No supe qué responderle. No, ¿porque no vale la pena? No, ¿porque no deseas volver a acercarte tanto de nuevo? No, ¿porque tú sabes, en el fondo, que yo no puedo mejorar?
Él se quedo quieto y pude sentir su mano contra mi pecho, esperando a que me calmara. Nos sentamos juntos en silencio, pero mi corazón no dejaba de latir fuerte con absoluto pánico.
El silencio resonó en toda la habitación.
El se quedo sin palabras, y mi corazón se rompió otra vez.
*****
"Hey."
Suaves dedos recorrieron el largo de mi barbilla y mandíbula.
Una voz susurró en mi oído, "Todo el día."
"Mmmph", murmure, rodando en la cama, para chocar contra algo duro.
"Te tengo todo el día para mi."Murmuro, pasando una mano por mi espalda.
Abrí los ojos. Era tarde por la mañana, el cielo estaba cubierto pero luminoso.
Frote mis ojos con una mano y, luego, presione mi cara contra su pecho antes de sentarme nuevamente, cubriendo mi boca. "¿Te quedaste toda la noche?" Mi voz sonó apagada y aun adormilada.
Él me sonrió y asintió. "Lo hice."
Miré el cielo raso del techo y, luego volví a mirarlo a él, confundida. "¿Por qué?"
Él me acerco nuevamente a su pecho y besó mi cabeza. "Duermes mejor cuando te abrazo."
"Oh," murmure. "¿estaba… umm, teniendo pesadillas?"
Él se encogió de hombros contra mí. "Estabas un poco inquieta."
Traté de imaginar que pudo hacerlo arriesgarse a que Charlie viera el Volvo afuera, y si mis sueños habían sido tan malos.
"¿Fue muy malo?" Susurre, asustada de que él pudiera haberme visto llorando.
"No lo sé, Bella," me murmuro, implicando con su voz que sólo yo podría responder esa pregunta. "¿Lo fue?" La pregunta sonó retórica.
"No recuerdo," dije honestamente. "Tu auto…"
"Lo moví." Contesto acariciando mi cuello con su nariz. "Charlie tiene doble turno y se estará yendo en un rato. Él querrá asegurarse de que no pases todo el fin de semana conmigo," se sonrió, pasando nuevamente una mano sobre mi espalda desnuda.
Sentí que mis latidos se aceleraban bajo su caricia.
"Mmmm, Bella," murmuro. "Estaré contigo todo el día. Tenemos todo el día".
Me acurruque más cerca de él, sintiendo como sus manos pasaban sobre mi piel, acariciándome lentamente con las yemas de sus dedos. Me paralicé, dándome cuenta de que le había preguntado sobre mis pesadillas y él realmente no me había presionado para obtener más información. Lo miré y él sonrió, acercándose a mí para besar mi frente.
Comencé a gatear hasta él y, entonces, me detuve, tapándome la boca con la mano. "Oh Dios," gruñí, volteándome. "Déjame ir a cepillar mis dientes."
Él se rió suavemente, y me observo salir de la cama de un salto. Edward muy rara vez estaba a mi lado cuando yo me despertaba; me sentí cohibida bajo la luz del día y cubrí mis pechos cuando me agache a recoger mi camisa del piso.
"De noche puedo verte tan bien como ahora, amor," me susurró. "No vamos a ocultarnos, ¿recuerdas?"
Asentí, pero de todos modos me puse la camisa de espaldas a él. Lo oí suspirar suavemente y me gire hacia él. "¿Qué?"
Él solo me sonrió. "Nada."
Dentro del cuarto de baño, me cepille los dientes y me duche rápidamente, volviendo a la habitación envuelta en una toalla.
Edward todavía estaba acostado y mis sabanas púrpura apenas cubrían sus caderas. Él estaba leyendo mi ejemplar de: El ruido y la furia.
