Capitulo 8: Adiós comienzo
Carlisle me miró por un largo momento.
“Yo creo que era algo que Aro necesitaba, Bella.”
Su cara mostraba preocupación. Yo sabía que ésta era la razón por la que habían venido. Yo sabía que Alice había visto algo más, algo...malo.
“Qué?” Pregunté, confusa.
“Bella, Aro tiene miles de años de edad. Él lo ha visto todo. Esta aburrido.”
La cabeza de Edward cayó sobre mi hombro, todo su cuerpo mostraba agotamiento.
“Tú le has dado a Aro lo que el necesitaba: un desafío.”
*****
“Y eso qué significa?” Pregunté, atontada.
Carlisle tomó la palabra.
“Yo creo que él ha decidido seguir de cerca tu transformación. Creo que está interesado en descubrir cuál es tu poder; el está seguro de que tienes uno. Y creo que disfruta el perseguirte.” Edward dejó escapar un suave gruñido de su pecho.
Alice se encogió de hombros, comprendiéndolo. “El no tiene nada planeado todavía, pero piensa mucho en ti. No percibo nada…siniestro en el, sin embargo. Yo se que él nos quiere a nosotros,” dijo señalándose a sí misma y a Edward, “pero él te desea a ti aún más. Imagino que eso se intensificará cuando el realmente…te vea...” Sentí como Edward me apretaba contra su pecho.
Carlisle camino hacia nosotros, poniendo sus manos en el respaldo del sillón y acercándose.
“No hay nada que hacer por ahora. Mantendremos nuestros planes de volver a Forks.” El miró a Edward mientras pensaba lo que diría a continuación.
“Podemos irnos esta noche?” Le preguntó. Sentí como Edward asentía detrás de mí. Sentí como mi estomago se crispaba al pensar en dejar el lugar donde tantas cosas habían comenzado para nosotros.
Carlisle inspiró profundamente.
“Yo creo que la cosa más importante a considerar es que, aunque Bella puede estar cerca de los humanos sin problemas, es posible que involuntariamente ella le de la fuerza o la habilidad a alguno de hacer algo que necesite… algo que no sepa que le está dando, o que no quiera darle.”
Me di cuenta que él le estaba hablando a Edward aún, como si yo no estuviera allí rodeada por sus brazos. Entonces, los ojos de Carlisle volaron hacia los míos.
“Yo creo que sería mejor que hubiera alguien acompañándote el mayor tiempo posible, Bella.”
Sus palabras quedaron suspendidas en el aire mientras que todos las asimilábamos. Yo no pensé que él se estuviera refiriendo a nada en particular, sino más bien al hecho de que mi don era bastante desconocido y poco controlable. Pero sus palabras permanecieron dando vueltas en mi cabeza: si alguien deseaba algo bastante fuertemente, seria yo capaz de detenerme a mi misma antes de ayudarlo? Podría este poder vencer mi propia voluntad? Yo no sabía donde había volado la mente de todos los demás, pero sabía ciertamente hacia dónde se había dirigido la de Edward. Giré mi cara contra su pecho y besé su mentón.
“No pienses en eso.” Le dije susurrando. Entonces lo escuché chistar de mal humor a mi lado.
Jasper se puso de pie, determinado.
“Entonces tendremos que trabajar contigo, Bella, para descifrar como controlarlo. Cómo se siente cuando alguien necesita algo de ti? Qué puedes hacer para responder a eso? Puedes evitar hacerlo? Se puede usar tu poder de manera ofensiva? Estas son las cosas que necesitaremos averiguar.”
El estaba en modo de combate, energizado. Sonreí y le guiñé un ojo, y le dije un Gracias moviendo mis labios en silencio. Yo necesitaba que alguien estuviera de buen humor en este momento.
La cara de Edward mostraba una familiar expresión de angustia y contemplación. Me volteé hacia Carlisle y dije, decidida, “Okay entonces. Comenzaremos a empacar. A qué hora nos iremos?”
“El avión estará listo en Rio a las once.” Dijo Carlisle quedamente.
