Capitulo 5
“No quiero presionar a Carlisle sobre esto.” Dije, asiendo la mano de Edward mientras que caminábamos hacia el barco.
Repentinamente sentía como que nos apresurábamos con esto. “No quiero hacer que un gran lío de esto. No tenemos prisa, ¿verdad?”
Edward se detuvo y volteó para mirarme. Sus ojos estaban llenos de preocupación y aliento.
“No, tienes razón. No hay absolutamente ninguna razón por la que necesitemos pasar tiempo pensando en esto; cualquier cosa que necesitemos saber la descubriremos a corto plazo. Este tiempo aquí es para que tu aprendas sobre tu cuerpo, qué puedes hacer, y que logres sentirte cómoda contigo antes de que vayamos a casa…” Él dudo, midiendo mi humor. “Pero desde un punto de vista puramente académico… estoy muerto de curiosidad.” Él me sonrió travieso y tiró de mí hacia adelante.
“Esta bien,” me quejé. “Solo recuerda, yo no son tu mono bailarín. No me pidas que levite o que prenda fuego alguna cosa con mis locos ojos marrones.” Él se rió entre dientes al lado de mí.
Subimos al barco para encontrar a Carlisle y Esme besándose apasionadamente. Gire rápidamente para irme, imaginándome el rubor que me habría consumido si hubiera sido capaz. Edward rió y lentamente se dio vuelta, no avergonzado, pero siguiéndome para irse conmigo si eso era lo que yo quería.
“Bella. Edward.” La voz de Carlisle tenía una sonrisa en ella. Miré sobre mi hombro y Esme reía nerviosamente, bajando su remera un poquito. Mis ojos miraron para arriba y lejos, intentando encontrar algo para mirar en el cielo. No habría podido sentirme más torpe, no habría podido sentirme peor que si hubiera entrado dentro de la habitación de mis padres cuando ellos tonteaban por allí. Edward rió a mi lado. ¿No nos oyeron? ¿O fuimos demasiado silenciosos? ¿O ellos estaban demasiado compenetrados? Oh dios, Bella, basta con las imágenes. Lleve mi mano a mi frente, haciendo muecas.
“Oh Bella, tu eres demasiado adorable.” Rio Esme. “Ven siéntate con nosotros.”
“¿Donde están todos?” Mascullé, caminando hacia ellos lentamente, y mirando alrededor del barco. Cualquier lugar menos sus caras.
“Cazando,” contesto Edward. Maldito lector de Mentes. Me sentía enojada. Estaba ansiosa. ¿Por qué él tenía un don tan fácil de descubrir? Él tomó mi mano, detectando mi ridículo humor gruñón y tiró de mí a él.
Miré a Carlisle. Él me miró otra vez. Miré para arriba hacia Edward, pero él esperaba que yo comenzara a hablar.
“Entonces. ¿Qué hay de nuevo?” Pregunté, con el ceño fruncido.
Los tres estallaron en risas.
*****
Fuimos dentro del barco; el viento se había levantado y azotaba mi pelo contra mi cara. Esme tenía el mismo problema. Edward, Esme y yo nos sentamos en el sofá grande dentro de la cabina principal, Carlisle colocó una silla delante de nosotros. Nos miramos los unos a los otros por algunos minutos. No sabía qué decir. Sentía como si estuviera en una entrevista de trabajo para un puesto especial de vampiro.
“No puedo garantizar que ayudaré a mucho.” Dijo Carlisle con calma, mirándome solamente a mí. “Tengo una teoría sobre tus ojos, pero es solo una teoría y no tiene mucho que ver con ningún… posible don.”
“OK.” Dije calmada, no sabiendo qué más decir.
“¿Bella? ¿Puedo intentar algo?” Carlisle parecía vacilante y miró a Edward.
“Por supuesto.” Dije simplemente. Edward me miraba de cerca; por supuesto él sabía todo lo que Carlisle pensaba.
Odié sentirme tan dejada fuera del proceso. Eché un vistazo a Esme. Ella parecía mucho más tranquila que yo; por supuesto que estaría muy acostumbrada a su constante comunicación silenciosa. De arranque entendí lo bien que Carlisle y Edward debían conocerse. Y me sentí repentinamente, muy joven.