"Este libro es casi más difícil de leer de lo que creo que sería simplemente escuchar los pensamientos de Benjy", murmuró, cerrándolo y volteándose de lado. La sabana se deslizó más debajo de sus caderas y pude ver la línea superior de su vello púbico.
Él sonrió ante mis miradas poco sutiles. "¿Quieres volver a la cama?", murmuro.
Yo me reí y asentí, subiéndome a gatas a la cama y acurrucándome junto a él.
Su mano subió la sabana poniéndola alrededor de nosotros y él se inclino a besarme en la unión entre mi cuello y mi hombro. Pasé mi pierna sobre su cadera, olvidando por un momento que estaba desnuda debajo de mi toalla. Su cuerpo reaccionó inmediatamente cuando mi muslo toco el suyo y yo lo sentí rozar mi sexo mientras se endurecía.
Él aspiro fuerte y se congeló.
"Lo siento," murmure, comenzando a mover mi pierna.
El tomo la parte posterior de mi rodilla y volvió a colocarla sobre su cadera. Entonces se acerco a mí para besarme. "No te disculpes," susurró. "Yo soy tuyo, Bella. ¿Te importa que estemos desnudos cuando intentas acercarte a mí?"
"No," admití.
"Bien," me susurró, besándome. "Quiero que hagas todo lo que te haga sentir bien."
Abrí mi boca cuando él me volvió a besar, sintiéndolo suspirar y gruñir suavemente. "Bella…"
Nos besamos por un rato, balanceando nuestras caderas juntas lentamente. Se sentía completamente natural estar desnuda con él de este modo, sintiendo nuestros cuerpos moviéndose juntos. Él se deslizaba contra mí fácilmente, pero nunca hubo una urgencia de moverse más rápido o más fuerte. No pareció ocurrírsenos a ninguno de los dos que él se presionara dentro de mí o que escaláramos el momento más allá de simplemente, volver a conectarnos en silencio.
Sus labios se trasladaron a mi cuello y su mano acaricio mi espalda, aprendiendo mis curvas.
"¿Edward?" Pregunté, moviendo mis manos entre nosotros y apoyándolas en su pecho.
"¿Mmm?" murmuró, pasando sus labios hacia abajo de mi cuello.
"¿Qué quieres hacer hoy?" Me sentía tan relajada cuando él me tocaba, que no podía esperar para pasar el día entero con él.
"¿Además de esto?" Pude sentirlo sonriendo contra mi piel.
Yo pase mi mano hacia abajo de su pecho y rasque con mis uñas todo el largo de su abdomen. "Yo estoy feliz de quedarme todo el día aquí."
"Bueno, después de que tranquilices a Charlie diciéndole que pasaras el día con Ángela mañana…" comenzó a decir, mientras hacia un caminito de besos a través de mi pecho.
"¿Lo haré?"
"Al parecer," dijo haciendo un gesto de sorna hacia mí, antes de desatar mi toalla y pasar sus dedos sobre mi tirante pezón.
"¿Alice?" Pregunté, suponiendo que Alice le había dicho acerca de nuestros planes para el fin de semana.
Él asintió ausentemente, apoyándose para besar mi seno. "Eres tan hermosa, Bella."
Yo deslice mis dedos hacia su cuello y hasta su cabello, trayéndolo más cerca. "Edward…" Gemí.
"Y después de disfrutar de tu piel recién duchada," continuó, "pensé que podría llevarte de picnic al prado…" él se rió suavemente y murmuró, "Puede que eso no suceda en realidad..."
Me detuve, conteniendo mi respiración.
"¿Bella?" murmuro, mirándome. "¿Qué sucede?"
"¿Por qué deseas ir allí?" Pregunte sin pensar, alejándome un poco.
Él se rió, confundido. "¿Qué quieres decir? Quiero llevarte allí. Es un lugar especial para nosotros."
Sacudí mi cabeza. "¿Por qué no simplemente vamos de paseo, tal vez por aquí cerca?"