“El avión?” Pregunté con cautela.
“Es contratado.” Dijo Edward suavemente detrás de mí. “No tenemos un avión. Cálmate.” Pude sentir como sonreían sus labios contra mi hombro.
Me reí de su intento de consuelo. “No, solo una isla.” Vi como Carlisle me sonreía por el rabillo de mi ojo. Entonces me di cuenta de que ellos debían haber pensado en alquilar el avión antes de la visión de Alice, antes de saber que yo podía manejarme bien cerca de los humanos. Hubiera sido la única forma en que nosotros podríamos haber vuelto a casa si yo hubiera resultado la típica neófita.
Miré el reloj. Nos quedaban doce horas hasta el vuelo. Me volteé hacia Edward y luego hacia el resto de la familia.
“Me gustaría hablar con Edward sobre todo esto, y luego tomarnos algo de tiempo para despedirnos de la isla…”
Alice se acerco a mí, y besé mi mejilla suavemente.
“Me siento mejor viendo como reaccionas ante todo esto. Tu sí que eres una gatita sexy.” Me hizo un adorable gesto de garra, miro a Jasper, y ellos se fueron en silencio.
Carlisle camino hacia la puerta antes de darse la vuelta para mirarnos otra vez.
“El viaje a casa no es muy largo, Bella, pero me gustaría tener algún tiempo contigo, para discutir lo que estas pensando y sintiendo. Yo quería decirte…que estoy encantado de tener otra hija.”
Su cara se partió entonces en una hermosa sonrisa, y sus ojos se suavizaron. “Verdaderamente, estoy entusiasmado por ambos. Por la vida extraordinaria que tendrán juntos. He esperado este día por demasiado tiempo, el ver a Edward tan amado, y amando tanto también.”
“Gracias.” Le susurré. Edward apoyó su cabeza sobre mi hombro.
Los veo en un rato.” Dijo Carlisle suavemente, y se fue.
Me volteé hacia Edward. Sus ojos encontraron los míos. Se veían apretados, oscuros. Su cuerpo me estaba atrayendo como un imán; Sentí un pulso de claridad inmediatamente antes de que el dijera: “Tú no te quedarás sola nunca hasta que descifremos esto. Y, definitivamente, te mantendrás a quinientas millas de distancia de La Push, Bella.”
“Creo que absolutamente todos van a coincidir contigo en eso.” Me reí, mirando su expresión. No podía evitarlo. “Me alegro que tú, al menos, seas tan fácil.” Le sonreí.
“Qué quieres decir?” Me preguntó.
“No creo necesitar mi don para saber lo que necesitas.” Le dije suavemente.
“Qué quieres decir?” Repitió; su voz sonó tensa pero sus ojos me miraron tan esperanzados que tuve que ahogar un sollozo.
“Tus sentimientos están prácticamente escritos en tu frente. Ven conmigo.” Tiré de su brazo, remolcándolo dentro de la cocina. Me subí sobre la mesada de mármol, levantando mi remera y tirándola por sobre mi cabeza. Solté mi cabello que estaba atado en una cola de caballo. Edward permaneció en la entrada de la cocina, mirándome en silencio.
Me senté en el borde de la mesada, mirándolo. El no se movió de su posición en la entrada; me estaba observando mientras yo permanecía sentada en el mismo lugar en el que había estado apenas unos días antes, pero bajo circunstancias muy distintas.
“Cuando me suturaste, te acuerdas como te sentías?” Le pregunté quedamente.
“Si. Estaba aterrado de llegar a perder el control.” Me susurró.
“Lo perdiste?”
El me hizo una mueca. “Bella.” Dijo apoyándose contra el marco de la puerta, cruzando los brazos sobre su torso desnudo. Demonios, que hermoso es.
“Sólo sígueme la corriente. Dame el gusto.”
“No, yo no perdí el control. Te suturé bastante bien, limpié todo el reguero de la cocina, y después te di masa en esa misma mesada.”
Me carcajeé, y él me sonrió sexy, esperando que yo continuara hablando. “Ciertamente lo hiciste. Qué crees que impidió que perdieras el control?”
