Me incline hacia adelante para besarlo, recordándole las tardes que pasamos de esta forma, abrazándonos y besándonos. Me estremecí contra su boca cuando su lengua recorrió mi labio.
"Mírame," susurre. El abrió sus ojos, pero me resultaron imposibles de leer. "¿No ves que te amo?"
Sus ojos buscaron los míos y se derritieron. "Lo veo," murmuro, besándome. "Sé que me amas."
“¿No es suficiente por ahora?" Le susurre.