sábado, enero 08, 2011

Deja Brillar Tu Luz - Capítulo 11 - Derribando Barreras


 

No hablamos mucho más después de mi desliz, aunque Edward me insistió en que lo habláramos  hasta que yo me sintiera bien. Quizás debido a los genes de Charlie en mí, no sabía qué más decir sobre eso.
Edward se sentía vulnerable, yo me sentía vulnerable. Yo quería contenerlo. Se sentía tan bien el contenernos mutuamente del dolor que habíamos sentido los dos, y discutirlo abiertamente; la última barrera  había sido descubierta, si no borrada.
Caí dormida después de un rato, después de que nos aferráramos el uno al otro desesperadamente, después de que hubiéramos escuchado los sonidos de nuestra respiración por largos e ininterrumpidos momentos, después de haber pasado mucho tiempo perdidos en nuestros propios pensamientos que intentaban darle sentido a todo lo que habíamos atravesado juntos.


En un punto él se había dado la vuelta hacia mí y me había besado, vertiendo su alma entera - sí, su alma - en ese beso, sus ojos nunca que se cerraron, por supuesto, sus manos sostenían mi cara suavemente.
Él nunca me había besado de esa forma, en todos nuestros millares de besos. Ninguno había estado cerca de parecerse a este. Sabía que si él pudiera llorar lo habría hecho hasta el amanecer. Me había roto el corazón con su mentira, diciéndome que no me amaba. Peor fue saber, que él me amaba y aun así se fue. Sabía el peso que mi tristeza había puesto sobre él, solamente me pedía que entendiera que él podía manejarlo, que no necesitaba cargarla sobre mis hombros solamente.
*****
Desperté y seguía estando oscuro. Los brazos de Edward no estaban alrededor de mí, su respiración no estaba contra mi cuello, y su cuerpo no estaba enredado contra el mío. Me incorporé en la cama inmediatamente, su ausencia me provoco un agudo dolor.
“Estoy aquí.” Me dijo, apareciendo inmediatamente en la oscuridad, su  voz sonó ansiosa.


“Siento haberme ido.” Mis ojos intentaban ajustarse a la oscuridad; el silencio resonó alrededor de nosotros.
“De la cama, quiero decir. Ahora… cuando dejé… la cama.” Nunca antes había oído a Edward sonar torpe.
Ambos comenzamos a reírnos de sus palabras, los sonidos se repetían en las paredes del cuarto a oscuras. Él se incorporó a mi lado, envolvió sus brazos alrededor de mí, y me besó suavemente.
“¿Por qué estás despierta? Tu cuerpo está agotado.” Su voz sonó áspera en mi oído, sus manos suaves contra mi espalda.
“No sé. Sueños extraños. Mi siesta de ayer fue tan larga.” Me acurruqué en él.

 

“Me siento muy cansada, pero no puedo dormir.” Suspiré.
Él me besó lentamente, susurrando contra mis labios,
“¿estás angustiada, Bella?”


Envolví mis brazos alrededor de él, atrayéndolo cerca de mí.
“No.” contesté honestamente.
“Sólo te quiero sentir cerca.”
Separé las piernas para él y él subió en mí, dudando, con los ojos clavados en los míos. Podría asegurar que ambos estábamos sin palabras y aun así, todavía sentíamos el tirón habitual de permanecer cerca, íntimos.

Sus músculos tensos por debajo su piel, su respiración era profunda y retardada, de la forma que sonaba cuando él me necesitaba. Necesité sentirlo en mí, también. Bajé el brazo y puse mi mano alrededor de él, frotándolo contra mí lentamente, antes de conducirlo dentro de mí.


