven recepcionista, dilatarse y volverse vidriosos.
"Umm... Permítanme comprobar por última vez. "Dijo ella, antes de mirar hacia abajo en el teclado, escribiendo rápidamente.
Miré de nuevo hacia Bella y se me quedo atrapado el aliento en la garganta. Estaba completamente despierta ahora y me miró enojada...Sus ojos grandes y vibrantes.
Genial, ahora si me metí en problemas. Trate de sonreírle, pero me interrumpió, la ahora ansiosa recepcionista.
"Tengo una habitación señor, pero no sé si es lo que quieren."
"Tomaremos lo que sea, gracias", dije respirando aliviado.
"Umm señor, es la suite de luna de miel." Dijo ella frunciendo el ceño.
Miré a Bella de nuevo. La mirada de enojo en su cara había desaparecido. Se quedo ahí mirándome intensamente, con su cara ilegible. Genial, ahora no sólo tengo que preocuparme por una repetición de lo que había ocurrido en la casa de Bella, con Charlie abajo podría añadir, sino que ahora estaré solo con ella en la suite de luna de miel. El destino es retorcido.
"Vamos a tomarla." Dije, esperando en silencio que la tentación no sería tanta como lo fue la noche anterior.  Pague, tome la llave y me di la vuelta para encontrar a Bella con el rostro muy pálido.
"Bella, ¿estás bien?" Le pregunte con la preocupación estirando mi voz.
"Estoy bien podemos ir a la habitación ahora?" Pregunto. Su piel solía ser blanca, prácticamente transparente, pude ver las venas de su cuello. Eran como caminos, y los seguí intensamente. La forma en que se curvaban y como pasaban por debajo de las demás. El azul de ellas destacándose claramente contra la nueva palidez de su piel. Seguí las líneas azules hacia abajo y vi como se insertaban en el cuello de su camisa y en su clavícula.
"¿Edward?" me llamo Bella, notando que mi atención no estaba abocada a la tarea, de llegar a la habitación.
"¡Vamos, Bella!” Dije ahogado, mi garganta seca de repente. Y hasta ahí llego mi esperanza de que hubiera poca o ninguna tentación.
Caminamos hacia la habitación de la mano. Cuando llegamos a la puerta roja, dudé. De todas las habitaciones, nos tenía que tocar la “luna de miel”, precisamente.
Deslice la llave en la ranura y la luz verde parpadeo, indicándonos que estaba abierta. La conduje al interior, inseguro sobre lo que tendríamos que enfrentar.
Al ingresar, nos encontramos en un pequeño hall de entrada, con una mesa de apoyo, ubicada contra la pared, cerca de la puerta. Caminamos a través de él hacia la pequeña sala de estar, donde había un sillón doble, y dos sillas reclinables. A la derecha una pequeña cocina y a la izquierda el dormitorio.
No fue tan malo como podría haber sido. Las paredes eran de un cálido color beige y la mayoría de los muebles, rojo sangre, vaya ironía. Aunque la habitación era más grande que la mayoría, todavía no le encontraba una alusión obvia de luna de miel. Aunque, claro, aun nos quedaba por ver la habitación, cuya puerta estaba todavía cerrada.
Miré a Bella. Como si hubiera notado mi mirada sobre ella, me la devolvió, mostrando sus ojos muy abiertos.
"Es grande", dijo aún mirándome.
"Podría ser más grande, ¿quieres dormir ahora o quieres conseguir algo de comer primero?", Le pregunté. Todavía parecía cansada, y yo sabía que ella no había dormido suficiente desde ayer a la noche.
"No quiero dormir todavía.", Dijo casi al instante. Una vez más desee haber podido leer sus pensamientos.
"¿Quieres comer entonces?"
"¿Podemos ir a alguna parte y comer?" Pregunto con un pedido escrito en sus ojos.
Le sonreí, "seguro".



Tenía miedo.
Estaba ansiosa por salir del hotel, y todo lo que esta habitación sugería. Quiero decir, realmente... ¿hacía falta la suite de luna de miel? Teniendo en cuenta mi "misión", sería de ayuda. Pero, después de ese sueño, ya no estaba tan segura. Cuando subimos al avión yo estaba bien, pero tan pronto como empecé a dormir, empezó.
El escenario paso veloz, Edward tomaba mi mano del asiento del acompañante. Lo miré sonriendo brillantemente. Estaba nerviosa de repente. "Edward, tengo algo que decirte." Dije, sin retirar mi vista de la de él. "Sabes que me puedes decir Todo" me contesto. Inhale profundamente antes de continuar. "Edward, estoy embarazada.", Se volvió a mirarme en su asiento, manteniendo los ojos fuera de la carretera. Tenía la esperanza de ver una luz de alegría y felicidad en sus ojos, pero, en cambio estos se tornaron oscuros, ensombrecidos.
Su mandíbula se transformó en una línea rígida. Él miró fuera, hacia la carretera. Como si yo nunca hubiera hablado.
Me desperté sobresaltada. Era la manera en que Edward me había mirado cuando le di la noticia. ¿Fue sólo un sueño o había algo más? Necesitaba a Alice. Sin embargo, no me había quedado energía, para preocuparme de mi "plan" para esa noche. Me imaginé que podría dormir algo para recuperarme, cuando llegáramos al hotel. Pero, obviamente, el destino tenía otras cosas preparadas para mí. Tan pronto como nos encontramos de pie en la habitación de hotel, sentí el impacto de lo que se esperaba que ocurra allí. Quizás Jasper estaba equivocado. Quiero decir, podría pasar, ¿verdad? ¡Maldición! No! Yo estaba haciendo lo correcto. Había sido solo un mal sueño el del avión. Los sueños no tienen por qué significar nada.
"¿Dónde quieres ir?" Pregunto Edward, trayéndome de nuevo a la realidad.
"¿Podemos caminar por un rato hasta que encontremos un lugar? El sol ya casi se pone y está nublado de todos modos." Le pregunte.
'Bella, tu sabes que no tienes que pedirme permiso para hacer cosas, son tus vacaciones también, ¿sabes?", dijo sonriendo mi media sonrisa favorita.
"Lo sé, pero quiero que tu también te diviertas"
"Todo lo que haga contigo me divierte", dijo y pude sentir la seriedad escondida en su tono.
“¿Así que eso es un sí? ", dije en broma.
"Sí", dijo, sonriendo aún más.
Nos dimos la vuelta y salimos del hotel. Caminamos sin rumbo por un rato, hasta que mi estómago me traicionó, gimiendo en voz alta. Edward me arrastró dentro del restaurante más cercano, donde ofrecían un menú pintoresco para cenar. Nos sentamos en un box, cerca de la ventana y esperamos por el camarero.
En un impulso, decidí jugar un juego.
"Edward, ¿verdad o consecuencia?" Le dije sonriendo.
Él me miró, repentinamente asolado por el pánico.
"¡Oh no, no me salgas con eso tu también! Emmett estaba aburrido una vez, y nos hizo jugar a todos. Te aseguro que no fue divertido."
«¿Por qué, que sucedió?"
"Solo te diré que ahora tengo un miedo intenso de las Budweiser y los pop-rocks", dijo muy serio.
No pude contenerme, y empecé a reír hasta que las lágrimas rodaron por mis mejillas.
"¿Crees que fue divertido?" Dijo Edward, mirándome con un gesto diabólico. Mi risa se apago un poco y entonces el dejo escapar un gruñido profundo de su garganta. En cuestión de segundos comencé a reír de nuevo, Edward me estaba haciendo cosquillas. Intente inútilmente, empujarlo lejos pero el tomo mis muñecas con una mano. Sin querer, me acercó mucho a él. Nuestras bocas quedaron sólo a unos pocos centímetros. Habíamos sido cuidadosos de no acercarnos tanto el uno al otro, después de lo que había sucedido en mi casa. Lo miré a los ojos con incertidumbre, sólo para encontrar su mirada en mis labios. Por segunda vez, en doce horas, pude ver unas cuantas manchas verdes en sus ojos. El comenzó a inclinarse mas, y nuestras bocas estaban a punto de tocarse cuando... el camarero, o mejor dicho camarera, decidió que ese un buen momento para tomar nuestras órdenes.

