sábado, agosto 13, 2011

Capítulo 3 - Muéstrame - Una Vida Extraordinaria by Lolashoes


Capitulo 3 – Muéstrame



 Sabía que Edward se sentía mejor; sentí un poco de alivio después de que él me hiciera el amor demasiadas veces para llevar la cuenta. Había tocado solamente su cara pero por ahora eso parecía ser bastante. Todavía no tenía idea de cuán rápido podía moverme o qué grado de fuerza debía utilizar. Sentía demasiadas cosas a la vez, y su tacto, que había sido siempre irresistible para mi, era repentinamente demasiado estimulante. Era más fácil, por ahora, si no agregaba mis propios dedos a la ecuación. Había más también: mi reciente comprensión de la enormidad de su contención cuando yo era humana pesaba mucho en mí. Sentía que debía agradecérsela.

Él rodo fuera de mí, acostándose de lado y tirando de mí para que lo viera de frente, nuestras caras separadas apenas por pulgadas. Él tomo un mechón de mi pelo en su mano y jugó con el ausente. Me miraba, con una expresión tímida en su cara. “¿Cómo lo estás llevando, amor?”





Corrí mi cabeza un poquito para tener una mejor vista de su expresión. “¿Porqué pareces avergonzado?” Pregunté, sonriendo.

“Acabo de violarte por cuatro horas, mientras que tú estas abrumada y acostumbrándote a todo… ¿y me preguntas porqué parezco avergonzado?” Su sonrisa torcida me atrajo para  besarlo.

“¿Podemos hablar de todo esto?” Pregunté con calma.

Sus ojos se volvieron serios, impacientes. “Por supuesto. Por favor.”

Inhalé profundamente, más para ordenar mis pensamientos que por otra cosa. El resultado fue una profunda dosis del aroma de Edward, del olor de nuestro sexo; mis pensamientos se nublaron inmediatamente, otra vez. Vacilé, cerrando los ojos contra el impacto sensorial.

“Realmente deseaba poder leer tu mente luego de…” murmuró.



“Tú necesitas el silencio conmigo.” Lo que dije fue simple, pero parecía afectarle mucho. Él me miró fijamente, buscando mis ojos. Después de un momento él conscientemente se reenfocó y me presionó, “Bella. Por favor.”

Lo miré, tocando su cara otra vez brevemente antes de poner ambas manos al lado de mi cara en la hierba. “Antes de que tú…” sonreí tímida, “…cumplieras mi fantasía del vampiro… yo no comprendía realmente tu fuerza. Para mí era tan abstracta, tan intangible. Incluso después de lo que pasamos con James, con Victoria…yo era tan….ingenua, pensé de verdad que tú nunca podrías lastimarme. Pero por otra parte esa noche… la facilidad con la que tus dientes se enterraron en mí… cada momento que pasamos juntos hasta ese momento aterrizaron en una sola idea en mi mente, cada vez que yo empujé mi cuerpo contra el tuyo, cada vez que te besé apasionadamente y te impulsé a perder el control…” Suspiré. “…Y entonces después en nuestra luna de miel, cómo pudiste hacerme el amor, cómo tus movimientos podían sentirse sexualmente rudos en mi cuerpo, sin siquiera acercarse a lo rudo  que tu cuerpo realmente podría ser… yo nunca comprendí realmente el esfuerzo que te tomaba estar cerca de mí. Tú nunca perdiste el control. Incluso la noche que parecías haberlo hecho, lo que te trastornó más no fue que hubieras perdido el control sino  que no me hicieras acabar a mi primero. ”



              “Tú siempre fuiste consciente de mí. Habrías podido empalarme. Literalmente. Y entonces la primera vez que te toco, te lastimo

Edward me interrumpió, “no es lo mismo. Para nada.” Su voz era firme.



“Lo sé, por supuesto, lo sé. Pero sin embargo, fue tan duro ver cómo mi tacto te afectó. Todo el tiempo mientras que estaba… cambiando… yo estaba centrada en un pensamiento. Que cuando me despertara tenía que decirte lo que significó para mí, yo tenía que decirte que entiendo lo que hiciste por mí. Escuché tu voz, me concentré en tu voz. Tenía que intentar demostrarte cuan agradecida estoy, cuánto te amo, y te amo aún más por lo que significo para ti estar conmigo. Quise besarte, para verter mi amor en ese beso…”

“Siempre sentí eso, Bella.” Susurró. “Siempre sentí cuánto me amabas.”

Empujé lejos sus palabras, continuando. “Pero por otra parte cuando despierto, la primera vez que te toco…” Gruñí, tirando mi cara contra mi antebrazo.

“Ésa es toda tu percepción, amor. Viene de ti, no de mi.” Su mano acarició ligeramente mi mejilla, sus dedos se movían para delinear la forma de mis labios. “Yo te siento. Lo que yo necesito es que tú te sueltes. Yo puedo manejar que tú seas fuerte. No soy frágil. Lo que no puedo manejar es que tú te alejes de mí, incluso si es porque piensas que necesitas hacerlo.”