“Tú.”
“Interesante, no es así? Que tenerme aquí impidiera que tú perdieras el control conmigo. Cuan hermosamente circular.” Lamí mis labios. El me miraba, curioso.
“Tú no crees que será lo mismo para mí?” Le dijé, recostándome sobre mis codos.
El sólo me miraba. Esperando. Queriendo asegurarse a sí mismo que las cosas no cambiarían cuando fuéramos a casa en Forks. Queriendo purgarse de todas las imágenes que Carlisle involuntariamente había plantado en su cabeza: imágenes de Aro encontrándome y llevándome a Italia porque yo no podía resistirme a lo que el necesitaba de mi. Y peor, imágenes de mi entregándome a Jacob porque yo, simplemente, no podía decir que no.
“No crees que tenerte a ti y tus necesidades cerca de mi me mantendrán centrada mientras no esté en control de mi don? Sin importar lo que haya por allí afuera.”
Sus ojos saltaron hacia un costado y después volvieron a mí. Su cara se relajó en un instante, cuando la comprensión empujó fuera la tensión de su rostro. El entendía lo que yo le estaba diciendo: que sin importar con qué necesidades ajenas yo me cruce mientras desciframos mi poder, él es mi norte. El es mi gravedad. Sus necesidades tienen el impulso más grande sobre mí. Yo nunca traicionaría eso, yo no podría traicionar eso sin importar con que me enfrentara. Yo sabía esto en mis huesos.
El dio un paso hacia mí, desatando sus shorts de baño y empujándolos bajo sus caderas, dejándolos caer al piso. Se movió lentamente, con sus ojos puestos en mí, comprendiendo lo que yo le estaba pidiendo que reclamara como suyo.
“Yo necesito que tú me desees solo a mí.” Me susurró, alcanzando la mesada, y abriendo mis piernas.
“Lo hago, Edward. Yo solo te desearé a ti por siempre. Sin importar donde estemos, te desearé a ti.” Me dejé caer sobre el mármol frio mientras él me traía hacia el borde de la mesada, envolviendo mis piernas alrededor de su cintura.
Su mano acarició desde mi rodilla hasta mi sexo, y el subió su mirada para encontrar la mía. “Suena posesivo, lo sé...” Susurró, mientras sus dedos me acariciaban. “Yo necesito que esto sea mío, solo mío.”
“Sin dudas.”
CHICHIS:
COMO ANDAN?
QUE LES PARECIO EL CAPITULO? SE HIZO ROGAR PERO LLEGO...MIS TIEMPOS CADA VEZ ESTAN MAS ESCASOS Y ESO QUE MI EMBARAZO ES SOLO DE 27 SEMANAS...PERO LA ANSIEDAD ME DOMINA.
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO ESTA ENTRADA.
BESOS CULPOSOS,
LADY G (+1)
El me penetró lentamente, sus manos se movieron nuevamente hacia mis piernas. “Y estos muslos, y estas rodillas. Solo para mí.” Su voz era muy baja mientras sus manos se movían por mis muslos y el comenzaba a moverse dentro de mí, sus dedos acariciando mi clítoris. “Nadie más verá esta piel hermosa.” Yo apenas podía oír sus susurros.
Gemí bajo sus caricias, sus ojos subieron ante el sonido, encontrando los míos. El sonrió, su mirada más que provocativa; mi cabeza cayó hacia atrás sobre la mesada. “Mis caderas para agarrar.” Oh Dios sí. “Mi ombligo.”
Susurro juguetón frotando su dedo dentro de mi pequeño orificio. “Mis costillas para hacer cosquillas. Mis hermosos pezones rosados para lamer,” sus dedos pellizcaron mis pezones mientras que sus caderas comenzaban a golpearse contra mi cola. “Mi cuello para morder, Bella, esa es mi marca en tu cuello, nunca te olvides de eso.”
“Si.” Gemí.