“Bella, ¿puedes mirar más allá de mí, hacia fuera de la ventana?” Él señaló una ventana en el otro lado de la cabina, detrás de él. Mire hacia fuera de la ventana, asentí, totalmente perdida.
Sentía todos sus ojos en mí. Después de algunos momentos sentí una punzada leve en mi pecho. Inadvertidamente, mis ojos se posaron en Carlisle, sabiendo que él me hacía algo. “¿Carlisle?” Pregunte. “¿Qué es lo que haces?”
“¿Sentiste algo?” Carlisle me preguntó, con su nivel normal de voz.
“Sí. Una punzada leve en mi pecho.” Contesté honestamente.
“¿La habías sentido antes, después de tu transformación?” Su voz era suave.
Asentí. “Sí. En la cubierta, contigo, ayer. Otras veces, también. Es a veces suave, otras veces es más fuerte.”
Él asintió, “OK, hablaremos de eso en un minuto. Ahora, Bella, quisiera que me miraras a los ojos.” Hice como él dijo, sintiendo la intensidad de su mirada ambarina. Después de una cantidad casi igual de tiempo sentí una punzada más fuerte en mi pecho, cerca de mi hombro. Una pequeña burbuja estallando. Mis ojos se ensancharon de sorpresa y tiré mi cabeza levemente hacia atrás.
“¿Qué está sucediendo?” Pregunté. Quise saber lo que él me hacía.
“¿Eso se sintió más fuerte?” Preguntó Carlisle. Asentí, levantando mis manos requiriendo una explicación.
Carlisle sostuvo un dedo hacia mí mientras que él miraba a Edward en silenciosa comunicación; era un hábito para ellos pero en ese momento me volvió totalmente impaciente. Edward asintió a mi lado; y luego tocó mi mano y dijo mi nombre suavemente: “Bella.” Lo miré, entendiendo que se suponía que debía encontrar su mirada.
Un flash de vacilación pasó sobre su cara antes de que él me sonriera suavemente, y después me besó la mano. Mantuve su mirada, curiosa, no sabiendo qué esperar. Después de un momento sentí un rasgón en mi pecho, una presión aplastante. “¡Est bie!” balbucee, sintiendo un sollozo seco levantarse de mi garganta. Llevé la mano a mi boca, confundida.
“Eso es lo que dijiste. No sabía lo que habías dicho.” Edward dijo en voz baja, como si hablara para sí mismo. Él vio mi mirada de completa exasperación y lo aclaró. “Cuando estabas cambiando, Bella. Tú me dijiste algo. Tu dijiste, ‘estoy bien’. No sabía lo que habías dicho hasta ahora mismo, pero solo oír tu voz en ese momento… me calmó.”
Edward miraba a Carlisle y entonces ambos se voltearon hacia mí. “Más. Otra cosa.” Carlisle le susurró a Edward. Edward buscó mi mirada otra vez, y en ese momento volé hacia atrás contra la pared trasera de la cabina. No había saltado. Sentía como si hubiera sido empujada, pero no por alguna persona en el cuarto. Jadee hacia ellos.
“¿Qué. es. lo. que. esta. pasando? ¿Qué me empujó?” Gruñí, enojada porque me dejaban afuera del secreto. Salté de nuevo al sofá. Esme me miraba, tranquilizándome; ella todavía aguardaba pacientemente la explicación.
“En ese momento pensé en la cara de Jane cuando ella te miró… que tu literalmente te empujaste lejos, pero… nunca tocaste nada.” Miré a Carlisle que miraba a Edward cuando ambos se sentaron, pensando en mi respuesta. Comencé a mirar fijamente a Carlisle. Quise lanzarlos a ambos por la ventana en mi frustración.
“Edward…” Gruñí. “¿me explicas por favor de que carajo están hablando ustedes?” Esme rió en el sofá al lado de mí; el sonido era comprensivo y ligero. Su reacción me hizo sonreír, levemente desconcertada.