“¡No lo hago!” Me incorporé, mirando hacia él. “No quiero alejarme. Estoy loca por ti. Es más de lo que puedo expresar con palabras. Pero, el gesto de dolor en tu cara… cuando le lastimé, me aplastó.” Odié la angustia en mi voz, pero quería que el supiera que lo amaba locamente.

Edward se incorporó, también. Sus ojos eran serios. Sus ojos eran sabios. “Lo que quiero decir es que yo puedo manejarlo. Tú no me lastimarás, Bella. Tú recién estás aprendiendo cómo moverte. Tirándome del pelo no me estás lastimando. Rompiendo una pared… no me estás lastimando.”

Me sentía como un niño que le dice a su padre cómo conducir. Comenzaba a perder confianza en mis propias palabras.

“Yo vi tu cara…”

Edward se quedó en silencio por un minuto, mirándome. Él se rió entre dientes pero sin diversión. “Parecería que nuestros roles se invirtieron. Yo estoy intentando convencerte de que te dejes ir. Tú solo tienes que confiar en cuan diferentes las circunstancias  “

“Oh mi dios, Edward,” lo interrumpí. “No se parece en nada a lo que tú pasaste conmigo. Es solo que…” Suspiré, sintiéndome exasperada conmigo misma, entendiendo que solo necesitaba descifrar esto. “Tengo tanto para decirte, tengo mucho para decirte ahora, y no con palabras. Lo que tú hiciste por mí estos dos años… yo no sé  cómo decirte todo lo que necesito decirte, con este cuerpo, con todo… y… es tan frustrante.”

Él se inclinó hacia mí, con una sonrisa enorme, entendiéndome. Depositó varios besos a lo largo de mis labios. “Tú solo no sabes donde están tus límites todavía, ¿y eso te asusta?” Él repitió sus propias palabras de hace un par de semanas.

“Sí,” dije, sonriendo contra sus labios.

“Prometo que te diré si me lastimas. Solo intenta dejarte ir. Necesito que te dejes ir. Tírame del pelo. Aplástame. Necesítame.”  Él gruñó mientras que me ponía sobre su regazo para que lo montara a horcajadas. “Y Bella: Sé que tú solo tienes doce horas de convertida.” Él se rió entre dientes. “Pero no puedo prometer ser tan paciente como probablemente debería, porque te he necesitado así durante mucho tiempo. Pero lo que sí sé es que tengo una eternidad para mis propias fantasías de la vampiro sexy.” Él rió contra mis labios.

*****

Nos calmamos por un rato. Aproveché ese tiempo para acostumbrarme a todo a mi alrededor; sonidos, estímulos visuales, todas las sensaciones en mi piel. Y los olores, por supuesto. Océano, hierba, animales, árboles, Edward.                                                               
Edward no habló mucho después de nuestra conversación, él solo acarició mi espalda ligeramente mientras que me inclinaba contra él.

Finalmente, su voz en mi oído: “¿Vamos a ver a la familia?” Era una pregunta susurrada. Note que él  no quería apresurarme.

“Sí, supongo que debemos pasar un tiempo con ellos antes de irnos a la cama. ¿Qué hora es?”

Él se rió entre dientes. “Cerca de las dos, supongo. Y…, amor, ya no hay más ‘ir a la cama’ para ti.”

“Lo sé,” yo lo miraba, sonriendo traviesa. “Eso no es lo que quise decir…”

Él me apretó más cerca de su pecho, besándome los labios, murmurando, “Realmente, y dime. ¿Qué quisiste decir?” Sus ojos ardían.

“Digo que pienso que cada noche, desde la medianoche hasta las seis de la mañana, debe ser nuestro tiempo. Debemos irnos a la cama juntos, o por lo menos estar solos, cada noche por ese tiempo. Comenzando esta noche.”

Él me miró un largo momento antes de sonreír, su cara se levantó hacia el cielo. “Te amo, Bella.”

*****

Corrimos hasta el barco, Edward era rápido. Yo no tenía idea, pero finalmente entendí porqué todos decían eso sobre Edward durante el juego de béisbol hace tiempo, y cómo él se sentía tan confiado en la carrera a nado a Rio. Él me ganó al barco por algunos metros, volteándose para tomar mi mano cuando subimos a bordo.

Nuestra familia entera se encontraba en la cubierta, esperándonos, mirando como nos acercábamos. Todos me miraban fijamente a mí. Edward me miraba, también. Miré fijamente a mi familia; eran… impresionantes.

“¡Bella!” Alice gritó, corriendo para abrazarme antes de alejarse para dejar que los demás me vieran. La puse delante de mí, viendo su pelo borravino oscuro verdaderamente por primera vez, cómo refulgió cuando la luz lo golpeó; sus ojos gigantescos brillaron tenuemente bajo sus negras y gruesas pestañas. Su piel era de porcelana. Ella era increíble.



“Jesús.” Susurró Emmett mientras me miraba, y por una vez Rose no lo golpeó por quedarse embobado. Ella me sonreía, asintiendo. Mire hacia ellos y jadeé. Emmett lucía igual pero… más cálido, el aire alrededor de él zumbaba con su alegría. Caminé hasta él y lancé mis brazos alrededor de su cuello, y luego de Rosalie. Ambos se rieron de la fuerza de mi abrazo. La piel de Rosalie era cristalina, sus ojos color ámbar, chispeantes. Su pelo no era solo rubio, sino blanco, oro, amarillo, naranja, rojo. La miré fijamente y ella me guiñó un ojo.