El sonido que hicimos cuando acabamos juntos era un sonido de alivio. Una exhalación, y un suspiro. Él se movió en mí sin ninguna meta particular en mente, nosotros no teníamos un objetivo, más que el de simplemente estar juntos.
Su mano se movió a lo largo de mi muslo mientras que él llevó mi pierna alrededor de su cintura. Sus labios acariciaron mi cuello cuando él susurró, “te amo, oh dios Bella, te amo.” Mis manos trajeron su cara hacia la mía, mis dedos se enterraron en su pelo.
*****
La luz brillante de la mañana entró a través de las puertas abiertas. Edward  cuchareaba detrás de mí; sus brazos eran frescos contra mi piel caliente. Él se inclinó para besar mi hombro y rodé encima para envolver mis brazos alrededor de su cuello.

“Buen día.” Mascullé, aún con sueño.
“Buen día, amor.” Sus manos frotaron mi parte posterior suavemente.
Me tomó un rato despertarme, pero eventualmente me incorporé, desperezándome, y noté la laptop en el extremo de la cama.
“¿Una laptop? Ni siquiera sabía que había una computadora aquí.”
La miré otra vez, todavía no me convencía de estar viendo bien. Me había sentido tan desconectada del mundo; algo como una computadora parecía totalmente fuera de lugar en este sitio, en esta cama.
Él se rió entre dientes.
“Bella, ni siquiera hemos estado en todos los cuartos. Hemos vivido en la cocina, el dormitorio, y la sala de estar.”
Lo mire, confundida. “¿Hay conexión a internet aquí?”
Él sonrió. “Es terriblemente lento, pero sí. Carlisle lo necesita para el trabajo cuando está aquí.” Él me dio un beso largo y lento, gimiendo suavemente contra mis labios.
“Bella…” Tarareó contra mis labios por un momento antes de alejarse, recordando el punto de la conversación.
“Justamente, Alice me envió un correo electrónico el otro día. Están en Perú. Quieren saber nuestros planes. Planeaba que hiciéramos otro viaje pero quería consultarte a ti sobre esto. Quieren saber si queremos encontrarlos en Río.”
Lo pensé un poco. No estaba lista para irme todavía, y tenía que admitir que la idea de una visita de la familia sonaba muy divertida.
“¿No pueden venir aquí? ¿Hay otras dos habitaciones aquí y tu dijiste que hay una cabaña, verdad? Quiero quedarme un tiempo más. Diles que vengan a visitarnos por un par de días.”
Su sonrisa brillante era hermosa. “Excelente. Les escribiré que vengan a visitarnos aquí.”


Él puso la laptop sobre sus piernas y sus dedos se movían con tanta rapidez, que me costaba enfocar la vista en ellos. Edward tipeó una respuesta rápida a Alice antes de cerrar la computadora y volver a mí.
“¿Ducha?” Me preguntó, con una sonrisa que jugaba en sus labios.
*****
Edward se duchó mientras que yo me cepillaba los dientes. Luego me uní a él y el agua estaba hirviendo.
“Lo siento,” masculló, cerrando rápidamente la llave.
“Me olvidé.”
Él me tomó en sus brazos, nuestros cuerpos mojados y pegajosos uno contra el otro. Yo estaba hambrienta de él. No estaba segura si era por los acontecimientos de ayer por la noche o por saber que venía el resto de la familia, pero quería a Edward casi constantemente.
Él gimió, “el vapor de la ducha está saturado de tu aroma, Bella.”
Sus labios bajaron a mi cuello, sus manos tocaban mis pechos duramente. Él presionó sus caderas contra mi estómago, su cuerpo hermoso, duro contra mí.
Mientras nos besamos profundamente, nunca me aparté. Su veneno no alcanzó nunca el punto de sobrecarga de sensaciones con el agua y el vapor en nuestras caras. Edward notó que nuestros besos eran más largos, ininterrumpidos, que yo nunca me corrí para lamer mis labios, y no reí nerviosamente con la sensación de cosquilleo que él provocaba en mi piel.

