Capitulo 4 –Medianoche hasta las seis
Edward me sonrió, dándome besos suaves a lo largo de mi barbilla. “Duchémonos.” Su voz era un susurro en mi oído.
Me paré rápido al darme cuenta de que no me había duchado desde… desde que era humana. Me sentí repentinamente repugnante.
Envolví mis brazos alrededor de mi pecho, caminando lejos de él.
Él me miró, curioso. Entonces, la comprensión se lavó sobre su cara. “Tu eres deliciosa.” Me dijo con una mueca. “Es solo que… es mi turno de limpiarte.”
Me reí de sus palabras a pesar de mi timidez, recordando lo que él me había dicho solo una hora antes. “Eso fue…” Dije estas palabras en voz baja, sonriéndole.
“¿Interesante?” Propuso, su sonrisa era deliciosamente torcida.
“Interesante.” Convine, presionando mi pecho contra el suyo. “Y realmente excitante.”
“Continúas sorprendiéndome, Bella. Creo que me hice ruborizar a mi mismo diciendo eso, pero a ti no.” Se rió entre dientes.
“Hablando de eso.” Embromé.
“Hablando de eso.” Ronroneó. “Gracias por complacer mis… instintos más bajos.” Él apoyo su nariz en mi cuello, arrastrando su lengua ligeramente a lo largo de mi piel.
“Gracias por complacer los míos.” Incliné mi cabeza de nuevo para darle un mejor acceso al punto blando detrás de mi oído. “Además, me gustan todos tus instintos.” Mis manos resbalaron hasta alcanzar sus glúteos perfectamente esculpidos, empujándolo contra mí.
Él me alzó y me llevó al cuarto de baño, sosteniéndome con un brazo mientras abría la ducha, el agua escaldaba, y el vapor envolvió el cuarto casi inmediatamente. Me bajó al piso y entré en la ducha; él me siguió, tomándome en sus brazos para darme un beso profundo. Disfrutamos de caricias interminables en el vapor por largo tiempo antes de que él se estirara para alcanzar el jabón liquido, vertiéndolo en sus manos y frotándolas juntas para lograr una espuma espesa. El olor familiar, a fresas, llenó el aire caliente alrededor de nosotros. Edward me sonrió y se inclinó para besarme suavemente. Él corrió de modo que no estuviera debajo del agua y se arrodillo en la bañera delante de mí. Levantó cada uno de mis pies alternadamente, poniéndolos sobre su rodilla doblada, y lavó cada pulgada de mi piel, frotando los dedos de mi pie con sus dedos fuertes. Él trabajó de este modo subiendo por mis piernas, usando movimientos largos para masajear mis músculos, acercándose a besar mi piel mientras me lavaba.
Miré su cara mientras que él trabajaba en mí, pero sus ojos estaban fijos en mi cuerpo, en la parte que él masajeaba, limpiándome con la suave espuma. Subió una mano hacia arriba, pidiendo silenciosamente más jabón. Exprimí un poco en su mano y él me sonrió agradecido, volvió a frotar sus manos, mirando fijamente mis caderas delante de él. Puso una mano a cada lado, frotando la espuma y luego las movió detrás de mí, exprimiendo mi cola, moviendo las manos suavemente entre mis cachetes; él dejó escapar un pequeño quejido cuando mi cuerpo traicionó mi despertar a su tacto. Él lavó suavemente la parte interna de mis muslos y el vello suave entre mis piernas, dejando a su boca besar mi ombligo antes de pararse y comenzar a lavar mi torso.
Sus manos eran geniales, y se lo dije varias veces sin aliento mientras que él se reía con una risa suave y dulce. Sus dedos se movían con pericia sobre mi piel; sus manos conocían cada curva de mi cuerpo íntimamente, mejor quizás que yo misma, pero él parecía descubrirlas siempre por primera vez cuando me tocaba. Quise acercarlo a mí pero estaba tan cautivada viéndolo adorarme, que no podía moverme. Sus manos se deslizaron por mis lados y bajaron por mis brazos, antes de que su atención se fijara en masajear suavemente cada uno de mis dedos. Frotó ligeramente mi espalda inclinándose para besarme, luego me giró para que quedara de espaldas a él. Frotó mis hombros, mi espalda, y a lo largo de la parte posterior de mis brazos. Lo oí tomar más jabón en sus manos y después las sentí deslizarse alrededor de mí y comenzó a dar masajes a mis senos. Su erección estaba muy presente detrás de mí y gemí con la combinación de sensaciones.