Jasper dejó escapar un ruidoso silbido detrás de mí y mi cabeza se volteó de un azote hacia él. Jadeé. Sabía él tenía cicatrices, pero no esperé que él fuera tan… hermoso. Sus cicatrices eran un patrón suave en sus brazos, blanco sobre blanco. Su cara mostraba un grado de serenidad que no había visto antes. Sus ojos no eran exactamente ámbar como había visto con mis ojos humanos. Eran miel oscura, eran más profundos que los de los demás, alineados completamente por sus pestañas, pesados por todo lo que él sabía y sentía. Sus ojos se sentían como imanes sobre los míos cuando él me miró fijamente. Sentía a Edward radiante a mi lado y me pregunté qué estaría pensando Jasper. Su cara se rompió en una sonrisa amplia y rara y él dejó que sus ojos vagaran recorriendo mi cuerpo ida y vuelta. Él enarcó una ceja hacia Edward, su boca se cerró aún sonriendo comunicando más de lo que yo podría entender y entonces miró a lo lejos antes de poner su brazo alrededor de Alice y de besarla en la cabeza. Alice saltaba a su lado, mirándome a mí. Levanté mis manos a mis mejillas en un acto reflejo.

Edward se rió entre dientes. “Todavía ningún rubor, amor.” Él miró alrededor y sacudió su cabeza, riéndose de cada uno los pensamientos. Él parecía divertido.

Esme caminó hacia mí, tomándome en sus brazos. Sus brazos se sentían calientes alrededor de mí, su pelo se cepillo contra mi cara. Ella olía como el azúcar, como pétalos caídos. Inhalé profundamente, queriendo acurrucarme en su regazo, mi pecho dolía por abrazarla.

“Tú eres impresionante, mi chiquita.” Susurró en mi oído. La apreté y ella se rió entre dientes de la ferocidad de mi abrazo, liberándose cuidadosamente. Sobre su hombro vi a Carlisle que me miraba. Nunca lo había visto sin habla y no estaba segura qué pensar de su expresión. Me preocupaba lo que él pensara sobre mis ojos. Lo miré fijamente, su pelo rubio se movía con la brisa del océano, un hoyuelo profundo jugaba en su mejilla mientras que una sonrisa se rompió sobre su cara.



“¿Todo bien, Carlisle?” Pregunté con calma. Sentía una punzada extraña en mi pecho mientras lo miraba. Edward miraba a Carlisle entonces y después se rió entre dientes otra vez, mirando abajo a sus pies.

“Sí, por supuesto, Bella.” Su sonrisa se volvió cálida; caminó hasta mí y me dio un abrazo apretado. Él olía como la hierba nueva, aire del océano, sal. Considere lamerlo.

Toqué mi frente como un hábito nervioso y Emmett rió en voz alta. “Tú no necesitarás ninguna ayuda para parecer humana, Bell. Tu actúas exactamente como lo hacías antes, solo que ahora pareces una  terrible diosa.”



Me reí de sus palabras; su dulce honestidad era adorable.

El silencio que siguió careció totalmente dificultad. Después de un largo momento, miré a Edward para decir algo pero todos estaban totalmente contentos solo mirándome. Finalmente tomé la mano de Edward y miré abajo hacia mis pies.

“¿Recuerdas lo que te hice prometer, Bell?” Dijo Emmett  quedamente.

Mire para arriba hacia él. “Por supuesto.” Mi voz era feroz.

“Entonces nada de mirarte los pies. Tu eres una bomba.” Él me hizo un guiño y Alice voló a mis brazos otra vez, abrazándome firmemente.

Sus palabras salieron en un zumbido. ¡“Ha sido imposible describirte! Tus labios son ridículamente rojos. Tu pelo es tan asombroso. Y tienes mejores piernas que todas nosotras. Es tan injusto. Nadie me creyó.” Sus manos estaban en mi cara, en mi pelo, y luego exprimiendo mis brazos.

“Es realmente injusto,” Rosalie fingió poner mala cara. “Sus labios son insanos.” Vi a Edward reír a  mi lado.

“Puedo hacer que tus labios sean rojos, Rose…” Emmett gruñó al lado de ella.

“¿Qué pasa con sus ojos?” Rosalie le preguntó a Carlisle, no haciendo caso de Emmett.

Él  se encogió. “No es inaudito que un vampiro conserve su color de ojos, o aún que desarrolle un nuevo color de ojos fuera de los rojos después de haber cambiado. Es raro, pero he oído hablar de que esto sucedía.” Antes de que Emmett pudiera preguntar, Carlisle agregó, “usualmente se asocia a un don especial, pero no siempre…”

Todos miraron fijamente a Alice por una explicación. Contuve mi respiración esperando para ver lo que ella diría. Esperaba que ella no dijera nada. Ella sacudió su cabeza.

“Dinos que es,” insistió Rosalie.