"¿Cerca de aquí?" preguntó, arqueando una ceja ante mi elección geográfica. "¿De verdad, Bella?"
Entendí lo que me estaba diciendo, pero no quería ir al prado. Yo no estaba lista para contarle lo que sucedió allí.
"¿No quieres ir al prado, Bella?" Su voz enmascaro cuidadosamente su curiosidad. Me di cuenta de que él estaba evitando reaccionar.
"No," susurre. "No quiero."
Sus cejas cayeron mientras miraba como las mías se enfurruñaban. "Está bien," dijo, estudiándome. "Haremos lo que tu desees."
Me lo quede mirando fijamente. Por segunda vez esta mañana no me presiono. Exhale aliviada y lo bese suavemente, murmurando, "Gracias."
Sus labios respondieron a los míos, pero sus ojos permanecieron abiertos, viéndome.
*****
Me puse mis jeans, mientras Edward, aún desnudo en la cama, me miraba con una sonrisa en sus labios.
"¿Te encuentro afuera?" Pregunté, bajando la cabeza para captar su mirada que permanecía pegada al lugar donde mis dedos subían mi cremallera.
“Si,” me dijo, encontrando mis ojos, finalmente. “Iré a buscarte algo para desayunar en el camino, ¿te encuentro afuera en unos quince minutos?”
Sonreí y camine hacia el para besarlo. "Perfecto."
*****
Charlie me miro meter un par de mantas en un bolso y se quedo apoyado contra la pared, bebiendo su jugo de naranja.
"¿Vas a salir con él hoy?" me preguntó, señalando con la cabeza hacia la puerta del frente y al auto de Edward detrás de ella.
"Sí", murmure, tironeando mi impermeable por mi brazo. "No estoy segura cual es el plan aún."
"Bueno, yo tengo que cubrir un turno doble esta noche así que no estaré en casa." Su voz sonó cautelosa. "¿Cargaste tu teléfono?" Asentí. "Cualquier cosa que necesites, Bella, llama a Jake".
Hice un gesto aprehensivo, sabiendo que Edward lo habría escuchado decirme esto. "Como que Jake me está evitando últimamente."
"A Sam, entonces," me dijo, insistente. Lo miré y vi un destello de pánico detrás de la aparente calma en sus ojos. Me di cuenta de nuevo cuan traumático había sido para Charlie, verme en ese estado catatónico, después de que Edward me dejó sola en el bosque.
"Bueno, papá," le dije, con la esperanza de tranquilizarlo. "Lo hare. Pero no necesitare llamarlo, de verdad."
"En casa para cuando oscurezca," me recordó. Y con voz baja añadió, "vendré a verte si puedo, de lo contrario llamaré. Ten cuidado, Bells."
Camine hacia él y bese su mejilla. "Está todo bien ahora, papá. Estoy bien."
Él suspiro, asintiendo y caminó hacia la cocina.
*****
Abrí la puerta de un tirón y baje los escalones de la entrada, sonriendo cuando vi a Edward en el camino. Su cara estaba tensa y supe inmediatamente que él había oído nuestra conversación y había oído los pensamientos de pánico de Charlie. Él se alejó del auto y caminó hacia mí, arreglando sus facciones con una sonrisa y sosteniendo mi cara para colocar un suave beso en mi boca.
"¿Dónde vamos?" Pregunté mientras el abría la puerta para mí.
"A un lugar que no es el prado, ni los bosques detrás de tu casa," me dijo, asintiendo una vez con la cabeza, firmemente.
Sonreí. "Suena bien."
Nos mantuvimos en relativo silencio mientras manejaba. Edward golpeteaba suavemente una melodía con sus dedos sobre mi pierna, tocando una parte de la pieza para piano que sonaba a través del auto. Nunca me preguntó sobre Jake o Sam, y empecé a preguntarme si tal vez el ya había entendido lo suficiente en los pensamientos de Charlie, o simplemente había decidido no preguntarme acerca del tiempo que estuvimos separados o con quien estuve. Después de unos quince minutos, el entro en un pequeño camino y se detuvo junto a un matorral de oscuros árboles.