Llevé mi mano hacia atrás para tomarlo pero él se alejó. “Sin distracciones. Te estoy lavando.” Murmuró detrás de mí.
“Mis pezones deben estar muy sucios al parecer.” Bromeé, después de algunos minutos, mirándolo sobre mi hombro.
“Horribles.” Dijo depositando un beso en mi hombro enjabonado. “Después podrás agradecerme por ayudarte con esta situación embarazosa.”
Entonces me dio la vuelta y me condujo debajo del agua para enjuagar mi cuerpo mientras que buscaba el champú. Sus dedos frotaron el champú en mi pelo, masajeando mi cuero cabelludo deliciosamente, dando masajes a la base de mi cráneo con firmeza usando sus manos fuertes. Él hizo espuma a lo largo de mi cabello sobre mi espalda, de forma apacible pero competente. Enjuagó mi cabeza y después repitió estas acciones con el acondicionador. Entonces tomó mi cara para lavarla “Realmente nos necesitas esto, pero quiero hacerlo… cierra los ojos.” Sentí sus dedos frotando mi cara para lavar la piel de mis mejillas, frente, barbilla y nariz. Era una sensación divertida, que otra persona lavara mi cara, pero sus pulgares eran tan apacibles y lisos cuando él frotó el largo de mi frente, masajeando mi sien, y limpiando mi nariz, lo encontré increíblemente sensual. Caminé hacia adelante cuando él gesticuló, y enjuagué mi cara en el agua. Nunca me había sentido tan limpia.
“Vamos a quedarnos sin agua caliente pronto.” Murmuró en mi cuello y después se estiró para cerrar la llave del agua.
“Supongo que es tu turno la próxima vez.” Le dije, mirándolo decepcionada por no poder devolverle el favor.
“Tengo algunos lugares muy sucios que pueden necesitar de una limpieza rigurosa.” Bromeó, su respiración cosquilleaba en mi cuello. Reí contra él mientras que tomaba dos toallas de algodón.
Me secó lentamente y me envolvió en una bata gruesa, después se secó él, y me levantó en brazos llevándome a la sala de estar. Se sentó en una silla grande y me acurrucó en su regazo.
“¿Cómo va nuestra primera noche hasta ahora?” Preguntó, acariciando mi mejilla con sus labios.
“Perfecta.” Contesté relajada. “Una buena mezcla de diversión y de romance. Me siento tan bien después de esa ducha.”
Después de un momento él se rió entre dientes al lado de mí. “¿Disfrutas acordándote de mi recién adquirido balance?” Pregunté, sintiendo como si acabara de leer su mente.
“Oh sí.” Ronroneó en mi oído.
“Voy a extrañar dormir en tus brazos.” Susurré.
Él se quedó pensando en eso y besó mi cabeza. “Extraño dormir. Es la única cosa que extraño realmente. Aunque podemos quedarnos quietos, juntos en la cama, sin embargo. Puedo abrazarte durante toda la noche cada vez que tú lo desees.” Me recosté contra él, preguntándome por millonésima vez cómo habré logrado ser tan afortunada.
“Edward, ¿cómo fue para ti mientras yo me transformaba?” Pregunté quedamente.
Él se quedó en silencio por un momento. “Fue… difícil.” Me dijo simplemente. “La parte previa fue increíble. Mucho más que sensual. Pero el cambio en si mismo… fue muy difícil. He visto algunos cambios antes y cada experiencia ha sido levemente diferente. Tú estabas muy callada, eso en cierto modo fue un alivio, pero también una tortura porque me convencí de que sufrías en silencio para no lastimarme.”
“Tú te preocupas siempre de que yo sufra en silencio para aliviarte. Pero yo raramente sufro, y raramente lo hago en silencio.” Sonreí contra sus labios besándolo suavemente.