Alice mascullaba en español, dejando a Edward fuera de su cabeza. “No,” dijo ella reservada. “Así no es cómo sucede. Bella necesita descubrirlo por  sí misma.”

“OK, OK, ya está bien.” Esme se rió. “Edward, tú pareces hambriento. Necesitas cazar, amor. Bella estará bien.”

“Lo está,” convine, y él asintió a  mi lado.

“Iré al continente pero estaré de vuelta pronto. ¿Pueden ustedes… acompañar a Bella?” Él preguntó protector, aunque era  una petición innecesaria.

“Ve.” Alice lo empujó, irritada de que él siquiera sintiera la necesidad de preguntar. Edward me besó suavemente y asió mis manos en las suyas significativamente, mirando mis ojos. “Piensa en esto.” dijo reservado.

Asentí y lo miré saltar en el barco más pequeño, dirigiéndose al sur de Río.

*****

Mire para arriba y todos me miraban fijamente todavía. “OK, ya es suficiente. Ahora no me gusta esto más de lo que me gustaba hace cuatro días.”

Jasper me miraba. “¿Todo bien, Bella? Estás tensa.”



Le sonreí, una risa aguda se escapo de mi garganta.

¿“Tensa porque he sido un vampiro por menos de veinticuatro horas y no puedo imaginar cómo tocar a mi marido? Sí, un poco.”

“Es todo nuevo, tesoro,” dijo Esme calmadamente. Nadie parecía sorprendido de mis palabras, lo que me hizo sentir mucho mejor.

“¿Quieres hablar de eso?” Preguntóo Carlisle, transmitiendo tranquilidad con su voz.

Lo miré, queriendo saber lo que él pensaba, pero sacudí mi cabeza. “No realmente. Sólo me siento un poco fuera de control.”

“¿Es la velocidad o la fuerza?” Preguntó Jasper, con una expresión de inquietud en su cara.

“Ambas. Pero sobre todo la fuerza.” Me avergonzaba sabiendo que Carlisle y Esme oían esto, pero sabía que todos podrían ayudarme así que perseveré. “Cuando intento tocarlo… creo que utilizo demasiada fuerza. Así que yo solo…… no lo toco. Y yo quiero realmente quiero hacerlo.”

Emmett resopló al lado de mí. “Supongo que eso va bien entonces.”

Su humor me ayudó a relajarme. “Exactamente.” Sonreí secamente de su comentario.

Carlisle no dijo nada al principio, pero sus ojos me tranquilizaron cuando encontré su mirada, necesitando que dijera algo. Después de un momento él habló.

 “Tú tienes grandes expectativas para ti, Bella. Sé que Edward te necesita pero esto es mucho para asimilar. Todos lo sabemos. Edward lo sabe. Y las buenas noticias para ti son que tienes probablemente la mejor gente aquí para ayudarte.” Él indicó a Emmett y Jasper.

“Es cierto, Bell. El asunto de la fuerza ha sido un tema para mí, especialmente al andar alrededor de los seres humanos. Y tú sabes que Jasper tiene toda clase de experiencia con vampiros recién nacidos. Vayamos a jugar.” Él indicó hacia la playa, levantando sus cejas con la pregunta.

Jasper asintió y tomó silenciosamente mi mano, tirando de mí detrás de él sobre la playa. Alice y Rosalie nos siguieron mientras que Carlisle y Esme nos miraron del barco.



*****

Jasper y Emmett eran adorables, se pararon delante de mí como mis sargentos de instrucción.

“Bueno Bella, la primera cosa que debes hacer es comenzar con lo que puede hacer tu cuerpo. Será más fácil graduarlo si tu sabes que eres capaz de hacer.” Jasper asintió al lado de él y entonces corrimos hacia el área selvática.

Llegamos al claro donde había cazado antes. Alice me sonrió. “Estuviste impresionante cazando, Bella.” Estaba genuinamente feliz de que hubiera sido fácil para mí; ella ya sabía que lo sería.

“De nuevo al trabajo, muchachas.” Emmett exigió. “OK, Bell,  te he visto correr. ¿A ti te gusta correr no es cierto?” Asentí “Eso es bueno.” Él miraba a Jasper y dijo quedamente. “Estoy seguro que Edward debe estar totalmente feliz con eso.” Jasper se rió entre dientes, asintiendo con la cabeza hacia el piso, y sus brazos cruzados delante de él.

“Un asco, Emmett.” Masculló Rosalie.



Emmett no hizo caso de su comentario. “Bella, ¿ves ese árbol allá?” Él señaló a una palmera grande a cerca de veinte pies de donde estábamos.

“Apenas puedo verla, pero sí.” Dije embromándolo.

Él me miró exasperado por un largo rato, y entonces me ordenó, “Trépala.”

Caminé al árbol y puse mis manos alrededor del tronco, no muy segura de cuál era la mejor manera de  escalarla. Intenté abrazarla pero no pensé que escabullirme encima del tronco era la forma más eficaz de subir. Coloqué mis manos a los lados del tronco y noté que mi apretón era enteramente suficiente. Me despegué del piso, y mis pies siguieron a mis manos. Subí así, pies y manos, hasta  lograr un ritmo y entonces mano-pie-mano-pie, más rápido con cada ciclo, hasta la punta del árbol. Sabía que el movimiento no era enteramente agraciado, pero para el momento en que alcance la punta me sentía mucho más apta y tenía más claro cómo moverme verticalmente. La visión era asombrosa, el océano se ampliaba 360 grados alrededor de nosotros.