Ella se aclaro la garganta a un lado de la mesa, causando que Edward me liberara. Una vez más el momento se había perdido. Si cosas como esta seguían sucediendo, yo nunca llegaría más lejos.

Mire a la camarera y suspire. Genial, otra joven y linda chica, que actuara como si yo fuera inexistente, y tratara de coquetear con Edward, sólo para frustrarse, cuando el no responda a su sonrisa.
Esto no sería fácil.

 
Capítulo 8

Cuando caminábamos de regreso, caí en la cuenta, Edward y yo estábamos en Chicago, el lugar donde fue transformado, el lugar en que sus padres murieron. ¿No le molestaba estar aquí? Yo tenía que preguntarle…
"Edward, ¿cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que has estado en Chicago?"
Giro su cabeza para mirarme. Estábamos caminando de regreso al hotel, aún sin tocarnos. Me sentía como me sentí cuando empezamos a hablar el año pasado, en la escuela. Ninguno de nosotros estaba muy seguro de cómo se sentía con el otro. Esto se estaba poniendo ridículo. Yo no sabía dónde estaba parada.
"Cuando me transformo, Carlisle y yo tuvimos que irnos. Había muchas personas y para mí era difícil de manejar. Fuimos a Denali, hasta que yo pudiera controlarme mejor a mí mismo. Luego, después de un tiempo comencé a sentirme...restringido. Odiaba que me dijeran qué hacer, y aun lo odio. Así que me fui, me fui del lado de Carlisle, y de Denali y, tu sabes esa parte". Admitió con la mirada lejana y culpable.
"Alrededor de un año antes de volver con Carlisle, regresé por un tiempo, sólo para ocuparme de un par de cosas. No he vuelto a venir, hasta ahora".
"¿De qué tenias que ocuparte?" Le seguía disparando preguntas, no solo porque quería las respuestas, sino porque era la conversación más larga que habíamos tenido desde lo que sucedió entre nosotros en mi dormitorio.
"Yo quería visitar la tumba de mi madre, también era necesario poner en orden todo lo concerniente a la casa".
"¿Qué casa?"
"Cuando murieron me dejaron la casa que vivíamos".
"¿Qué pasó con ella?"
"No pasó nada con ella."
Eso me llamo la atención. Si el tenia una casa en Chicago, y nosotros estábamos en Chicago, ¿Por qué no nos quedábamos ahí?
"¿Qué?" me preguntó mirándome. Yo había girado mi cara lejos de él, al pensar en esto.
"¿Eh? oh, nada. Sólo pensaba." Le dije, causando que Edward gimiera.
"Es realmente desesperante no saber que estas pensando."
"Siempre puedes saberlo si me preguntas."
"Vamos Bella, no es lo mismo. Cuando me dices lo que estas pensando, tu editas… ".
"Bien te diré exactamente lo que estaba pensando. Me preguntaba por qué, si estamos en Chicago, y tú tienes una casa en Chicago. ¿Entonces por qué no nos quedamos en tu casa en lugar del hotel?”
Me miró, con una ilegible expresión en su rostro angelical.
"¿Te gustaría quedarte allí?" preguntó vacilante.
¿Seria que le dolía ir allí y ver todo lo que había dejado atrás? ¿Todo lo que perdió?
"Sólo si tu quieres. A mi nada más me llamo la atención."
Sus facciones se suavizaron ligeramente. “Bueno, entonces solo vayamos al hotel por nuestras cosas."
"¿Estás seguro? No tenemos que ir si tú no lo deseas. Sé que debe ser raro estar en la casa donde vivías con tu familia. No quiero que estés incómodo."
Edward se volteo hacia mí y me sonrió. Luego entrelazo su mano en mi pelo, este era el primer contacto físico que habíamos tenido desde la cena. "Está bien”. “Además, sin duda va a ser mejor que quedarnos en la suite “luna de miel".
Si el supiera cuánta razón tenía.