Él se rió entre dientes. “Lo sé. Pero me convencí de que no lo había hecho correctamente, de que ibas a morir, no a transformarte. Carlisle permaneció con nosotros todo el tiempo. Él se sentó en una esquina del cuarto los tres días enteros. Siempre que pensaba que enloquecía de preocupación él me tranquilizaba diciéndome que todo iba como debía. No hay realmente mucho más que contar. No me moví de tu lado en ningún momento. Te miré fijamente, te amé, y me enfermé de preocupación por tres días. Y entonces tú te despertaste. Es fácil hablar en retrospectiva porque todo resultó muy bien. Pero en ese momento yo agonizaba de preocupación.”
Pensé en esto y me alegré de que Carlisle estuviera con nosotros, me alegré de que Edward tuviera esa ayuda. Pero otro pensamiento ocupó mi cabeza. “Estábamos los dos desnudos. Acabábamos de hacer el amor. ¿No fue un poco… extraño para ti que Carlisle estuviera allí?” Evité la parte más embarazosa de la pregunta, que Carlisle me viera desnuda, oliendo y quizá oyéndonos hacer el amor.
“Tenía cosas más importantes en mi mente. Puedo asegurarte que el hecho de que estuviéramos desnudos nunca tuvo importancia realmente para él. Tenía una tarea muy específica, una vez que yo rompiera la cabecera: escuchar tus latidos y quitarme de ti si te acercabas demasiado a la muerte.” Él vaciló y después se inclinó para mirarme a los ojos. “Bella, tengo que confesarte algo. Yo quería hacerlo de ese modo, haciéndote el amor primero. Pero no podía hacerlo sin alguien allí en caso de que no pudiera parar. Ése era un punto no negociable para mí. Sé que nunca te lo dije, Bella… pero lo que tú querías, también era mi fantasía.”
Lo miré totalmente en shock, “¡Y me diste tanta lata! ¡Tú me hiciste sentir una loca!” Grité, golpeando su brazo juguetonamente.
Él se rió entre dientes. “Lo sé. Pero estaba sorprendido de que tú quisieras eso. Parecía como la clase de cosas con las que se puede fantasear pero que en realidad deben hacerse de forma más clínica. Realmente quería oír lo que tú tenias para decir, yo no quería sólo convencerte de que no era razonable. Al principio pensé que tú verías la imposibilidad absoluta de este escenario. Pero tú estabas tan resuelta, tan confiada en lo que querías, tú me convenciste de que podría hacerlo, tú me convenciste de que debía hacerse en un momento de amor. No podía negártelo… o a mi… tu rompiste mi convicción, tu, pequeña zorrita.” Él me hizo cosquillas, sus ojos ardían juguetones. “Y fue… perfecto. Tenías razón.”
Se inclinó para besarme por largos minutos, con sus manos en mi cara.
“¿Cuéntame que pensaban todos ayer por la tarde, en el barco?” Pregunté mientras me alejaba de un beso que llevaría rápidamente a menos charla y más acción.
Él gimió con la pérdida de mis labios en los suyos e inclinó su cabeza hacia atrás contra la silla. Comenzó a reírse. “Realmente ese fue un momento en que puedo decir que amé tener el don de leer la mente. Fue fascinante.”
Lo miré, haciendo un gesto para que él continúe. Respiró profundamente. “Al principio, no escuchaba ningún pensamiento. En verdad. Un silencio atronador, la primera vez que me sucede. Luego tu cara se reflejó dentro de mí en seis mentes diferentes. Después de un momento, cada uno tuvo su reacción. Rosalie estaba atontada y sólo se quedo mirando tu boca y tus ojos. Ella estaba celosa, pero también feliz por ti. Emmett…” Edward rió. “Bueno, tú conoces a Emmett. Él también miraba tu boca. Dejémoslo así. Él está dedicado a Rose, pero él es predecible en gran medida.” Sabía que si pudiera me habría ruborizado, pero no debía haber sido demasiado malo porque Edward se reía.
“Esme solo quería abrazarte. Su reacción fue una revelación para nosotros, ella no estaba tan obsesionada con tu belleza o tus ojos como todos los demás. Alice no podía parar de mirarte de arriba a abajo, imaginándote en varios atuendos distintos.” Me reí de eso, sabiendo que era totalmente cierto. “Y Alice también estaba un poco satisfecha de haberme tranquilizado bastante para que yo pudiera hacerlo. Ella se está tomando mucho crédito.” Ambos reímos.