“Bueno, Bell. Ahora salta en mis brazos.” Mire abajo hacia él, estaba por lo menos a treinta pies debajo de mí y aún veinte pies alejado en el terreno. Podría saltar los 40 pies hacia él en una simple línea recta, pero no sabía cómo comenzar el movimiento. Vacilé por un segundo antes de lanzarme en un arco hacia él, encontrando el aterrizaje fácil en los brazos de Emmett.

“Guau, bien.” Él me sonrió, dándome un beso en la cabeza antes de bajarme. “Ahora, levanta que el árbol que está al lado de ese y lánzalo abajo hacia la playa.”

“Emmett, no quiero tirar una palmera.” Me opuse.

“No te preocupes por el árbol, Bell. Solo hazlo.”

Caminé hacia la palmera más pequeña; tenia  probablemente solo quince pulgadas de diámetro. Puse mis manos a los lados de ella y tire, el esfuerzo no era simple, pero podía sentir al árbol ceder mientras que tiraba de él. Las raíces de la palma no son profundas y logre sacarla después de algunos segundos. Encontré que hacer equilibrio con el árbol era la parte más difícil pero una vez que centré mi peso, la arroje fácilmente sobre la playa donde golpeó la arena y aterrizó en el agua de la orilla.

“Bastante bien. Tu equilibrio no es perfecto todavía pero nadie se sorprenderá por eso.” Él se rió entre dientes. Le mostré mi dedo del medio, riendo, y Jasper explotó en risas.

“Tú lo vas a hacer impresionante, Bella, no lo escuches a él.” Dijo Rosalie, guiñándome un ojo.

Emmett me dijo que saltara sobre sus hombros desde una posición vertical. Me agaché, intentando juzgar cómo saltar desde donde estaba parada.

“Esto es difícil,” Me tranquilizó Jasper. En mi primer intento salté sobre la cabeza de Emmett. En mi segundo intento aterricé en su pecho, casi golpeándolo, mi movimiento fue mucho más rápido de lo que él había esperado. En el tercer intento aterricé en sus hombros, bamboleándome levemente; el movimiento habría sido imperceptible para un ser humano, probablemente pero yo lo detecté.

“Bueno.” Él sonrió mientras que yo saltaba al piso y me ponía frente a él. “Lo estás haciendo realmente bien. Ahora, dame un abrazo.” Sus ojos miraron fijamente en los míos,  su cara me desafiaba.

Lo miré, sabiendo que esta era realmente la cosa más difícil que él me había pedido que hiciera hasta ahora. Caminé hacia él y lo abracé, él rió y su respiración se exprimió hacia fuera en un chirrido con mi esfuerzo. Cada uno se rió del sonido. “OK, eso es un poco firme. Inténtalo otra vez. Recuerda cuánta fuerza utilizaste esta vez y bájala cerca de un 50%.”

Lo abracé otra vez, concentrándome en cómo su cuerpo se sintió cuando lo exprimí alrededor de sus hombros, lo suficiente para no juntar sus hombros. “Bueno, eso está bien, Bella. Ahora, dale a cada uno el abrazo correcto para su tamaño.”

“Siento como que estoy en el jardín de infantes.” Bromeé, caminando hacia Rosalie. Envolví mis brazos alrededor de ella, intentando detectar cuando su cuerpo se curvaba hacia adentro contra mi apretón. Lo detecté quizás un segundo demasiado tarde, susurrando, “¡Oops!, lo siento.” Ella besó mi mejilla. Caminé a Alice, y lo hice mucho mejor con ella, leyendo la respuesta de sus músculos a mis brazos, y cuánto aire eliminé de ella.

“¡Ese fue un gran abrazo, Bella!” Ella me devolvió el abrazo.

Caminé hacia Jasper y en vez de abrazarlo alrededor de sus hombros como hice con  las chicas, puse mis brazos alrededor de su cuello como lo hacía con Edward. Sus brazos serpentearon alrededor de mi cintura y tiré de él hacia mí. Había química innegable allí. Me sentía conectada con Jasper de una manera que no sentía con los demás. Sentía que él sabía ya todo sobre mí. Me ayudó a practicar el controlar de mi necesidad de exprimir demasiado fuerte. Lo detuve contra mí por un largo rato después me aleje y él me miraba. Asintió hacia mí, sonriendo. “Eso estuvo bien, Bella.”

Hicimos más ejercicios de fuerza y de balance; cada ejercicio me hizo sentir más cómoda en mi nuevo cuerpo. Caminé en mis manos, salté de árbol a árbol, llevé a Alice en una mano con mis ojos cerrados, y después balanceé a Rosalie en mis pies mientras que caminaba sobre mis manos. Besé a cada uno en la mejilla, estreche la mano de cada uno, les alborote el pelo. Sostuve un palillo como lápiz, pasando a través de diez palillos antes de conseguir no romper uno con la mano inmediatamente después de asirlo. Nos reímos de las cosas que inventaron, pero descubrí que me ayudaban realmente y no me sentía  tonta haciéndolas; todos me hicieron sentir cómoda y apoyada porque sabía que todos ellos habían pasado por esto juntos, también.