Nuestro equipaje aún estaba donde lo dejamos, cerca de la entrada. Lo tomamos rápidamente y nos fuimos. Yo ni siquiera llegué a ver lo que había detrás de la puerta de la habitación. Tomamos un taxi hacia la casa, Edward había dicho que era demasiado lejos para caminar hasta allí, con todo nuestro equipaje.
No estábamos siquiera a una cuadra del hotel cuando, de pronto, se reclinó hacia mí y apoyo su cabeza en el hueco de mi cuello, inhalando profundamente. Me quede absolutamente quieta, sin siquiera respirar.
El se incorporo de nuevo y me miró perplejo.
"¿Pasa algo malo?" le pregunte nerviosamente.
"... Tu, hueles diferente."
"Diferente ¿cómo?"
"No sé, lo acabo de notar ahora. Es sutil. Probablemente lo habría notado antes, pero como estábamos afuera ".
"¿Cómo huelo?"
"Todavía hueles a ti misma sólo que...más, es el mismo aroma sólo que más intenso."
Atraje mi muñeca hacia mi nariz e inhale. Yo no olía nada.
"No huelo nada." Dije y me volví hacia él, para encontrar que se reía suavemente.
"¿Qué?"
Susurró, inclinándose más a mí, a fin de que el taxista, afortunadamente un hombre mayor, no pudiera oír. "No puedes olerlo Bella. No es tu piel. Es más profundo. Es tu sangre".
¿Sangre? O.K., ahora yo estaba confundida. Si me hubiera cortado lo sentiría... ¿verdad? Me di una rápida mirada.
Edward suspiró suavemente a mi lado.
"No, no es eso. Es algo más profundo. No lo sé. No puedo explicarlo. Pero sé que tu aroma es más potente ".
"¿Está bien? Para ti quiero decir. ¿Puedes manejarlo?" Yo sabía lo difícil que era para él estar cerca de mí o conmigo, como estaba ahora. No quería que esto fuera más difícil de lo que tenía que ser. Él sólo me miró y sonrió, su hermosa sonrisa torcida, y luego suspiró.
"Bella". Resopló, inclinándose hacia mí de nuevo. El tiempo se ralentizó casi hasta detenerse, cuando se acerco agonizantemente más a mí. Edward toco su nariz ligeramente contra mi cuello, inhalando profundamente.
"Creo que subestimas mi auto-control." Dijo respirando sobre mí, su aliento recorrió todo mi cuello, haciendo que se erizara el bello de mis brazos.
Se tiró hacia atrás y miró sobre mi hombro, abruptamente.
"Bueno, aquí estamos." Dijo el taxista. Yo miraba por mi ventana. No estaba segura de que era lo que yo esperaba encontrar. Pero, claro, yo no sabía mucho acerca del pasado de Edward. Sólo lo básico: los nombres de sus padres, y la ciudad donde creció. No podía culpar a Edward por no contarme. El no recordaba mucho de su vida de antes, de haber sido transformado. Por otra parte, tampoco ayudaba el hecho de que él no estaba realmente coherente, antes del cambio, debido a la fiebre que padecía.
Abrí la puerta del taxi y salí, mientras Edward le pagaba al chofer. La casa era hermosa. No tan grande como la casa en la que él vivía ahora, sino más bien pintoresca, Victoriana, se hallaba en una carretera casi desierta. Yo ni siquiera me di cuenta, de que habíamos dejado atrás la ciudad. Un minuto antes estábamos allí y al siguiente, nos encontrábamos en medio de la nada, era un poco como haber entrado en “the twilight zone”.
"¿Y bien? ¿Qué te parece?" preguntó Edward a mi lado.
"Es hermosa. ¿Cómo es que nunca me contaste sobre ella?" Le pregunte, volviendo a mirar hacia él.
Él sólo se encogió de hombros. "Nunca salió el tema.", Afirmó simplemente. Quería decir algo, pero pensé que era mejor dejarlo así. Él me contaría cuando estuviera listo.
Puso su brazo alrededor de mi cintura y me guió hasta la entrada. Yo estaba agradecida de que la indecisión de antes se había ido. Cuando introdujo la llave y abrió la puerta, fue como caminar en el pasado. Todo parecía antiguo, como si hubiera permanecido intacto en el tiempo en que Edward y su familia habían vivido allí. Todo estaba actualizado, pero nada era moderno. Parecía como si Edward hubiera intentado mantenerla igual, una réplica de su infancia. Había un pequeño vestíbulo al pasar la puerta. Allí se encontraba un pequeño perchero y una mesa, ambos se veían realmente antiguos.
Edward entro detrás de mí y coloco nuestras cosas a un lado de la puerta. Se paró, mirando por encima de mí.
"Vamos, te la mostrare.", Dijo, tomando mi mano en la suya.
Caminamos por el vestíbulo y giramos a la derecha, hacia una pequeña sala de estar. Había un gran sofá de cuero marrón y madera en torno a una mesa de café. No podía saber si el sofá era original. Me volví a preguntarle, pero mi vista se perdió contemplando la habitación. Me di cuenta, que era más grande de lo que parecía. Cuando mire a la derecha vi un entrepiso de madera. Había allí un gran ventanal de vitraux donde se veía la imagen del ángel Gabriel. No lo pude ver con detenimiento porque me había impactado lo que se encontraba frente a él. Allí, orgulloso delante del ventanal se encontraba un gran piano de cola. Las claves brillaban suavemente con el resplandor de las luces generales.
Sonreí en silencio, por supuesto que Edward tendría un piano en su casa, sin importar donde viviera. Este había sido, probablemente con el que aprendió a tocar.
"Esta es la sala de estar.", Dijo el parado junto a mí.