Carlisle tomó una respiración profunda. “Bella, ayer en el barco, cuando tú me miraste y tus ojos eran iguales, marrones, como antes…” él sacudió su cabeza, maravillándose. “Honestamente, pocas veces he visto que luego de una transformación alguien conserve su color de ojos, y sé que eso le permite a esa persona ver algo… especial. Incluso entonces, sucede tan raramente, yo lo he visto quizá dos veces en mi vida. Cuando te miraba ayer intenté ver si tú podías ver algo en mis pensamientos. Pensé en tus padres, en la escuela. Pensé en todos nosotros. No vi ninguna reacción en ti. Pensé en Jacob, yo pensé en Jacob como hombre lobo. Nada. Pensé en James en el campo de beisbol, otra vez, nada. Pensé en la cara de Edward, pero incluso entonces tú no parecías reaccionar. Entonces pensé en Edward acurrucado a tu lado en la cama, mientras que tú cambiabas. Pensé en cuan desesperado él estaba, cómo estuvo paralizado por el miedo de que tú no despertaras. En ese momento, sabía que tu sentías algo.”
Asentí. Carlisle vaciló, yo sabía, porque mi expresión era lejana. Mi mente recorrió las imágenes, intentando recordar. ¿ Qué era lo que sentía cuando me transformaba? ¿Qué había sucedido? Cerré los ojos, y la memoria volvió a mí lentamente. La memoria de la burbuja en mi pecho, de la necesidad aplastante de tranquilizar a Edward.
Miré hacia Carlisle, sintiendo el entendimiento empujar de el borde de mi mente. “Continua por favor. Yo recuerdo.” Lo impulsé, buscando su mirada.
Él continuó, alentado por mi reacción. “Bueno, ahora mismo, tú no lo sentías tan fuertemente cuando no hacías contacto visual conmigo. Es más fuerte con el contacto visual, pero incluso es más fuerte cuando lo miras a Edward…” Él paró para considerar ésto y murmuro, “no sé si eso es por tu conexión con Edward, o si es porque eran las propias emociones de Edward las que yo intentaba transmitir…”
Edward interrumpió, “Carlisle, espera. Necesitamos recapitular.” Me miró. “Bella, tú pareces haber sentido mi angustia lo bastante como para murmurar una respuesta mientras que estabas cambiando. Tú no me mirabas en ese momento.”
Carlisle asintió. “Sí, Bella, ese nivel de control durante una transformación… es casi inaudito.”
Consideré esto, pero no sentía que fuera correcto. “¿Qué tal si no es la magnitud de mi control lo que es inaudito, sino la magnitud de la necesidad de Edward de saber que yo estaba bien? ¿Qué si él necesitó tanto saber que yo estaba bien, que eso empujó cualquier otra cosa que yo experimentara? ¿Qué si mi respuesta es dictada por… la magnitud de lo que está necesitando algún otro… y el contacto visual solo lo hace más fuerte?”
Todos me miraron fijamente, esperando. “Continua.” Me animó Carlisle.
Estaba insegura ahora, pero me empujé a seguir. “Sabemos que soy diferente para Edward porque él no puede oír mis pensamientos. Nunca lo entendimos. Pero conocí a Aro y a Jane, y tampoco me afectaron. Todo esto cuando era humana, pero tú has mencionado a menudo que estas cosas están latentes en los seres humanos, o que los poderes que tenemos después de que hayamos cambiado son las reflexiones de cierta fuerza o habilidad que ya teníamos de antes. Después de Aro y de Jane, había pensado que cualquier poder que tuviera sería algo sobre mi mente, como cuidar o proteger ciertas cosas. Pero el hecho de que Alice pueda ver mi futuro, y Jasper saber cuáles son mis sensaciones me hace dudar de esa teoría.”
Me miraron todos, yo intenté bloquear cada sonido alrededor de mí; era duro. Mire a Edward, él me miraba intensamente. Continúa. “¿Qué pasa si…” Hice un gesto para que siguieran conmigo, “si Edward no puede oír mis pensamientos porque él necesita tener silencio con su amante, conmigo específicamente? ¿Qué si Jane no puede afectarme porque Edward…”
La voz de Edward me cortó. “Porque había ido allí a pedirles que me maten porque pensé que tú estabas muerta. Porque no habría podido sobrevivir mirándote sufrir después de que tu habías venido por mí.” Sus ojos estaban llenos de ese recuerdo de nuestra angustia.