"¿Picnic?" Pregunté, insegura, mirando el área densamente boscosa delante de nosotros.
"¿Confías en mí?" preguntó, sonriente.
Asentí. "Por supuesto."
Él se inclinó a través de la consola para besarme. "Es lo único que pido."
Mi estómago se apretó ante sus palabras, sabiendo cuánto más él estaba pidiéndome.
Se bajo del auto y camino hacia mi puerta, poniendo la bolsa de papel con mi desayuno dentro del bolso con las mantas. Me subió a su espalda y tomó la bolsa.
“¿Lista?” Pregunto sonriéndome por sobre su hombro.
"Lista," sonreí en su cuello, recordando cómo se sentía estar en sus brazos de este modo mientras el corría a través de los bosques.
Él corrió entre los árboles, esquivando fácilmente las ramas que, yo podría jurar, se habrían golpeado contra nosotros. Sus brazos me sujetaban fuertemente y yo me apoye en su cuello, oliéndolo.
"¿Estás bien?" preguntó tranquilamente.
"Sí."
Corrió silenciosamente durante varias millas, llevándonos profundamente dentro de los bosques. Sentí una corriente extraña de miedo pasar a través de mí, cuando me di cuenta cuán lejos de todo estábamos. No estaba segura de tener servicio en mi celular aquí. No estaba segura de si podría encontrar el camino de regreso a la carretera.
Inconscientemente me tense y mi pulso se acelero.
"Edward", dije, presa del pánico. "Es demasiado lejos."
Parpadee y fruncí el ceño, sintiéndome culpable inmediatamente por mi reacción, por dudar de él.
"¿Bella?" preguntó suavemente. "¿Estás bien?"
Dudé por un momento. "Estoy bien. Lo siento."
Se detuvo y me bajo, volviéndose para verme de frente. "¿Bella?" preguntó una vez más, mirándome más de cerca. "¿Esto te está poniendo ansiosa?"
Sacudí mi cabeza, insegura de por qué sentía ganas de llorar. "Estoy bien".
El miro detrás de mí hacia los árboles. "Quería llevarte un poco más lejos". Me dijo, señalando hacia adelante. "Hay un pequeño arroyo allí y es hermoso…"él volvió a mirarme y su frente se frunció en preocupación."Pero si prefieres volver a casa, solo dímelo. Realmente, voy a entenderlo." Su voz era suave, paciente.
Sacudí mi cabeza y borre las lágrimas que se me habían escapado. "No, por supuesto que no. Vamos."
El miro hacia abajo y cerró sus ojos. Lo vi luchar por un momento antes de asentir y acercarse a besarme. "Nunca te dejare fuera de mi vista," me murmuro.
Él no me pidió explicaciones, y yo no las ofrecí.
Cuando él se volteo a mirarme, estaba sonriendo, pero sus ojos parecían tristes.
*****
Él extendió las gruesas mantas en el sitio más seco que pudimos encontrar en el terraplén.
"Gracias por el desayuno," le dije ofreciendo una sonrisa, mientras abría mi bagel y me acostaba boca abajo, frente al arroyo.
"No tenía idea de que querrías comer," se rió. "Había demasiadas opciones. ¿Salmón? ¿Pescado? No creí que te gustara desayunar con pescado."
Miré hacia abajo, encontrando el bagel relleno solo con crema de queso. "Esto es perfecto", sonreí, inclinándome a besarlo.
Nos sentamos tranquilamente mientras yo comía, escuchando el arroyo burbujeante delante de nosotros. Realmente, era un lugar hermoso y parecía ser completamente privado y vírgen.
"¿Has estado aquí antes?" Le pregunte.
Él asintió. "Cuando cazamos, lo hacemos sobre este área. Bueno, no en la reserva."