Luego me condujo a través de un conjunto de puertas dobles, en lo que parecía ser una cocina. Era probablemente la parte más moderna de la casa, había una pileta de acero y una antigua heladera. ¿Existían en 1918? Tendría que mirar en Google cuando llegara a casa. Dude que hubiera una computadora en esta casa.
"La cocina”, dijo, “probablemente deberíamos salir y comprar algo de comida para mañana. Probablemente alquile un auto, también".
"Bueno", dije todavía ligeramente aturdida. Luego salimos de la cocina y me mostro el comedor, una sala amplia con una gran mesa de roble en el centro. A pesar de esta era grande sólo había cuatro sillas. Uno de ellas, presumí, seria para los invitados. A un lado de la habitación, en la esquina contra la pared había un hermoso armario de vajilla. Todos los platos que contenía brillaban con orgullo frente a nosotros. Edward definitivamente pasó bastante más tiempo en este lugar del que dijo.
"Comedor.", anuncio simplemente. Pero ahora, yo tenía que preguntar.
"Edward, ¿cómo mantienes la casa tan limpia?"
"Tengo cuidadores, y un equipo de limpieza viene aquí una vez al mes, a cuidar de la casa para mí."
"Ah", dije tontamente, ¿por qué él actuaba de manera tan extraña? ¿Seria por el olor del que estaba hablando en el taxi? ¿Yo lo estaba poniendo más sediento? Sus ojos estaban claros, por lo que probablemente no fuera eso.
Luego, antes de que yo me diera cuenta, volábamos escaleras arriba. Una vez allí, giramos a la izquierda, entrando en una pequeña habitación. Una cama, la cómoda y la mesa de noche, constituían el único mobiliario de la habitación. Y yo supe claramente, que esta era la habitación de Edward.
"Y esta es mi habitación". Dijo, y la forma en que lo hizo me recordó, el motivo por el que estábamos aquí, realmente.
Yo tenía un plan, uno que nos exigiría estar en esa habitación. Me volví de frente y le di a la habitación una nueva mirada. Me entregaría a él, en esta habitación, en esta cama. Y esperaría, que cuando se enterara de lo que había hecho, que seguramente se enteraría, sería capaz de perdonarme. Al menos eso esperaba.
No vimos el baño. Todo el tiempo que estuvimos arriba, yo me preguntaba si él me mostraría la habitación de sus padres o no. Cuando se detuvo frente a la única puerta que no habíamos visto yo estuve segura de que lo haría. Tenía que significar algo para él. Quiero decir, que estuviéramos en la casa en que se crió, el último lugar en el que vivió, antes de "morir" y el último lugar, donde había estado junto a su familia. Pero, hasta el momento, parecía que no significara nada para él, en absoluto. Cuando se abrió la puerta, el simplemente señaló que era la habitación de sus padres.
Era un cuarto sencillo. Solo contenía una cama, el tocador, y la mesa de noche. Se veía casi idéntica a la de Edward. La única diferencia, era una pequeña zona para sentarse enfrente de un gran ventanal. Yo estaba observando la habitación, guardando todo en mi memoria, cuando algo me llamo la atención en el tocador. Había algo brillante, era un pequeño marco de plata, apoyado en la esquina de la cómoda. Caminé hacia allí y lo tome.
Se trataba de un retrato de familia. La madre de Edward, Elizabeth, sentada orgullosa en una silla, su cabello castaño rojizo le caía ligeramente, en cascada, sobre los hombros. Sus ojos color zafiro, enviaban una cálida mirada materna desde la fotografía. De pie, alto y orgulloso, a su izquierda estaba el padre de Edward. Su cabello negro, estaba despeinado en la frente, al igual que Edward. Sus ojos se veían tan vibrantes que mi corazón sintió una estacada. Se podía percibir que el amaba a su familia... Se podía ver el amor y la felicidad que nadaban en sus ojos, de color verde oscuro. Y allí a la derecha estaba Edward, humano y feliz, sonriendo a la cámara. Él era más joven en esta foto, no mayor de trece años, se notaba por las pecas que adornaban su rostro. Él parecía tan joven y exuberante. Su pelo era casi el mismo, quizá, un poco mas rojizo ahora, y aún colgando en rebeldía a través de su cabeza. Mostraba una sonrisa muy amplia, como si fuera navidad y hubiera recibido su juguete favorito. Lo único que había cambiado radicalmente desde entonces, eran sus ojos. No eran los color ébano negro, que yo tanto amaba, sino de un impresionante y radiante verde. Yo los había visto sólo una vez de ese color. En mi habitación, la noche pasada. En ese momento, en la habitación de sus padres, me di cuenta de que no había nada que yo deseara mas, que estar en un retrato como el que sostenía en mis manos ahora.
"¿Estás lista?" me pregunto Edward desde la puerta. Yo devolví la imagen al lugar donde la había encontrado y abandone la habitación, más decidida que nunca.
"Vamos." Dijo Edward cerrando la puerta.
Bostece, y me di cuenta, de no había dormido durante más tiempo del que yo estaba acostumbrada.
"Creo que me voy a ir directo a la cama." Dije mientras bostezaba de nuevo.
"Bueno, puedes dormir en mi habitación".
Fuimos abajo, tomamos el equipaje y regresamos a su habitación. Me cambie en el cuarto de baño, sin preocuparme de lo que estaba usando. Regresé a la habitación, Edward me esperaba con paciencia, y me quede dormida en la cama, doblada en sus brazos, esperando que ellos mantuvieran mi pesadilla lejos.