Lo miré, con mi corazón fracturado. “Sí. Exacto. Tu necesitabas tanto que yo estuviera segura que lo estuve.” Di vuelta mi cara para encontrar la mirada de Carlisle. “Y entonces ayer, sentía una pequeña punzada cuando miraba a Esme. Sentía esta necesidad aplastante de abrazarla,” me volteé hacia Esme, sonriendo.
Ella me sonrió. “Estaba frenética. Necesitaba poner mis brazos alrededor de ti, para saber que realmente estabas bien.”
Me incliné para besar su mejilla, y después mire detrás a Carlisle. “Y lo he sentido de Jasper, un par de veces.”
Edward asintió lentamente al lado de mí. “No sabemos de que se trata eso, pero pienso que Jasper necesita algo de Bella que él no esté consiguiendo del resto de nosotros.” Él estaba tranquilo, mirándome. “Tú detectas quizá lo que la gente necesita y puedes hacer algo sobre eso. Tú has sido siempre sabia y maternal, amor. Con Renee, con Charlie. Conmigo.” Su voz era reservada cuando él dijo, “¿recuerdas la noche en la sala de estar, nuestra segunda noche aquí? ¿Y cuándo te suture la herida? Tú sabías exactamente lo yo que necesitaba…” Él tiró de mí contra él.
“Solo que no puedo establecer claramente nada, al menos conscientemente.” Me encogí. “No sé lo que necesita Jasper. Todo lo que siento es un tirón o una punzada física.”
“Es todo nuevo, Bella.” Dijo Esme. “No te apures.”
Nos sentamos todos en silencio un rato, sabiendo que no lo habíamos comprendido enteramente y probablemente no podríamos hacerlo en tan poco tiempo. Necesité pensar. Necesité algo que me despeje.
Como si leyera mi mente, Esme dijo en voz baja, “bien, creo que lo que yo necesito son algunos mimos con mi hija en el sofá. ¿Tiempo de películas, Bella?”
Asentí, aliviada por poder darle tiempo a mi cerebro para procesarlo todo. “Definitivamente.”
*****
Carlisle llevó a Edward hacia la mesa para escuchar la opinión de Edward sobre la historia clínica de unos de sus pacientes, y Esme y yo nos acurrucamos en el sofá, mirando la princesa Bride, y coincidimos en que era una de las mejores películas de todos los tiempos.
Ambas suspiramos cuando Wesley le prometió a Buttercup que él siempre volvería por ella.
“¿Es una película de besos?” Embromó Edward. Miré hacia él, sorprendida. ¿Era un juego de palabras? ¿Él sabía cada línea de esta película también? Quédate quieto mi corazón.
“Mete tu camisa adentro y déjame mirar.” Respondí y él rió con gusto. ¡Él la conocía!
Esme y yo nos reímos de nuestras líneas preferidas. “¿Alguien quiere un maní?” Gritamos.
“¡Los acantilados de la locura!” Gritamos, y nos ganamos los ceños fruncidos de nuestros hombres.
“¿Roedores de tamaño inusual? No creo que existan.” Esme se sacudió a mi lado con sus risitas, apoyando su cabeza en mi cuello.
“¡Diviértanse asaltando el castillo!”
Vimos la película entera recitando cada línea juntas. Luego nos sentamos, a conversar.
“¿ Estás bien, dulce?” Me preguntó ella suavemente.
“Estoy mejor que bien.” Dije honestamente, acurrucándome contra ella. Sentí como suspiro feliz a mi lado.
Edward vino a unírsenos en el sofá, sentándose cerca de nuestros pies.
“¿Se divierten, mis chicas?” Preguntó dulcemente.
“Mucho.” Asentí.
“Bueno, odio interrumpir pero podría robarme a mi esposa por un rato?” Le pidió a Esme vacilante.
“Por supuesto, amor.” Ella sonrió y se levantó, inclinándose para darme un beso encima de mi cabeza.
Edward me tiró hacia arriba y caminamos sobre la cubierta. Él se sentó en una reposera y me invitó a acostarme a su lado. Me apoyé encima de él, con mi cabeza debajo de su barbilla.
“¿ Estás bien?” Me preguntó tranquilamente.
“Sí.” Contesté, sinceramente. “Supongo que me van a hacer esa pregunta muy seguido.” Sentí la risa en su garganta sobre mí. “No estoy impaciente por entender todo hoy, o enseguida. Todavía me estoy acostumbrando a cuan intenso es todo.”