"Claro," asentí, dando un bocado. Me congelé por un momento, preguntándome si esta sería la excusa para que él me preguntara acerca de Jake y los Quileutes.
Edward me miro por un momento y, luego, volvió a mirar el agua. "Así que, sí, he estado aquí antes. Me encanta este lugar. Pensé en traerte aquí muchas veces el verano pasado."
Arrugue el papel del bagel y busque la manzana que él me había comprado. Estaba crujiente y perfecta. "Esta es una manzana deliciosa", dije mientras la mordía, sonriendo.
Él me sonrió también. "¿Son las manzanas tu fruta favorita?"
Masticando, pensé en esto. "No, probablemente los duraznos."
"Mmm, duraznos," me cargo, pasando su mano desde la parte posterior de mi muslo hasta mi cola.
Me reí y me aleje de su mano. "Renee y yo solíamos ir de expedición a recoger duraznos cuando era pequeña. Cada verano nos íbamos a California durante una semana y, los recogíamos." Apoye mi barbilla sobre mis brazos, recordando.
El se acostó de lado frente a mí y acomodo un mechón de cabello detrás de mi oído. “¿Tu? En una escalera, recogiendo frutos de un árbol?" Besó el lóbulo de mi oreja. "Suena precario."
"Lo era," me reí. "Me caía muy seguido."
Le conté historias de nuestros viajes de verano, saboreando la sensación de sus dedos en mi cabello, hacia abajo de mi espalda y a lo largo de mis brazos.
"Podría escucharte todo el día," susurró. Sosteniéndose sobre su codo y descansado contra su mano. "Tal vez este verano vayamos de expedición en busca de duraznos."
Rodé para quedar frente a él. "Sería divertido". Me incline hacia adelante y lo bese, dejando que mis labios se apoyaran en los suyos mientras murmuraba, "me encantaría ir de viaje contigo." Bese su nariz y sonreí. "Quiero decir, a otro lugar distinto de Italia."
Su mirada se disparó de mi boca a mis ojos. Él tiro su cabeza hacia atrás un poco, aparentemente aturdido por mi broma. Yo me estremecí, lamentando mi broma.
"Lo siento," susurre, poniendo mi mano en su mejilla. “Eso no fue divertido.”
Él cerró los ojos y contuvo su aliento. Cuando los abrió y me miró, lucia desconcertado. "Bella, estoy intentando permitirte procesar las cosas de la forma que lo necesites hoy. Pero tú no puedes siquiera hablar conmigo sobre todo lo que ha ocurrido. No puedes decirme nada," susurró. "No estoy seguro de que estemos listos para bromear todavía."
Me acerque a él, envolviendo mis brazos alrededor de él. "Lo siento," murmure nuevamente.
Él me abrazo pero no se relajo de la forma que yo quería que lo hiciera. Casi podía sentir que él estaba pensando.
"Estoy intentando no presionar," suspiro. "Estoy intentando permitirte conducir esto, pero es muy difícil pretender que todo está bien".
No supe qué decir, pero no quería que el pensara que yo estaba ajena a los problemas que enfrentábamos. "Sé que no todo está bien", murmure, escondiendo mi cara en el hueco de su cuello.
Él se echo hacia atrás y me miro, pareciendo aliviado de que yo reconociera la cosa que estaba constantemente entre nosotros.
"Bella, no sé lo que te ha hecho llorar anoche," susurró, mirando hacia mí. "¿Fue por algo que yo hice?"
"Oh," murmure, jugando con su camisa. "Solo estaba abrumada."
"Lo sé," dijo rápidamente. "Yo también lo estaba, pero… ¿estamos yendo demasiado rápido? ¿Lo de esta mañana fue demasiado?"
"No", dije, demasiado alto. "No. Para nada…" Me quede en silencio, "no para mí."