Encontré que estas cosas eran más fáciles de hacer con alguien que no fuera Edward. Era demasiado difícil mantener las manos alejadas el uno del otro. Necesité imaginar mi cuerpo sin él alrededor y sentí una ola de gratitud hacia mis nuevos hermanos por su voluntad de ayudarme.

Jasper me llamó cerca de él, sonriéndome. “Es mi turno Bella. Emmett hace las cosas de fuerza bien. Yo puedo ayudarte con tu velocidad. Una cosa que necesitarás trabajar pronto es cuán rápido te estás moviendo. Tus movimientos no son naturales para un ser humano; no lo notas porque todos nosotros nos movemos muy rápido, pero cuando vayamos a casa tu necesitarás aprender cómo retrasar tus movimientos sino llamaras mucho la atención.” Él vaciló, mirándome. “También te ayudará cuando estés con Edward, esto te dará tiempo… para pensar en cómo lo estás tocando.” Él busco mis ojos cuando dijo esto, su expresión provoco un tirón suave en mi pecho, cerca de mi hombro.

“OK, ¿qué debo hacer?” Me coloque delante de él, como una alumna impaciente.

“Sigue mis manos con tus manos. Pero no me toques.” Asentí cuando él movió la mano delante de su hombro, su palma de frente a mí, su mano comenzó a moverse en un arco hasta bajar a su lado.

“¡Depílate!” Emmett rió nerviosamente.

“Cállate, Emmett.” Sonrió Jasper.

Puse mi mano y reflejé los movimientos Jasper, nuestras manos se movían en círculos delante de mí. Él llevo su mano a su pelo para meterlo detrás de su oído. Copié la velocidad del movimiento, sintiendo como me movía en cámara lenta, pero notando que él me parecía totalmente normal. Él rasco su nariz, yo lo copie, riendo nerviosamente. Sacudió su cabeza negando, y se encogió de hombros, dio vuelta su cabeza para mirar el cielo, se lamió los labios, él fingió mirar al lado, pensando. Él movió su otra mano y la movió en un arco a su lado. Repitió cientos de movimientos diarios mundanos y yo lo copié, nuestros ojos se encontraban mientras que sonreíamos y nos reíamos. Comencé a entender cómo se sentía moverse a la velocidad humana, y mi cuerpo  memorizaba la sensación de ello.

“Chicos se ven muy sexys haciendo eso.” Alice me respiró detrás, con su voz soñadora. Jasper y yo reímos, con nuestros ojos.



“Solamente para ti, mi vida, soy sexy,” dijo él con sus ojos buscando sobre mi hombro a Alice, y guiñándole un ojo.

Practicamos caminar a velocidad humana hasta la cabaña, cada uno caminando detrás de mí y silbándome mientras que yo les gruñía. Nos sentamos en la chimenea exterior por un rato y ayudé a Emmett a preparar un fuego grande mientras que esperábamos a que Edward volviera. La noche había caído hacia horas; las estrellas eran puntos agudos de luz en el cielo; había millones y las podía ver perfectamente. El cielo era una de las cosas más hermosas que había visto nunca.

Un rival fácil era la silueta de Edward, moviéndose desde la luz del fuego, apareciendo entre las sombras del pequeño bosque. Lo había olido antes de verlo, mis ojos se fijaron en el espacio donde sabía que él emergería.


Él sonrió a sus hermanos, pero puso su atención en mí, y vi el brillo intensamente dorado de sus ojos. “Es medianoche.” Él dijo quedamente. Me levanté y caminé hacia cada uno, dando abrazos apropiadamente fuertes, agradeciendo a cada uno por su ayuda, y diciendo buenas noches.

Edward me subió a su espalda para llevarme corriendo de nuevo a la casa; sabia que el quería lo tocara inmediatamente.


Me llevó al dormitorio. Estábamos apenas entrando en el cuarto cuando él presionó mi cuerpo contra la pared, besándome fuertemente, su lengua empujaba en mi boca abierta, mi quejido salió fuerte contra él. Besé sus labios hambrienta, sintiendo sus manos por todas partes en mi piel, su cuerpo se presionaba contra mí. Puso mis manos contra la pared. “Bella…” gruñó, y acaté, llevé  mis manos a su cuello, enroscando mis brazos alrededor de él, tirándolo más cerca de mí.

Nuestro beso se profundizó y él me sacó la  remera por la cabeza, poniendo sus manos hambrientas sobre mi piel, y su voz en mi oído diciéndome lo bien que se sentía tenerme contra él. Arranqué su camisa, rasgándola levemente. Él me sonrió como enojado, sus labios buscaron los míos suaves,  tranquilizadores.