Él me miro súbitamente preocupado. “¿Te estamos apresurando demasiado?”
Pensé en su pregunta, y contesté. “No. Apresurándome no. Es solo que ustedes nos tienen tanto para asimilar como yo, y los conozco a ti y a Carlisle. Tú eres tan curioso sobre estas cosas. Pero estoy contenta de poder empezar con calma a pensar esto, por ahora.” Lo sentí asentir con la cabeza. Él besó mi frente suavemente y apretó sus brazos alrededor de mí.
“Cualquier cosa que usted necesite, señora Cullen.” Su voz era profunda, dulce.
Miré para arriba hacia él y sentí una acometida inmensa de lujuria. Sabía que Carlisle y Esme estaban dentro de la cabina hablando. No me importo. Comprendí que así debían haberse sentido esta mañana: sabían que veníamos, y no les importo, algunos momentos más juntos valieron el ser descubiertos, para ellos. Me moví montando a Edward a horcajadas en la reposera, reclinándome sobre mis tobillos, me incliné hacia él y lo besé, una vez.
Noté que Esme y Carlisle bajaban a la playa, probablemente por algún tiempo a solas, también.
Edward gimió con el contacto y acercó mi cara la suya. Él me besó suavemente algunas veces antes de abrir el beso, presionando su lengua contra la mía. Ambos gemimos. “Edward…” Suspiré, necesitándolo.
“Lo sé…”
“Han sido casi cuatro horas.” Dije suavemente.
“Lo sé.” Él sabía que era en serio. “Bella, vámonos a la casa…”
Asentí, pero no me moví para levantarme, besándolo más profundo, incapaz de perder el contacto con él. Sentía sus manos vagar en la parte posterior de mis muslos bajo mi solero, y sobre la curva de mi cola. Sus dedos dibujaron la línea de ropa interior de encaje. Él gimió en mi boca. “Bella.” Me presioné contra él, sintiendo su dureza debajo de la bermuda. Lloriqueé suavemente contra su beso. “Por favor, Bella.” Él susurró.
Un momento después sentí que el cuerpo de Edward se tensaba por debajo del mío, y entonces olí repentinamente algo muy fuerte y dulce, hizo que me incorpora inmediatamente. “¿Edward, hueles eso? ¿ Qué es eso?” Miré hacia la playa.
Sus brazos agarraron mis muslos firmemente. “Carlisle.” Él dijo suavemente. Carlisle y Esme aparecieron en unos segundos.
“Huele como a vainilla… y especias…” Murmuré. “¿Qué es eso?” Miré a Edward expectante. Entonces la curiosidad me golpeó. “¿Porqué llamaste a Carlisle?”
Carlisle me miraba. “¿Estás bien Bella?” Edward no aflojó su apretón en mis piernas, y Carlisle dio un paso más cerca de mí.
“Sí. Solo que huele… como a torta de vainilla… y es cálido…. ¿Qué está pasando?” Estaba totalmente confundida. No podía ver nada en la playa debajo de nosotros.
La voz de Edward era tranquila en mi oído. “Es la criada. Ella está en la casa. Olvidamos informarle que sus servicios no serían necesarios esta semana.” Su voz era áspera pero él besó mi sien ligeramente. “Bella, vayamos dentro del barco. No te dejaré ir, no te preocupes, amor.”
“¿Un ser humano?” Pregunté, nerviosa.
“Sí. Vamos, amor.” Sus brazos me quitaron de la reposera, abrazándome firmemente.
Nos levantábamos y en ese momento la mujer abrió la puerta de la casa de playa, yéndose. Nuestro movimiento captó su atención y ella miró hacia nosotros. Sin pensarlo, corrí al borde del barco, escapando de los brazos de Edward, moviéndome demasiado rápido para que él reaccionara a tiempo.
“Bella, NO!” Él gritó mientras que yo tomaba el pasamano del barco.
La mujer miró hacia arriba, chocando sus ojos con los míos. Me congelé, un grito de asombro se escapó de mi garganta. Edward y Carlisle me habían alcanzado y agarraban mis brazos, tirando de mí hacia adentro.
“Carlisle…” Susurré, tomando mi brazo, temblando del dolor tan atroz que sentía. “Ella se ha roto. Su muñeca… se ha roto.”