“Esos labios…oh, esos labios definitivamente son solo míos, amor.” Me gritó. “Míos para besarlos, morderlos, chuparlos. Y esos labios solo me besan a mí, solo me chupan a mí. Dímelo, Bella. Por favor.”
“Tuyos.” Jadee. Reclámame. Lo insté. Hazlo.
“Si.” Suspiró. Tiró su cabeza hacia atrás, jadeando, volviendo a tocarme con sus dedos al mismo ritmo de sus embestidas. Sus ojos encontraron los míos otra vez.
“Mi cuerpo será la única carne además de tus propias manos que te harán acabar.” Yo estaba gimiendo fuerte ahora, mi cabeza se golpeaba contra el duro mármol mientras que sus dedos volaban sobre mi piel sensibilizada. El comenzó a decir mi nombre suavemente a tiempo con sus movimientos y el sonido me empujó hacia mi orgasmo tan fuerte que golpeé mi puño a mi costado, rompiendo el mármol.
Edward no reaccionó al ruido; su orgasmo siguió al mío y el salió de dentro de mí y acabó sobre mi estomago, su cuerpo entero temblaba con su clímax.
El se quedó sobre mi por varios minutes mientras se calmaba, sus dedos corrían sobre mis muslos, mis piernas aún se envolvían alrededor de su cintura. Me encontré a mi misma respirando fuerte, apoyada sobre mis codos mirando como sus ojos recorrían el cuerpo que el acababa de reclamar. Su semen sobre mi olía a agua fresca, césped nuevo, sal. Era intoxicante.
“Wow,” Dije, sonriendo.
El me miró, con una sonrisa jugando en sus ojos. “No que yo tuviera sentimientos fuertes sobre el tema ni nada...” Se carcajeó suavemente, ayudándome a incorporarme y envolviendo sus brazos alrededor de mí.
“No me estoy quejando.” Susurré. Después de unos momentos miré alrededor de mí. “Edward, o bien nos quedamos en la cocina hasta que nos vayamos para minimizar la destrucción que hemos hecho en esta casa, o dejamos de tener tan buen sexo.”
Su risa relajada era una melodía en mis oídos.
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Nos duchamos y empacamos nuestra ropa rápidamente, dejando sobre la cama la muda que usaríamos en el vuelo. Nos pusimos los trajes de baño y salimos. El resto de la familia estaba en la playa, disfrutando de un día absolutamente hermoso. Edward y yo pasamos la tarde nadando con ellos; la sensación del agua contra mi piel y la fuerza de mi cuerpo eran sobrecogedoras.
Cuando el sol comenzó a ocultarse en el cielo, Edward saltó fuera del agua. Yo lo seguí. El tomó mi mano y corrimos juntos hacia la otra parte de la isla. Caminamos por el área boscosa donde se sentí que habían pasado años desde que el me había pedido que le hablara mas sobre mi fantasía transformación, donde él me había hecho el amor una y otra vez luego de que finalmente fuera suya, irrompiblemente suya.
Paseamos por el fogón donde nos habíamos reunido con la familia la noche que yo pensé seria la última que pasarían en la isla, cuando me habían hecho creer que se iban. La noche en que Edward me mordió, transformándome.
El se sentó sobre una silla de madera y yo me senté a su lado. “Realmente voy a extrañar este lugar.” Dijo suavemente.
“Yo también.” Dije sacudiendo mi cabeza. “Es difícil de creer todo lo que sucedió aquí.” Yo sabía que estaría llorando si pudiera.
“Creo que deberíamos volver aquí para nuestro aniversario cada año.” Me miró, sonriendo.
Asentí. “Me encanta la idea. Será…raro irnos de aquí. La playa se siente como nuestra playa. La casa se siente como nuestra casa.”
“La alfombra del living se siente como nuestra alfombra.” Se rio.
Asentí. “Tu llamas a la silla del living ‘nuestra silla’. Y la cama…es nuestra cama ahora.” Dije en voz baja, triste. “Es duro saber que no veremos estas cosas por un tiempo. No sé si la casa de Forks realmente se sentirá de la misma manera para mí enseguida. Amo tu casa, pero aún la siento como tuya.”