Jasper y Carlisle fueron los más interesantes para mí.” Él levantó su cabeza y me miró, seriamente. Miré su cara; él había llegado a los que más me intrigaban. Quise saber lo que sentían cuando me habían mirado. “Alivio intenso del lado de Jasper….” Edward parecía intentar encontrar la palabra correcta, y no estaba satisfecho enteramente con lo que él había dicho. “Solo que no creo que sea por una cuestión de alivio de su tentación por tu sangre. Pienso que hay algo más. Pienso que él encuentra en ti algo que ha estado necesitando.” Se encogió, mirándome.
“Me siento conectada con Jasper.” Dije simplemente. “No puedo explicarlo realmente pero pienso que él se siente igual.”
“Sé que lo estás. Estoy contento de que usted dos se tengan. Él tiene a Alice como yo te tengo a ti, pero él está aislado en gran medida de los demás; no tan cerca de los otros miembros de la familia como estoy yo. Él es el más nuevo, pero también ha estado siempre con nosotros principalmente por Alice. Pienso que él ve algo en ti que él ha necesitado para sentir que el también pertenece a la familia. Pienso que tú lo entiendes… no sé que es todavía, ¿Tú lo sabes?” Sus ojos estaban claros, despejados. Él observó mi expresión y pareció entender que yo estaba preocupada sobre su reacción a esta conexión. “¿Tú no esperabas… estar conectada solamente conmigo, verdad?” Me palmeó suavemente.
Miré su cara y entendía por qué todos habían venido a la isla, y no solo Carlisle y Emmett y Alice. Edward quiso entregarme a su familia tanto como él se daba a sí mismo. “No estoy acostumbrada realmente, a la sensación de conectar con otra persona que no seas tú. Supongo que estoy contenta de que no te incomode.” Lo miré y sonreí.
Él rió, besándome. “Tú sabes que yo tengo un enlace fuerte con Alice, y con Carlisle. Y con cada uno de los otros; cada relación es diferente. Quiero lo mismo para ti.” Él se inclinó y gruñó en mi oído. “Pero al final del día, tú eres mía. Cuando se trata de hacer el amor, eres toda mía. Cuando se trata de nuestro matrimonio, Tú eres mía.” Sus palabras me hicieron jadear.
Unos momentos después, recordé lo que quería preguntarle. “¿Porqué te reíste cuando Jasper te miró y sonrió?” Pregunté.
“Cuando él te miraba comenzó a nombrar el listado de generales confederados para dejarme fuera de su cabeza.” Edward rió mucho con esto, y después me tranquilizó cuando vio la mirada en mi cara. “No, no, él lo hizo como una broma, no porque fuera lascivo. Cuando me miraba me agradeció por adelantado por todas las sensaciones de lujuria que vendrán de nosotros de ahora en adelante, y entonces me dijo que yo era un hombre más fuerte de lo que él habría podido ser…”
“¿Qué significa de ahora en adelante? Lo interrumpí, no haciendo caso de la ultima parte de su discurso “nosotros hemos sido bastante lujuriosos durante mucho tiempo.”
Edward se rió. “Si, lo sé. Pero… Bella, entiende. Es diferente. Nosotros profundizamos los sentimientos hacia nuestras parejas a medida que pasa el tiempo. Nuestros sentimientos comenzarán a profundizarse luego de que se estabilicen, después de una década más o menos. Los primeros diez años de una relación apasionada tienden a ser muy… intensos. Y nosotros estamos comenzando bastante fuerte, y tú eres muy hermosa… Jasper solo estaba muy feliz por mí, por todos nosotros. Él prefiere no estar muy cerca de Edward el gruñón.” Se rió de sus palabras.
Lo miraba, con mi cara en shock. “¿Yo te querré más… te amaré más?” Él asintió, con su sonrisa torcida.