Capítulo 9

Desperté para encontrar que Edward se había ido.
Deslice las piernas sobre la cama perezosamente, y me encamine hacia la puerta. Al abrirla, pude escuchar abajo, las suaves notas del piano. Ellas viajaban a la deriva por la escalera, envolviéndose en torno a mí, guiándome hacia abajo. Las notas sonaban livianas, como si flotaran en el aire. A continuación, una nota más grave se agrego a la mezcla, creando una extraña melodía. Baje suavemente por las escaleras y justo antes de alcanzar el ultimo escalón, Edward comenzó a cantar, su voz emanaba de él como de un ángel. Me detuve en el lugar, escuchando la letra.
Nuh Nuh Nuh Nuh Nuh
Te extraño, te extraño, tanto, no me olvido de que,
oh, es tan triste.
Espero que tú puedas oírme, te recuerdo claramente.

A continuación, las notas se volvieron más difíciles, más sinceras y urgentes. Empecé a moverme nuevamente, caminando a través del comedor, hasta que lo vi, mirando por la ventana hacia la noche. Sus dedos se desplazaban con gracia sobre las teclas, su melodiosa voz llenando la sala.

El día en que te fuiste, fue el día en que entendí que
Mi vida no sería la misma.
Ohh
Nuh, Nuh
Nuh Nuh Nuh Nuh Nuh

No he podido besarte en la mano, para decir adiós.
Desearía poder verte otra vez, aunque sé que no puedo
Ohhh.
Espero que tú puedas oírme, te recuerdo claramente.
El día en que te fuiste, fue el día en que entendí, que
Mi vida no sería la misma.

Ohhh.
Yo me he despertado, porque tú no despiertas?
Sigo preguntándome por qué
Y no puedo entender, no puedo fingir.
Sucedió, tú te has ido.
Ahora eres pasado, ahora eres pasado.
Así es, te has ido.
Hacia algún lugar, del que no puedo traerte de vuelta.
Ahora eres pasado, ya eres pasado. Así es, te has ido.
Hacia algún lugar del que no regresaras.

Las palabras que salieron de su boca respondieron a la pregunta, que yo me había hecho. Estar en esta casa tenía un efecto sobre él. Incluso aunque habían pasado décadas desde que había perdido a sus padres, él todavía los extrañaba. Mis pensamientos me llevaron aún más lejos, hasta que me encontré a su lado en el banco del piano. Él sabía que yo estaba allí, sabía que así era. Pero él no parecía preocupado en absoluto por mi presencia, él sólo siguió con la canción. Canto las emociones que no podía decirse a sí mismo.

El día en que te fuiste, fue el día en que entendí, que
Mi vida no sería la misma.

Ohh.
Nuh, Nuh
Nuh Nuh Nuh Nuh Nuh
Te echo de menos.

Las notas se detuvieron, sus manos descansaban ligeramente sobre las teclas. Su rostro estaba aún de frente a la ventana, pero yo sabía que había cerrado sus ojos.
"Oh, Edward." Le dije suavemente.
Se dio vuelta para quedar frente a mí, y mi corazón se rompió.
Se veía tan joven y vulnerable. El dolor era evidente en sus ojos. Y sabiendo que él no podía llorar, me encontré llorando por él. No entendía cómo pudo mantener tanto dolor embotellado dentro de sí mismo, todos estos años, pero finalmente, aquí, en su verdadera casa, lo dejo salir.
Antes de darme cuenta estábamos uno en brazos del otro, sosteniéndonos mutuamente, como si el otro fuera la única persona en el mundo que supiera, que pudiera entender.
Nos quedamos así por un largo tiempo, solo abrazándonos el uno al otro. Cuando, finalmente, nos separamos. Nuestras miradas cautivas, leyéndonos el alma a través de los ojos. Yo sabía que iba a comenzar a llorar de nuevo, por lo que rompí la conexión mirando hacia abajo, no quería que Edward viera mis lágrimas.
Su mano se acomodo en mi barbilla, limpiando las lágrimas que caían allí y levanto mi cabeza.
Nuestras miradas se encontraron nuevamente.
"Bella". Susurró él, inclinándose a centímetros de mi cara. Entonces nuestros labios chocaron por primera vez, en lo que parecía ser una eternidad.
Este beso empezó lento, su boca se movía contra la mía en una suave caricia. Sin embargo, cuando mi mente finalmente comprendió lo que estaba sucediendo, lleve mis manos detrás de su cuello, deslice mis dedos a través de su cabello, y mis labios empezaron a moverse junto a los suyos.
Parecía como si fuera la señal que él había estado esperando. Tan pronto como mi boca empezó a moverse contra la de él, sus labios se apartaron por un momento, todavía a unos centímetros de los míos. No sé qué estaba pensando en ese momento pero habría dado cualquier cosa para averiguarlo. Yo ni siquiera había tenido la oportunidad de terminar ese pensamiento, cuando sus labios estuvieron sobre los míos de nuevo, fundiéndonos.
Enrosco sus manos en torno a mi cintura, acercándome más hacia él. Un sonido grave salió de su garganta, haciendo que el cabello en la parte de atrás de mi cuello se erizara. Abrió su boca y su lengua se deslizo sobre mi labio inferior. Yo los abrí y unos momentos después nuestras lenguas bailaban al unísono. Entonces, se levanto del banco, logrando de alguna manera que no se rompiera el beso. Mis piernas instintivamente se envolvieron alrededor de su cintura.
Mis manos bajaron de su cabello hasta su pecho. Sus manos acariciaron mis senos y yo gemí, agradeciendo haberme sacado el sostén para ir a la cama. Mi cabeza giraba y no tenía ni idea de cómo me acordaba de respirar cuando, súbitamente, me encontré recostada sobre algo suave. Edward me siguió hacia abajo, utilizando su mano izquierda para mantener la mayor parte de su peso fuera de mí. Con mis dos piernas libres,   desenganche una de la parte inferior de su espalda y la deslice a lo largo de su torso. El dejo que su mano libre se resbalara por mi cara y se arrastrara desde mi clavícula hasta la parte inferior de mi camisa. Sus dedos reptaron, poco a poco bajo la tela hasta que alcanzaron mi pecho. Él rompió el beso construyendo un camino de fuego a lo largo de mi mandíbula y hasta el cuello. Tome entonces, una bocanada muy necesaria de aire.
El se sentó y tiró bruscamente de su camiseta sobre su cabeza, exponiendo su pecho. Su piel brillo a la luz de la luna que entraba por la ventana, la única luz en la habitación. Arrastre mi mirada desde su pecho desnudo hasta su rostro. Las líneas y ángulos de su cara lucían vibrantes de pasión y sus ojos estaban encerrados en los míos. Se veían   inseguros. Fue entonces que me di cuenta del porqué. Sus ojos eran absolutamente brillantes. Una vez más, el topacio se había ido, sólo para ser sustituido por un verde vibrante.
Se veían deslumbrantes.
Él estaba esperando a ver si yo los había notado. Yo sabía que tenía que hacer algo, rápido, o el momento se perdería… otra vez. Me incorpore con él todavía a caballo sobre mi cintura, y tire de mi camisa. Todo el tiempo mi mirada se fijo a la suya. Separándose únicamente cuando la tela paso sobre mi cabeza. El parpadeo antes de que sus ojos recorrieran mi torso desnudo. Se inclinó de nuevo y con avidez capturo mi boca con la suya, empujándome otra vez hacia la alfombra. Sus manos vagaban por mis pantalones desabrochándolos. Comenzó a deslizarlos hacia abajo y yo levante mis caderas hasta que estuvieron lo suficientemente bajos, entonces los empuje hacia el suelo. Su mano se deslizó hasta mi muslo. Mis manos   viajaron sobre su piel desnuda hasta la cremallera de sus pantalones. Cuando se dio cuenta de lo que yo estaba haciendo rodo fuera de mí para sacárselos. Revelando sus poderosas piernas envueltas en la seda oscura de sus boxers.
Me impactó cuando, en lugar de volver a besarme, se movió de vuelta en el piso y se arrodillo entre mis muslos. Él se inclinó y besó mis piernas. Cuando llegó a la delgada tira de mi bikini abrió la boca y la tomo entre sus dientes. Tiró hacia abajo lentamente y, entonces, me lo había sacado, dejándome totalmente expuesta. Se inclinó sobre sus rodillas y me miró, disfrutando de su pericia.
Pude ver el hambre en sus ojos. Sabía entonces, sin lugar a dudas que dentro de los próximos minutos nos perderíamos el uno en el otro. Cediendo a nuestros deseos. Parecía que la "seducción" no había tomado un gran esfuerzo, después de todo. Fue entonces que la culpa me lavo como agua helada. ¿Qué estaba haciendo? Sabía que si me acostaba con él quedaría embarazada.
Por otra parte, él también lo sabía, ¿verdad?
Él sabía lo que pasaría si llevábamos las cosas más lejos.
Aún así, sentí que le estaba mintiendo al no decirle que yo sabía. ¿No sería mejor si él se enteraba porque yo se lo decía?, le avisaba, que si lo descubría más tarde, y yo se lo había ocultado. Mis pensamientos me confundían más y más. El tenía que desear esto también o no lo estaría haciendo ¿no? Quizá yo debería simplemente disfrutar de esto. Él sabía en lo que se estaba metiendo a sí mismo, él sabía el resultado.
Aunque seguí diciéndome que él sabía lo que estaba haciendo, no he podía olvidar el hecho de que yo sabía también. Vine aquí esperando que esto sucediera. Estaba aquí con el único objetivo de acostarme con Edward. Al instante me sentí sucia, al igual que el momento fue viciado con mentiras, y ocultamientos. Edward comenzó a inclinarse hacia mí de nuevo, pero ya no podía ver la mirada en sus ojos sin sentirme culpable. Quería que nuestra primera vez fuera especial para los dos. Esto perdería su significado con mentiras entre nosotros. Entonces, me decidí a hacer la cosa más difícil que había hecho jamás. Decirle.
"Edward". El murmuro mi nombre mientras besaba y mordisqueaba mi estómago. El estaba sólo a un beso o dos de mi pecho cuando le dije,
"No podemos hacer esto." Se congeló en su lugar, su boca en mi clavícula. Él se inclinó hasta mí sosteniéndome con su mirada esmeralda.
"¿Qué sucede Bella?", Preguntó, perdiendo el aliento.
"Tengo una confesión que hacerte." Dije, esperando hacer lo correcto.