El me miró, sonriendo. “Tú sabes que yo compré esa cama para ti. No es mi cama, no la use nunca sin ti. No creo que nos lleve mucho tiempo hasta que la sintamos nuestra.” El movió sus cejas hacia arriba y abajo y se rio.
“Y recuerda, esta isla estará aquí casi tanto como nosotros. Nosotros podemos volver cada vez que tu extrañes demasiado.” El me hizo su sonrisa de lado. Yo le sonreí, moviendo mi cabeza, aun incapaz de comprender el concepto de para siempre.
Se puso de pie. “Ven. Quiero darte un par de abrazos castos en nuestra cama antes de que nos vayamos.” Caminamos de vuelta a la casa mientras el cielo se oscurecía, dando paso al crepúsculo.
*****
Nos quitamos nuestros trajes de baño y reptamos bajo las sabanas. Yo sabía que no volveríamos a hacer el amor antes de irnos, el rato que pasamos en la cocina fue exactamente el recuerdo que necesitábamos crear para asegurarnos que volveríamos a la isla.
El me atrajo contra su pecho y me besó, presionando sus labios contra los míos, dejando que su boca se abriera lentamente para mí, mientras su lengua acariciaba suavemente la mía. Los besos eran apasionados, nuestros cuerpos respondían, pero solo nos besamos, por horas. Sus manos estaban envueltas en mi cabello, mis brazos entrelazados bajo los suyos y mis manos tironeaban el cabello de su nuca.
El me provocaba con su boca, dándome pequeños mordiscos, dejando que su lengua acariciara mis labios antes de penetrarlos, profundizando el beso y gimiendo, dentro de mi garganta.
El me provocaba con su boca, dándome pequeños mordiscos, dejando que su lengua acariciara mis labios antes de penetrarlos, profundizando el beso y gimiendo, dentro de mi garganta.
“Recuerdas nuestra primera noche aquí, en el agua?” Me preguntó quedamente, besando el lóbulo de mi oreja.
“Por supuesto que la recuerdo.” Sonreí ante esa imagen.
“Estaba tan nervioso.” Se rio.
“Yo también lo estaba. Y luego ya no.”
“Lo sé. Fue como si hubiera un click, un relámpago, cuando finalmente me dejé ir. Yo sólo supe que nosotros podíamos hacerlo.”
Me reí, besando sus labios suavemente. “yo sé de qué momento estás hablando. Sabes que lo dijiste en voz alta.”
El se echó hacia atrás, mirándome. “Lo hice?” Se rio. “No me había dado cuenta. Eso es extraño.”
Le sonreí, y enterré mi cabeza en su cuello. “Recuerdas la primera vez que puse mi boca sobre ti?”
El gruñó, riéndose. “Si. Eso fue…bueno, eso fue casi literalmente una volada de cabeza.”
Lo miré. “Literalmente?” la elección de palabras de Edward nunca era accidental.
El se rio.
“Es una grosería, Bella…pero es que fue tan intenso. Yo no sabía si podría evitar el acabar inmediatamente, pero también…” Dudó.
“Qué?” Le pregunté, sonriendo ante su tímida reacción.
“yo estaba casi seguro de que comenzaría a moverme en tu boca. Fuerte.” El cerró los ojos, apretándolos mientras esperaba que yo entendiera su chiste.
“Ah.” Dije. “Ah.” Dije nuevamente, comprendiendo el significado de casi literalmente volador de cabeza. “Esa es una imagen un poco grosera, Edward.”
El se rio contra mi hombro. “Lo siento.”
“Yo…casi no puedo creer que Tu hayas dicho ese chiste.” Le sonreí, sorprendida.
“Lo sé. Yo tampoco. Estoy seguro de que más tarde me atormentare a mi mismo en privado por decirlo, mientras escuche música muy sombría.”
Me reí fuerte con esto. Amaba que él pudiera reírse de sí mismo. “Bueno, ahora podrías decir que mi boca te da la bienvenida.”
El gruño contra mi hombro.