“¿Bella?” Me preguntó. “¿No te hace cosquillas?” Su ceja se alzó, cuando su mente comenzó a analizar la situación.
“Sí, pero el agua lo alivia, supongo.” Me encogí de hombros, atrayendo su cara de nuevo a la mía. Él se resistió.


En un instante, había colocado los cuatro inyectores apuntando directamente a mi torso y estaba de rodillas, mis muslos sobre sus hombros, mi espalda presionada contra las paredes frías de la ducha. Él miraba hacia arriba, sonriéndome maravillosamente.
“Brillante,” murmuró, sus ojos miraban la parte baja de mi cuerpo delante de él, su pecho dejaba escapar un quejido profundo. Se inclinó hacia adelante y empujó su lengua contra mí lentamente, trazando pequeños círculos alrededor de mi clítoris, sus dedos tomaron la piel alrededor de mis caderas que se apoyaban en sus hombros, sosteniendo mi cuerpo con facilidad.
Jadeé con la sensación, el movimiento de su lengua mojada y suave contra mi cuerpo. La sensación del veneno se aminoraba con el agua que caía empapando la cabeza de Edward, y bañando la parte baja de mi cuerpo. Podía sentir cada movimiento de su lengua, sus labios besándome, succionando mi carne, las vibraciones de sus gemidos contra mi piel. Empujé mis caderas contra su cara. “Sí, oh dios sí…” Gemí.
Aunque la sensación fuera exponencialmente menos intensa con el agua que quitaba el veneno, el momento era por lejos más sensual. La sensación antes era del tipo de las que te vuelan la cabeza por su intensidad, pero ésta era diferente. No era tan intensa y me permitía centrarme en él. Ahora podía mirar como él se movía en mí, notar los quejidos que él dejó escapar casi constantemente, y sentir nuestra piel juntándose algo que con la sobrecarga mis orgasmos anteriores no lograba hacer. De esta forma yo tenía la posibilidad de localizar los movimientos específicos. Sus ojos se posaron en mí, sosteniendo mi mirada por largos momentos, antes de vagar entre mis pechos, mis caderas, mi centro.
 “¡Edward, oh dios, se siente tan bien… bebé puedo sentir tu lengua en mí…! ¿Edward te gusta probarme? … oh dios, Edward…” Gemí, moviendo las caderas en sus hombros, presionando mi cuerpo fuertemente contra su cara, mis manos bajando para acercar su cabeza a mí. Me sentía arrastrada hacia el clímax y tomé mi pecho involuntariamente, haciendo a Edward convulsionarse debajo de mí, gritando contra mi piel. Mi clímax me golpeó caliente y duro, su boca se movía en perfecto sincronía con la pulsación de mi cuerpo, sus labios gimiendo contra mí. Él retardó sus movimientos y yo meneé mis caderas contra su cara.
“Tu turno,” murmuré, mareada.
Él dirigió el agua hacia sus piernas y me levantó hacia arriba alrededor de su cintura, entrando en mí rápidamente, gimiendo. Él empujó dentro mío con fuerza, empujando mi cuerpo contra la pared, sentía que mi cuerpo se rasgaba con el tamaño de él en mí, su cuerpo duro como una roca por haberme saboreado. Él apoyó mi peso en un brazo mientras que su otra mano asió mi seno, exprimiendo la carne en su mano. Sus labios aplastaron los míos, mi gusto estaba por todas partes en su boca. Él acabo rápidamente, muy fuerte, su grito sonó casi salvaje. Enterró su cara en mi cuello, respirando profundamente.


*****
Me envolví en una toalla y comencé a esparcir la loción en mi piel, sintiéndome liviana y arrugada por la larga ducha. Edward me miró perezoso desde la cama, sus brazos detrás de su cabeza, su cuerpo perfecto y desnudo, estirado sobre las sabanas.