Capítulo 10

Él parpadeo, yo esperaba una respuesta más activa de él. Pasaron sólo segundos antes de que el inclinara la cabeza, sus ojos se veían abatidos.
"Yo también tengo algo que decirte." Suspiró. Después, rodo fuera de mí y se sentó.
"Comienza tu." Dijo, sin sacar sus ojos de los míos.
Suspire, ¿y si fuera un error decírselo? Incluso si lo era, sabía que no podía continuar con este secreto en mi pecho.
"Bueno, yo sé por qué tus ojos están verdes. Jasper me dijo. Además, sé que si seguimos..." me sonroje furiosamente y agite mi mano en el aire "esto... Voy a quedar embarazada. Alice me dijo. Pero no te enojes, ella sólo quiere que seamos felices. Ella ni siquiera rompió su promesa, te la hizo después de decírmelo. Ayer, cuando fuimos de compras, fuimos para que pudiera comprar ropa más... seductora para ti. Estábamos intentando despertar un hambre...diferente en ti. Esa es la razón por la que me he estado vistiendo de manera más... reveladora. Tenía la esperanza de despertar tus deseos para que nosotros... tú sabes. Pero ahora, cuando me di cuenta de cuán cerca estaba de que esto suceda. No pude. Quiero que nuestra primera vez juntos sea especial. Y no puede serlo con todos los secretos que estaba ocultándote. Siento mucho no habértelo dicho antes. Lamento no haber hablado contigo sobre esto. Alice me dijo que tú no querías que esto suceda, que estabas en contra de esto. Sé que está mal forzarte a un compromiso que no deseas. Lo siento, Edward, lo siento mucho". Cuando terminé, una lágrima se deslizaba por mi mejilla.
Yo todavía estaba mirándolo a los ojos, el verde en ellos se extinguía a medida que le hablaba. Genial, pensé. Tuve mi oportunidad y ahora la arruine. Edward estaba mirándome, inmóvil. El silencio en la habitación se extendía entre nosotros, hasta que, con una sola pregunta lo rompió.
"¿Qué es lo que elegiste cuando fuiste de compras?" Yo estaba tan sorprendida por la pregunta que respondí de inmediato.
"Lencería" Me sorprendió con la guardia baja, cuando el   verde de sus ojos se volvió intenso otra vez. Luego un chasquido de comprensión atravesó su rostro.
"Oh, ya veo."
"¿Ves qué?"
"¿Por qué hueles diferente?”
"¿Qué?"
"Digo que ya sé porqué hueles diferente, Charlie mencionó que tu tomabas la píldora. Has dejado de tomarla ¿no? El cambio en tu aroma se debe a las hormonas, que estaban suprimidas, y ahora se desplazan por tu torrente sanguíneo con más potencia".
¿Por qué estaba el evitando hablar del problema aquí? Miré hacia abajo, rompiendo nuestra mirada.
"Estas equivocada ¿sabes?", dijo. Una vez más, me levanto la cara con su dedo pulgar debajo de mi barbilla.
"¿Sobre qué?" dije inspirando, con el cuerpo todavía tarareando.
Entonces me miró, reflejando la sinceridad pura en sus ojos.
"Yo si quiero este bebé".
"¿Qué?, Pero Alice dijo que tu habías hecho un escándalo en tu casa diciendo que no era justo."
"Lo hice, pero no porque no quiera que suceda. En verdad, tenía miedo de cómo reaccionarías. Bella, tu solo tienes dieciocho años de edad. Vas a dar tu vida dentro de diez meses por mí. ¿Cómo podría pedirte que renuncies a tus últimos diez meses de normalidad por mí, también, cuando tu ya me estás dando tanto por el simple hecho de estar conmigo?"
"Bella, ¿Qué pasa con Charlie, Renee, Phil, la escuela, tus amigos?" Me preguntó muy serio. Yo lo miré fijamente.
"Charlie, Renee, y Phil se decepcionaran, pero qué pueden hacer? Tengo dieciocho años puedo tomar mis propias decisiones. Y en cuanto a la escuela y mis amigos, puedo seguir yendo a la escuela quedan sólo unos pocos meses. Además no se va a empezar a notar como hasta dentro de tres meses, así que tengo tiempo suficiente para explicarle con todo detalle a todo el mundo. Mis amigos lo entenderán." Me encogí de hombros. "Y si no lo hacen, entonces creo que no son realmente mis amigos." concluí.
Él me sonrió antes de inclinarse hacia adelante para besarme de nuevo. Esta vez yo lo interrumpí.
"Así que, ¿tu quieres...?" lo conduje, sugestivamente. Él sonrió y entonces, mi corazón se lleno de luz.
"Sí". Dijo, sonriendo de nuevo. "Quiero. Pero primero... quiero ver lo que tú y Alice eligieron para mí." Dijo atrevido. Una vez más, me sonroje.
"¿En verdad no estás enojado?" Le pregunte con escepticismo.
"Por supuesto que no, Bella. Si realmente quieres esto y estás dispuesta a llevarlo a cabo. Pues, yo estoy dispuesto a dártelo."
Estaba tan feliz que sólo lo bese. Él se tiró hacia atrás unos segundos más tarde y yo lo miré confundida. Él sólo sonrió.
"Hablaba en serio cuando te dije que quería ver lo que compraste para mí."
Mi boca formó una "O" cuando entendí lo que él quería. Entonces me sonrió de nuevo, de repente nervioso.
"Dame cinco minutos." Le dije y salté de la alfombra y prácticamente corrí a la escalera. Me detuve cuando lo escuche gemir detrás de mí. Gire para verlo, pero el sólo me miraba, con sus ojos brillando refulgentes.
Oh, me olvidé.
No tenía ropa encima.
Me sonroje más profundo.
"Rápido.", dijo, y su voz sonó tensa. Me volví a tomar algo de mi bolso y corrí al baño. Una vez que cerré la puerta, me mire en el espejo. Lo que vi me dejó estupefacta. Mi cara ruborizada. Con algunas manchas de color rojo, como resultado. Mi pelo era un desastre y mis labios estaban hinchados y de color rosado. Miré hacia la ropa que traía en mis manos.
El top era un corset rojo sangre con un diseño floral en el lateral bordado con hilo de plata. La parte inferior era un pequeño trozo de tela, que no podía considerarse como ropa interior, pero iba a tono con el corset perfectamente. También era de color rojo y, por un lado, tenía un pequeño pétalo que simulaba haber caído de la flor de la parte superior. Una vez que lo tenía puesto, cepille mi pelo con rapidez y lo deje caer libremente a mi alrededor. Me rocié una pequeña cantidad del perfume que Alice había comprado para mí, cuando salimos de compras. Ella había dicho que era lo más parecido que pudo encontrar a mi olor natural. Por último, me puse un poco de rímel e inspire profundamente para calmarme, luego salí por la puerta.