"Bella, me doy cuenta que queda mucho para elaborar entre nosotros. Pero que tú concluyas que debes, de alguna manera, mejorar para mí… "Se detuvo y sacudió su cabeza. "Después de lo que nos dimos mutuamente anoche, no se siquiera qué decirte de eso."
"Simplemente no quiero que te preocupes por herirme," le dije, mirando su cuello y cuan tensos los músculos se habían vuelto allí.
"Oh," gimió. Él suspiro y miro detrás de mí, pensando por un momento. Cuando habló otra vez su voz sonó apagada, triste. "Estabas preocupado por mi reacción cuando te hice ese moretón anoche."
Me quede en silencio, no pudiendo asegurarle que no temía eso.
"Tú piensas que porque me preocupa poder hacerte daño cuando estamos en la intimidad, yo voy a dejarte otra vez." Dejo caer su cabeza en la manta y gruño. "Por supuesto. Jesús, cómo pude ser tan tonto…"
Mordi mi labio, insegura de si había querido decir que ser íntimo conmigo era tonto, o lo era el no haber sabido lo que yo quise decir anoche. "No es estúpido", dije en voz baja, permaneciendo del lado de la cautela en caso de que él fuera repensar nuestra relación física.
El vio donde había ido mi mente y se estiro para tocar mi cara. "No, Bella. Ser íntimo contigo no es un error. El error es no entender cuan insegura te he vuelto. Dios, si sólo pudiera escuchar tus pensamientos…"
"Pero no puedes", dije firmemente. Deslizándome más cerca de él. "Has regresado aquí hace sólo unos días. Todavía hay mucho para procesar. No sé cómo esperas que me comporte cuando lo único que yo quiero es estar cerca de ti. "
Él exhalo y pude ver que su cuerpo entero se relajaba simplemente porque estábamos hablando. "Bella, yo no 'espero' nada. No quiero que intentes comportarte de la manera que yo quiero. No tengo ni idea cómo hacer esto tampoco." Él se inclino a besar mi mandíbula y murmuro, "Sólo quiero escuchar lo que estás pensando. Quiero escuchar lo que necesitas de mí para que no creas que tu eres la que tiene que hacer algo diferente."
"Yo sólo te necesito a ti," susurre y apoye mi espalda en la manta para perder la mirada en los árboles a nuestro alrededor. Pude percibir que su mente intentaba encontrar una forma de arreglar este problema, pero yo no estaba segura de que lo mío tuviera arreglo. "Sé que deseas hablar conmigo, pero no sé qué decirte."
"Sólo dime lo que sientes."
"Me siento como me siento," dije, girando mi cabeza para mirarlo. "Cuando sepa cómo decirlo, lo hare."
Él asintió y me besó y, a continuación, descansó su cabeza cerca de la mía, mirándome.
Cerré mis ojos, incapaz de soportar el anhelo inconcluso en los suyos. Sabía que éramos distintos a como habíamos sido antes. Sabía que mi silencio y sus preguntas no formuladas no éramos nosotros. Sabía que se había perdido algo entre nosotros, algo que siempre nos había definido y que nacía de nuestra honestidad y transparencia. Esa franqueza había sido arruinada por su mentira, y la recuperación de esa apertura se veía obstaculizada por cada inseguridad que su mentira había creado. Porque temía más que nada que, si le permitía escuchar lo que más me asustaba, lo que me hacia aferrarme a él, y cómo había estado cuando me dejó, le estaría mostrando que había tenido razón en dejarme después de todo.
"Aquí, ahora mismo," murmuro, delineando mi mejilla. "¿Qué piensas?"
Sacudí mi cabeza. "No estoy segura."
Él sostuvo mi barbilla deteniéndola. "No puedo leer tu mente, amor, pero siempre supe que si te preguntaba lo que estabas pensando, tú me lo dirías. Y justo ahora, te estás ocultando de mí."
Mi pecho dolió por lo bien que él podía leerme, y por cuan impedida de confiar en que el pudiera manejar lo que yo sentía estaba todavía. Su expresión triste tironeo algo apretado y nutrido en mi pecho.