“Y yo a ti. Es algo que he intentado articular varias veces durante los días que estuvimos aquí, antes de que te transformara, pero tú tienes que experimentarlo por ti misma. Ese es el motivo por el que tuve que transformarte antes de lo que planeaba. Después de un cierto punto probablemente yo hubiera tenido problemas controlando mi necesidad de ti durante el sexo. Ya te necesito constantemente. Era algo diferente a sentir que no podía tocarle realmente, no de la manera en que comencé a necesitar…”
Algo en la forma en que él dijo estas palabras, refiriéndose a perder el control conmigo, me dejó pasmada. Un nuevo dolor en mi pecho creció. Volví a comprender pero a un nivel más profundo, todo el esfuerzo que significó para él estar conmigo mientras que yo seguía siendo humana, me abrumó de amor, lujuria, gratitud. Tiré de nuestras batas abriéndolas y me monté en su regazo a horcajadas.
Mi movimiento no lo sorprendió y se movió rápido para acomodarme, bajando mi cuerpo sobre el suyo. Comencé a oscilar sobre él lentamente, y luego con más pasión. Él volvió a dirigir mis manos suavemente algunas veces, en las que lo así o tiré demasiado fuerte, pero no me trastornó más. Sabía que él solo me estaba mostrando cómo hacerlo. No hablamos durante mucho tiempo; el único sonido en el cuarto era nuestra respiración, nuestros quejidos suaves. Mi orgasmo vino primero; él me siguió unos pocos minutos más tarde, cada uno de nosotros miraba la cara del otro en su tranquilo clímax.
Nos quedamos quietos en silencio por largos minutos antes de que yo me quitara la bata por completo para acurrucarme arriba de su cuerpo. Él envolvió su bata alrededor de mis brazos y me abrazó más cerca de él.
“Mmmmm…”Murmuró a mi lado. Nunca me cansaré de esto.”
Sonreí contra él, después recordé la otra cosa que quería preguntarle.
“¿Y Carlisle?” Retomé nuestra conversación anterior donde la habíamos dejado.
“Sí, Carlisle… no supe realmente lo que él hacía. Necesito hablar con él hoy.” Su voz era pensativa.
“Quieres decir que necesitamos hablar con él hoy.” También necesitamos trabajar en incluir a Bella un poco más, pensé en silencio.
Él besó mi sien. “Por supuesto. Lo siento. No quise decirlo de ese modo.” Su voz era contrita.
“¿Qué significa, que tú no supiste lo que él estaba haciendo?” levanté mi cara nuevamente para mirarlo.
“Él hacía algo intencionalmente; él recorría toda clase de imágenes… Charlie, Forks, de Renee, la escuela, de Jake, de James… y por último mi cara. Y después él vio cierta reacción en ti, entonces repasó muchas imágenes de mi.” Luego se detuvo y me miró. “¿sentiste algo cuando Carlisle te miraba? Él pareció pensar que tu percibiste algo cuando… cuando él pensó en cómo estaba yo durante tu cambio.”
“Um…” Intenté pensar. No sabía si lo qué recordaba era algo significativo y no quise hacer una gran cosa de ello. “Solo siento esta punzada en mi pecho, pero se siente como nervios o… algo.”
Edward considero esto. “No estoy seguro qué quieres decir. Creo que le preguntaremos a Carlisle lo que él pensaba. Estoy suponiendo que él tiene una teoría.”
“¿Cómo podría él? ¿Quiero decir, qué podría pensar él?” Pregunté, sintiéndome totalmente confundido.
“Creo que él sabe más sobre porqué tus ojos siguen siendo marrones de lo que él dejó entrever ayer.” Edward me besó suavemente, abriendo el beso, y dejando a su lengua tocar la mía. “Haremos esto más tarde. Todavía te tengo por otra hora toda para mí y no quiero hablar de Carlisle o de cualquier otra persona.”
Él me detuvo así, acurrucada contra su pecho, robándome silenciosamente un beso de vez en cuando, durante mucho tiempo.
El sol subió, la luz fluía por las ventanas grandes de la sala de estar. “Te amo Bella. Te amo más de lo que puedo contener. Sé que se me derrama hacia fuera y que te abruma. Si tú sientes al menos una fracción de lo que yo siento, sé que podrás entenderme.”
Lo besé suavemente, colocando pequeños besos mojados todo alrededor de sus labios. “Yo también lo siento. Todo.”
Él miró el reloj, y luego a mí. “Vayamos a charlar con Carlisle.”
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