Cuando lo hice mi mandíbula cayó al suelo. Allí, adornando el pasillo había cientos de pétalos de rosas blancos y rojos desparramados como lluvia en todo el piso. La luz del pasillo estaba apagada, pero yo no tenía que preocuparme por no ver a donde iba, ya que había decenas de velas púrpura oscuro alumbrando el camino hacia la habitación de Edward. El piso se sentía ligeramente acolchado por los pétalos. Cuando llegué, la puerta estaba un poco entreabierta y yo la abrí completamente. Al hacerlo me di cuenta de que no sólo el pasillo fue adornado en pétalos de rosas y velas, sino que toda la habitación, estaba radiante en la suavidad de la luz de velas. Los pétalos en el suelo, desprendían el aroma de las rosas.
La cabeza de Edward se volteo hacia mí en el instante en abrí la puerta. Sus ojos se agrandaron cuando contemplo mi aspecto en aquel atuendo tan revelador. Edward trago con esfuerzo, y entendí, que él estaba tan nervioso como yo. Todavía vestía sólo sus boxers. El cálido resplandor de las velas hacia que su piel pareciera dorada.
"Ven". Susurró, cuando me detuve en la puerta. Hice lo que me pedía y comencé a cercarme, cuando estaba a una corta distancia, él me tomo con sus brazos alrededor de la cintura y me empujo hacia él, apurándose a juntar nuestras bocas. Él me rodo hacia la izquierda para poder situarse sobre mí. Luego rompió el beso y se incorporo para contemplarme, sus ojos recorrieron todo mi cuerpo.
"Hermosa." Murmuro, mientras sus labios volvían sobre los míos. No hubo dudas en la forma en que su boca se amoldaba a la mía, solo pasión, nublando nuestras mentes y embargándonos. Sus manos recorrieron mi rostro y siguieron hacia abajo, a la parte superior del corset, el sintió mis pechos a través de la tela. Mi espalda se arqueaba y un gemido bajo por mi garganta. Mi cuerpo estaba en llamas, cada terminación nerviosa se volvía más y más sensible en cada contacto. Sus manos se movieron de mis senos para deshacer los lazos y deslizar completamente fuera el top. El beso desde mi boca a mi cuello y siguió más allá. Cuando llegó a mi seno lo besó antes de tomar mi pezón en su boca. Lloré sosteniendo su cabeza junto a mi cuerpo. Su otra mano recorrió mi costado hasta encontrar mi otro pezón endurecido en la punta de sus dedos.
Su cabeza se trasladó hacia abajo, y plantó besos a lo largo de mi estómago de nuevo. Esta vez más lentamente, tomándose su tiempo, entonces desparramo sus dedos por mi vientre y mi cintura.
"estás segura?" susurro buscándome con sus ojos, y vi en ellos algo que no había visto antes. Esperanza.
"Sí". Le conteste ahogada.
Él no contesto y tiró la pequeña tira de tela por mis caderas.
Dejé de respirar.
Justo cuando pensé que yo sabía lo que iba a suceder, el se movió y trajo sus labios hacia los míos de nuevo. Su mano una vez más recorriendo mi vientre, como si intentara memorizar cada contorno de mi piel, hasta llegar a mi centro. Su dedo se empujó dentro de mí, trazando caricias profundas, bailando dentro de mí. Sus caricias despertando anhelos desconocidos para mí. Sus manos dejaban un rastro de sensaciones a su paso. Mi cuerpo estaba zumbando, cada terminación nerviosa encendida. Una bobina interior parecía apretarse con cada toque de sus dedos. Hasta que, la bobina estallo. Placer corriendo a través de mis venas como si el mundo hubiera explotado.
Edward se movió entonces, un lánguido y elegante movimiento que causo que la cama se moviera ligeramente por el cambio de peso. Yo ni siquiera había notado que él se había sacado sus bóxers, hasta que miré hacia abajo y vi su erección presentándose orgullosa. Un espeso manto de miedo cayó sobre mí. Nunca me había sentido tan pequeña. Era demasiado grande.
Edward se movió de nuevo sobre mí, se detuvo, y me miró pidiéndome permiso con la mirada. Yo asentí y él se movió de nuevo, acomodando su cadera, entre mis muslos. Volvió a besar mi cuello, muy probablemente para distraerme del dolor que estaba segura que llegaría. Se movió a sí mismo, lentamente, dentro de mí.
El dolor era agudo, pensé en morder mi labio para contener las lágrimas. Mi cuerpo se estaba estirando, para hacerle espacio al de él. Deje escapar un quejido y él se retiró para mirarme a los ojos.
"Esta bien, Bella. Se supone que duele la primera vez. Sólo dame algo de tiempo. Prometo que puedo hacer que se sienta bien."
"Bueno" le susurre.
Él empujó aún más, sus ojos taladrando los míos. Podía sentir que él había alcanzado mi barrera. Cerré los ojos. Él se inclinó y me besó de nuevo. Nuestras lenguas bailaron juntas y, a continuación, con un súbito y fluido movimiento, empujo su cadera hacia adelante, atravesando la delgada barrera de mi cuerpo. Se freno entonces, dentro de mí, mientras mi cuerpo se acostumbraba al agudo dolor, y se moldeaba al suyo. Una solitaria lágrima resbaló por mi mejilla, y eso fue todo.  Le había entregado mi inocencia. Entonces cuando yo ya no podía sentir el dolor, el se movió para continuar. Se tiró hacia atrás lentamente, una vez. Arrastrando consigo una sensación de hormigueo, que fluyo a través de mí sangre. Un gemido escapó de mi boca cuando se empujo hacia adelante, más fuerte esta vez, a través de los delicados pliegues dentro de mí.
Luego repitió la acción una y otra vez, adentrándose cada vez más profundo, la presión como constante recordatorio de su invasión. Cada embestida me elevaba más en la espiral ascendente de sensaciones encadenadas, cada vez mas tirante y estrecho hasta que la habitación pareció congelarse, y luego explotar, una vez más el mundo estalló en colores y el gritó.
"¡Oh, dios Bella!". Dijo Edward, con voz áspera, cayendo junto a mí en las oleadas de placer que provocaban mis musculos apretándose a su alrededor. Sentí la erupción saliendo de él, luego se aquieto dentro de mí, el resto de su cuerpo agitado por el alivio.
Luego nos derrumbamos juntos, y pasó. Edward permaneció allí a mi lado. Sonriendo en silencio como si acabara de ganar un premio.
Nos quedamos así por un tiempo, sosteniéndonos mutuamente, Edward, acariciaba mi pelo y mi espalda lentamente. Las velas seguían parpadeando contra las paredes, contagiando su caluroso resplandor.
"sabes..." dijo Edward suavemente, ninguno de nosotros necesito mirar al otro, sus dedos seguían deslizándose sobre mi cabello.
"Quizás no quedes embarazada la primera vez." concluyo tentador. Lo miré levantando mis cejas. Cuando nuestras miradas se reunieron él me sonrió implorante.
"Una vez más". Gruñó, y lo hicimos.
 