Su boca se movió a mi cuello, para besar mi cicatriz otra vez antes de moverse a mi clavícula, y a mis pechos luego de que los liberó de mi corpiño. Sus manos me sostuvieron los senos, sus ojos miraban mi cuerpo en sus manos cuando él me exprimió, pellizcándome, y se inclinó para lamer mis pezones.

“Oh dios, Edward, ésto se siente tan bien…” Mi voz era baja, un gruñido. Él miro para arriba hacia mí mientras que yo decía estas palabras, su cuerpo empujaba en el mío, sus manos se movían más bajo para liberarme de mis shorts y mi bikini; entonces me levantó sobre la cama.

Nuestros miembros se enredaron juntos, mis manos se colaron alrededor de su cuello ya no congeladas pero aún tímidas. Él tomó mi mano fuerte y la puso en el botón de sus pantalones, sus ojos abiertos como siempre, mirándome. “Desnúdame, Bella.” Su voz golpeó cada nervio de mi cuerpo. Abrí su botón, desabrochando sus pantalones sin problema, y se acostó sobre su espalda mientras que yo arrancaba sus pantalones y  sus bóxers de su cuerpo. Me arrodillé delante de él, sintiendo el cortocircuito de mi innecesaria respiración mientras que lo miraba, intentando recordar cómo moverme lentamente para controlarme mejor. Él era hermoso, más allá de cualquier descripción.

Edward me empujó encima de él, mi cuerpo montando su cintura a horcajadas, sus manos tocaban mi estómago y muslos. Sus ojos me miraron por un largo momento, viajando encima de mi cuerpo desnudo.



“Tú eres todo lo que quiero.” Su voz era apenas audible, y entendí que él probablemente me había dicho muchas cosas en esta cama, antes, que yo nunca había oído. Sus ojos quemaron los míos.

Me incliné sobre él, presionando mis labios contra los suyos suavemente, y después con más necesidad, empujando su cabeza nuevamente contra la almohada. Él apartó mis hombros suavemente, comunicándome que estaba usando demasiada fuerza pero acariciando mis brazos dulcemente para motivarme a seguir silenciosamente. Intenté concentrarme en el retraso de mis movimientos, pero las manos de Edward bajaron por mis lados, asiendo mi cola, eran demasiado sensuales, demasiado eróticas, yo no podía conservar la lentitud de mis movimientos. Moví mi brazo encima de su cintura, encima de su pecho, pellizcando su tetilla levemente. Él gritó en mi boca, “sí, Bella…” Bajé mi boca por su cuello, y a lo largo de sus hombros, probando su piel caliente, sus músculos que se movían debajo mientras que sus manos exploraban mi cuerpo encima de él.

Tomé su tetilla en mi boca, lamiéndola, chupándola, y mordisqueando tan suavemente como podía. Él arqueó su espalda contra mí, sus dedos deambulaban por debajo mí para tocar mi piel húmeda sobre su estómago.


Grité cuando tocó mi cuerpo, ahora mucho más sensible, lamiéndolo rápidamente, mi lengua chasqueóo contra su tetilla antes de morderlo, demasiado fuerte. Él gruñó levemente, y después jadeo para mí. Mis manos se levantaron lentamente de su pecho hacia el enredo de su pelo, para sentir la suavidad contra mis dedos. Él separó mi mano suavemente mientras que mi mano quitó su cabeza de la almohada con la fuerza de mi agarre. Intenté mover la mano a mi lado, para calmarme mientras que mi boca seguía explorando, pero Edward llevó mi mano firmemente contra su pelo. “No lo hagas.” Suspiro. “No me lastimarás. Solo te estoy mostrando.”

Moví mis manos a lo largo de su cara, tocando sus labios y luego me acerque a besarlo, mis manos acariciaban ligeramente el largo de sus hombros, gruñendo en él mientras que lo tomaba de los hombros para impulsarlo encima de mí. Él resistió mi movimiento, mi apretón era demasiado fuerte en sus hombros. Comencé a soltarlo.
“No pares.” Gruñó.



“Te estoy lastimando.” Susurré.

Antes de que pudiera separar mi brazo otra vez, antes de que pudiera incluso pensar en reaccionar, Edward me había volteado de un tirón sobre mi estómago y había fijado mis brazos firmemente contra mi espalda, una de sus grandes manos agarraba mis muñecas, su otra mano sujetaba mi cabeza hacia abajo. Mi cara estaba presionada contra la almohada, mi cuerpo completamente pegado contra la cama debajo él. Se inclinó sobre mí, su miembro duro se presionaba en mi espalda. “Bella, querida. Quizá no fui claro antes. Te dije que tú no puedes lastimarme. ¿Realmente piensas que no puedo manejarte?” Su risa era baja en mi oído. Sentí un quejido escapar de mis labios, mi cuerpo se mojó para él.



“He sido un vampiro por mucho tiempo, amor. Supera este absurdo de una vez. Tócame.” Tiró mis caderas hacia arriba de modo que me apoyara en mis rodillas. Empujó mi espalda bajando mi cabeza contra la almohada y susurró, “voy a voltearte, y tú vas a tomar estas pequeñas manos,” se inclinó y tomó uno de mis dedos en su boca, chupándolo, envolviendo su lengua alrededor de el, “y pondrás estos dedos alrededor de mi miembro duro. ¿Lo sientes detrás de ti?” Asentí, jadeando, sintiéndolo presionar contra mi cola.
“No me importa si me frotas o me chupas, pero tu harás que acabe tan fuerte que voy a olvidar como me llamo. ¿Puedes hacer eso por mí, Bella?” Él empujó su erección contra mi cola, y un quejido bajo se escapo de mis labios.