"Siento no poder decirte más. Sé lo difícil que es para ti," dije suavemente, tomando su mano.
"Es justo eso, Bella," dijo, ligeramente exasperado. "¿Acaso no es difícil para ti? ¿Tú podrías estar bien sin hablar de todo esto?"
"Yo no necesito hacerlo," le dije, confundida. "Creo que sólo necesito verte aquí, volviendo a mi… No sé cómo el hablar podría ayudar."
"¿Tu solo aceptaras que yo he vuelto y todo estará bien? ¿No admites siquiera que te pone ansiosa entrar en el bosque conmigo o que lloras en tus sueños cada noche?"
Sentí mi cara tensarse. La desventaja de que él siempre pudo leerme tan bien haría que viera fácilmente los síntomas de la enfermedad más grande entre nosotros. "¿Si ya sabes todas esas cosas, por qué necesito decirlas?"
"Porque están aquí," dijo, señalando el espacio entre nosotros. "Pero no hablas conmigo sobre ‘esas cosas’."
"Tengo pesadillas y estaba nerviosa por entrar en el bosque," le dije con vos llana, frustrada.
Él suspiro. "Bella, estas cosas son emocionales. ¿Por qué pretendes que estas calmada? ¿Por qué actúas como si todo estuviera bien? "
"¿Quieres que te grite o algo?"
"No, no quiero que me grites," gimió. "Es…" suspirando retiró su mano de la mía, pasándola por su cabello.
"¿Qué?" Le pregunte. "Dime."
Se rió cuando dije eso, pero era una risa irónica, aguda y distante. Por último, me miro y sus ojos se suavizaron. "Bella, tu eres mi amante y mi mejor amiga, y quiero ganar tu confianza de vuelta. Y no puedo hacerlo si ocultas el camino de mí."
Asentí mientras mi corazón golpeteaba fuertemente a causa de sus palabras.
Él cerró los ojos y presiono su frente, frustrado. Después de un momento, bajó sus manos y me tiro contra su pecho, besando mi frente con suavidad.
"Bella" dijo en un suspiro. "No sé cómo volver a donde estábamos el verano pasado."
5 comentarios:
Me da mucha pena Bella, el miedo que tiene de volver a perderlo...y Edward sabe que metió la pata feeeo...
Me pregunto si podrán volver a leerse el uno al otro?
Muy buena Jones!
JONES:
ES UNA PENA QUE BELLA ESTE TAN DOLIDA....PERO QUE LO DEJE FLUIR!!! QUE LE DIGA TODO LO QUE TIENE PARA DECIRLE....ES LA MEJOR FORMA DE DEJAR TODO EN CLARO.
A LA ESPERA DE LA 2° PARTE....
BESOTESSS
LG
Es verdad chicas, ¡Pobre Bella!, esta es la actitud que menos me gusto de la Bella de Stephenie M....
Tan temerosa, tan vulnerable,y tan poca autoestima... En fin, ya se va acercando el final Chichis!!!
Solo quedan 3 caps.
Pronto publicare la 2da. parte del cap.7.
Besitos para las dos!
hasta hoy me doy cuenta que ya habias publicado el capitulo 7 de este fic. dios ahora no puedo esperar por la segunda parte y por los otros tres que faltan.
no se porque bella no le dice lo que siente si ese temor esta haciendo que ella sufra de mas , que lo aleje mas, que se sientan tan diferentes y como si las cosas ya no se pudieran reparar y ella tuviera que aceptar esa situacion aun atormentandoce por el miedo a que se vuelva a ir. creo que apesar que se a entregado a el y la forma como le ha demostrado que lo ama mas de cuando se fue ella misma espera que se vaya. que triste!
hermosoo! me enganche de vuelta con este! ya termine LA oficina que me encanto mrs jones! sos una genia!! me encantan todas las historiaas!
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