*****
Edward me llevó adentro y bajamos a un pequeño cuarto con una cama y no mucho más. “Éste es el cuarto de Jasper y Alice. Podemos permanecer aquí para un rato hasta que se vaya.”
Carlisle había ido abajo a hablar con la mujer mientras que Edward y Esme me llevaban adentro. Insistí en que no quise morderla y me miraban como si estuviera loca. Esme nos había dejado para que habláramos solos. Me senté en la cama, mirando la cara tensa de Edward.
“¿Porqué corriste hacia el pasamano?” Me preguntó preocupado. “¿Era su olor? Dime lo que sentiste, Bella.” Me dijo besando mi cabeza.
Lo mire intranquila. “No sé. No puedo explicarlo…”
“Lo sé.” Dijo tristemente.
“No, no es eso lo que quiero decir. Quise verla, pero no porque ella olía delicioso, no como algo para comer, sino porque yo quería ver… a un ser humano.” Él me miro. “No puedo explicarlo.” Me sentí totalmente confusa y no fue para nada como esperaba sentirme la primera vez que viera un ser humano. Oí el latido de su corazón, la olí, pero no sentí la necesidad aplastante de cazar.
“¿No sentiste el veneno en tu boca?” Preguntó, escéptico.
“Lo sentí… supongo. ¡No sé, Edward! Sucedió todo tan rápido y entonces sus ojos encontraron los míos, repentinamente y… su dolor, Edward, ella no tenía nada sosteniendo su muñeca en el lugar, ¡es realmente malo!” Cerré los ojos al recordar su tormento, y la sensación en mi propio brazo, y él me apretó contra su pecho.
“¿Cómo lo hiciste… cómo sabías, Bella? ¿Era la misma sensación?” Preguntó frotando mi espalda. Asentí. “¿Era muy fuerte?”
“No era solo una sensación en mi pecho. Mi propia muñeca… la sentía.” Hice una mueca de dolor.
Alice entró en el cuarto y se subió a la cama detrás de mí. “¿ Estás bien?” Preguntó preocupada. Asentí, otra vez. “Lo hiciste muy bien. Nos apuramos a volver tan pronto como supe que ella estaba aquí. Lo siento, Bella, yo debería haberla visto…”dijo ella, frotando su mano a lo largo de mi brazo.
Jasper entró al cuarto justo después. “¿Hay lugar para mí en la cama? Esta parece mi clase de fiesta.” La cama era apenas una de tamaño estándar.
“Lo dudo.” Edward suspiró, serio. “Creo que iré a chequear a Carlisle. ¿Chicos pueden … tenerla aquí?”
“Por supuesto,” Dijo Jasper y se sentó donde estaba antes Edward. “¿Cómo fue la sensación, chiqui?” Él puso su mano en mi cara, frotando mi mejilla con su pulgar.
“Estoy bien.” Dije débil y ambos rieron. “No, estoy realmente bien.” Sentí a Alice apretarme mientras que los ojos de Jasper encontraban los míos. “Distráeme de todo este drama.” Le rogué a él. “Cuéntenme sobre su cacería.”
Hablaron conmigo para un rato hasta que se volvió Edward alrededor de una hora más tarde, dejándome saber que era seguro subir. Miré a Jasper. “¿Podemos… entrenar? Siento como que necesito moverme un poco.”
Jasper asintió, mirando a Edward. “¿Quieres que te acompañe?”Preguntó Edward, con sus ojos cálidos.
“No… si te parece bien.” Me incliné y lo besé suavemente, murmurado, “me nublo con todo tu sex-appeal y no puedo concentrarme.” Dije bromeando y él se rió.
“Woah, OK, ya basta de eso.” Dijo Jasper, caminando fuera del cuarto con sus manos para arriba.
“Como si a ti no te pasara también, Casanova.” Alice bromeó desde la cama. Edward se tiró en la cama al lado de su hermana. “Nosotros haremos una siestita aquí…” Ella bromeó, rodando encima para luchar con Edward. Me reí con ellos y seguí a Jasper arriba, sintiendo los ojos preocupados de Edward viéndome ir.
1 comentario:
Ohhh ame el cap, me encanta esta historia, porfa no tarden tanto
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