“Sí bebé,” susurré, sin aliento. Mi cuerpo estaba muy mojado por él, sentía una necesidad insana. “Déjame mostrarte.”

“Buena chica.” Contestó soltando mis brazos y yo me enderecé delante de él comenzando a voltearme. Él me detuvo con sus manos sobre mis hombros, su cabeza se inclino a mi oído. “No me decepciones, amor.” Su voz era un gruñido suave; sus labios acariciaron mi oído cuando él se movió lejos de mí, bajando de la cama para colocarse delante de mí, a la espera.

Me senté en el borde de la cama, y tiré de él hacia mí con mis manos en sus caderas. Me acerqué, envolviendo mi mano alrededor de su miembro, inclinándome para lamer el punto de humedad en la punta antes de mover mi mano arriba y abajo de su longitud. Él lanzó su cabeza hacia atrás con la sensación de mi veneno en él, gimiendo inmediatamente.

“Unnhhhhhh…” él gimió. “Cógeme, Bella….” Sus caderas se movieron contra mis manos, sus manos caían a los lados. Su mano me tocó el hombro y me dirigió lentamente, con mucha suavidad en su voz: “No tan fuerte, amor.” Aflojé mi apretón, mirando su cara, nublada de deseo por él.

“Pon tu boca sobre mí, Bella. Quiero ver tus labios alrededor de mí.” Él bajó su cabeza mirando hacia mí, mirando mientras que yo bajaba mi boca a él.

Arrastré mi lengua a lo largo de su longitud, mis ojos miraban hacia arriba para encontrar su mirada ardiente. Envolví mis labios alrededor de él, chupándolo, lamiéndolo, exprimiendo mi boca a lo largo de él cuando él jadeó, sus manos se enredaron en mi pelo, dirigiendo mi cabeza a lo largo de su cuerpo.

“Esos labios… tus labios alrededor de mí, oh dios Bella, tu boca…” Sus caderas ahora se movieron, sus ojos miraban como él se empujaba hacia adentro de mi boca y hacia afuera otra vez, él empujó y acomodo mi pelo hacia atrás para poder ver como mi boca y mis manos trabajaban sobre él, mi cuerpo necesitaba devorarlo. Gemí contra él, tarareando contra su piel.

Él bombeó en mí, sin miedo de lastimarme, sus manos sostenían mi pelo firmemente, tirando de mi cuero cabelludo, el dolor me empujaba más rápidamente, mi cuerpo necesitaba su clímax dentro de mí, necesitaba probarlo.

Él gruñó con cada empuje, sus ojos miraban a mis labios  moverse sobre él. “¡Sí, Bella, sí, oh dios Bella, me chupas tan bien, tan bueno… oh DIOS…mierda!” Él gritó tirando mi cabeza contra él, su miembro golpeaba la parte posterior de mi garganta mientras que él comenzó a pulsar dentro de mí.

Tragué todo lo que él me dio y lo lamí hambrienta mientras que seguía su mirada intensa sobre mí. “Eso es amor, límpiame bien, no dejes nada…”


 Lo lamí hasta que su cuerpo respondió otra vez y él me levantó para que quedara parada, volteándome e inclinándome delante de él, empujó dentro de mi cuerpo mojado penetrándome por detrás, mis manos se apoyaron en la cama delante de mí. Él empujó en mí fuertemente, y después levantó mis piernas hacia atrás poniéndolas alrededor de su cintura de modo que yo me balanceara en mis manos, sus testículos golpeaban mi clítoris rítmicamente, su miembro se cerraba de golpe profundamente en mi interior, mi cuerpo acabo rápida e intensamente, mis gritos hacían eco en las paredes. Él empujó en mí algunas veces más fuertemente, y se sacudió detrás de mí rugiendo mientras acababa dentro de mí.




Nos quedamos totalmente quietos como estábamos por un momento, mi cuerpo se sentía cómodo y perfectamente equilibrado. Los sonidos del océano llenaron el cuarto, el sonido de nuestra respiración. Él bajo mis piernas y me volvió para hacerle frente, besándome y lamiéndome los labios suavemente, diciéndome cuánto me amaba, cuánta falta le hice mientras que cazaba.

“Son solamente las dos de la mañana. ¿Qué podemos hacer ahora?” Pregunté suavemente.


CHICHIS:
QUE TAL?
QUE LES PARECIO EL CAPITULO COMPLETO?
MUUUYYY HOT!!! (COMO A NOSOTRAS/OS NOS GUSTA!!! JAJAJA)
ESPERO COMENTARIOS DE UDS.
BESOS CULPOSOS,

LADY G




1 comentario:

Cyn dijo...

Que fotos geniales Lady G!!!!!!!
Excelente capitulo!!!!!Besotes

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