“Detente, Sra. Cullen. Me estas hacienda ruborizar.”
Nuestras risas se acallaron después de un rato. “Te acuerdas de la segunda vez que pusiste tu boca en mi? En la playa?” Me preguntó, sonriendo.
“Déjame pensar…” dije golpeando un dedo contra mi mentón, bromeando. “Ah, sí, creo que si.”
De pronto se puso serio, el humor cambio en la habitación casi tangiblemente.
“La forma en que me miraste…esa mirada resumió todo lo que yo encuentro sexy en ti. Inocencia en la superficie pero deseo debajo, tú tranquila determinación de tomar lo que querías de mí. Tú no tienes idea cuan hermosa eres pero en ese momento te sentiste sexy, yo me di cuenta. No te importó ni siquiera el hecho de que no sabías que hacer, tú sólo hiciste lo que sentiste y eso…fue increíble.”
Yo dejé de respirar, tratando de calmar las mariposas en mí estomago.
“Bella, yo espero que tú te sientas así siempre conmigo. Que encuentres lo que te hace sentir sexy. Lo que te hace sentir poderosa.”
Yo no sabía que decirle. Lo besé con todo lo que tenía: para agradecerle por decirme esto, por nuestro tiempo junto en la isla. Sabía que cualquier palabra seria horriblemente inadecuada en este momento.
“Dios, Te amo.” Susurró. Asentí contra su pecho, no confiaba en que mi voz seria lo suficientemente estable para responderle con palabras. Finalmente después de varios momentos en silencio: “Debemos irnos.” Me besó una vez suavemente, luego nuevamente más profundo, gimiendo en mi boca.
Nos levantamos y nos pusimos nuestra ropa de viaje en silencio, mirándonos el uno al otro mientras lo hacíamos. El tomo nuestras maletas en una mano y mi mano en la otra mientras caminábamos fuera de la casa, hacia el barco.
Saltamos abordo para encontrar a la familia relajándose mientras nos esperaban. Emmett y Rosalie jugaban una batalla épica en la X-Box. Alice y Jasper trabajaban en un rompecabezas. Carlisle leía sentado a la mesa y Esme miraba catálogos en el sofá. Sonreí ante la escena.
Carlisle nos vio acercarnos y sonrió. “Listos?”
Edward asintió y colocó nuestras maletas en el piso mientras Carlisle se fue con Jasper a poner en marcha el barco para regresar a Rio.
Alice se acercó y me tocó el brazo suavemente. “Estás bien?”
Asentí. “Un poco triste. Un poco entusiasmada. Un poco asustada.”
“Tendrás un gran año en Forks.” Me dijo confiada. La abracé fuerte por eso, besando su mejilla.
“Gracias.”
Ella asintió y camino de vuelta hacia la cabina, dejándonos a solas al final de nuestra luna de miel.
Edward y yo nos quedamos de pie en la cubierta del barco, el detrás de mí, y mis caderas apoyadas contra la barandilla. La isla se alejaba de nuestra vista y después de un rato no pude verla más. Apoyé mi cabeza hacia atrás sobre el pecho de Edward, suspirando, sosteniendo sus manos contra mi estomago.
El se agachó para besar mi cabeza. “Aquí vamos.” Susurró.
*****
4 comentarios:
Hola buenisimo el capi aunque me da tristeza que se tenga que acabar la luna de miel espero que todo vaya bien en forks que los dejen ser felices por un rato en espera del siguiente capi
gracias por tomarte el tiempo para subir el capi animo saludos y abrazos desde México
PATY:
COMO ESTAS? MUCHAS GRACIAS POR TU COMENTARIO Y POR SEGUIRNOS!!!
PRONTITO SE VIENE UN ADELANTO DEL CAPITULO 9.
BESOS DESDE ARGENTINA!!!
Hola nena gracias por este capitulo y bueno valio la espera ,me encanto ,espero estas bien....Besos nena sigue asi...
NYDIA: MUCHAS GRACIAS POR SEGUIRNOS Y COMENTARNOS!!!
BESOSSS
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