 






 

7 comentarios:

Berny! =) dijo...

FAAAAAA ME ENCANTOOOOOOO!!!!! ADMITO QUE ME DEJO SUPER EXITADAAA!!! tiene continuacion esto no??????????!!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

hola
no pued kreelo
me dejaste ... asi
ccomo no tiene continuacion???
muchasisimas graicas x la traduccion
una pregunta he estado buscando este fic y no lo encuentro ni en español ni en ingles????
donde lo podria segui leyendo??
mi correo es seccion64@hotmail.com
si alguien sabe la respuesta
saludoss

Anónimo dijo...

woO esta mega incReible!!!
tendRa continuaciOn????
y si l tiene diganme donde la encuentRo!!!

Cyn dijo...

Chichis: perdon la demora en responder su pregunta!!!
Les cuento que este fic tiene continuacion, yo no la traduje, pero la encuentran en ingles aqui:

http://www.fanfiction.net/s/3668113/1/Stained_Glass_Windows

Besos,

Robsten love dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Esto... no me deja leerlo, me gustaria mucho la verdad porque e estado leyendo los comentarios y me gustaria ver de que trata, Gracias por vuestra atencion.

Cyn dijo...

Ahora si! Arreglado!!! ya podes leerlo!
Saludos amiga anonima y espero tus comentarios, a ver que te parece esta historia que traduje hace muuuuucho tiempo ya!
Besos culposos

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