“¿Cuándo van a llegar?” Pregunté, secándome el pelo con una toalla de algodón.
“Ni idea.” Me contestó encogió los hombros. “Estoy seguro que ninguno tiene más prisa por interrumpir nuestra luna de miel más que Alice. Creo que ella nos realmente nos extraña.”
 “¿Qué significa eso? ¿Esta noche, mañana, la semana próxima?” Quise saber cuántas horas tenía para devorarlo antes de compartirlo.
“Supongo que llegaran mañana por la noche.” dijo, realmente no sabiendo y, deleitándose por el momento en nuestra dicha post- coital, y sin preocuparse realmente.
Saqué un camisón de seda y una bikini que hacia juego, examinándolas. Edward levantó una ceja hacia mí.
“Si tú te pones eso no permanecerá puesto mucho tiempo.”


Reí y le dije que “estoy adolorida y parezco una pasa de uva. Necesito por lo menos 15 minutos.”
Edward me miró guardar el camisón en la maleta y dijo, “probablemente ese sea un buen plan.” Saqué una remera suave de algodón y unos shorts en lugar del otro. Él gimió, “Jesús, ¿a eso lo consideras poco-sexy? Por Dios, Alice. ¿Acaso ella no podía conseguirte un par de pijamas comunes?” Él lanzó un brazo sobre su cara, su cuerpo duro otra vez.
“Porque es nuestra luna de miel y ella nos ama. Y ella ama la ropa.”
Subí sobre él y bajé mi boca en su cuerpo duro.
Nos sentamos en la mesa de la cocina por un rato, contando nuestras malas bromas preferidas. Edward sabía cerca de cinco veces la cantidad que yo conocía. Debiéndose sobre todo a su larga vida útil, pero también a su memoria asombrosa. Yo muy raramente recordaba un chiste completo.
Me levanté y busqué los ingredientes para mi cena y comencé a cocinar. El olor del ajo que cocinaba en aceite de oliva inundo mi nariz y gemí, mi estómago gruñó.
Edward sacudió su cabeza, riéndose de mí.
“No lo vas a extrañar, pero disfrútalo mientras puedas.”
“¿De verdad? ¿El ajo cocido no huele bien para ti?” Pregunté, sorprendida.
“No, honestamente. Pero no me molesta, no como la leche.” Él hizo cara de asco. “La leche me da náuseas.”
Reí y me quedé pensado en eso.
 “Supongo que puedo entender eso. La leche puede ser un poco asquerosa.”
Él cabeceó. “Pero el ajo no huele apetitoso. Sería probablemente como que tú huelas césped. O tela. Quizá incluso carne cruda. No desagradable, sino algo que no te dan ganas de comer.”
La idea de un filete sangriento rojo hizo que mi estómago hiciera ruido y Edward estaba al lado de mí en un instante. “Oops, lo siento.”
Me giré para volver a cocinar de nuevo, riendo. “¿Qué olores te desagradan más?” Pregunté.
“Veamos…” él golpeó ligeramente su barbilla adorablemente.
“La leche está bastante cercana al primer puesto, aunque el queso no es tan malo, cosa que nunca entenderé. Los champiñones son bastantes desagradables, aunque tampoco me gustaban cuando era humano…”
“Tú estás jugando bastante sobre seguro, apegándote a la categoría de la comida. Realmente, ¿qué olores son los más desagradables?”
“Bien, si no nos limitamos al alimento…” él tenía una mirada de repulsión en su cara. “El olor a perro mojado.”


Reí, sospechando que él hablaba de Jacob.
“OK, Edward. Yo me refería a las otras personas, como Jessica, o cosas, como el plástico. Ponte serio.”
Él se rió entre dientes, moviéndose detrás de mí y empujando su cuerpo contra mí. Era delicioso.
“No me pondré serio. Aun no terminé de arrasarte.”
Inmediatamente después de que él dijera estas palabras su cuerpo se puso tieso, y él gimió. Lo miré sobre mi hombro, y él reía.
Se inclinó para besarme y me dijo, “la tranquilidad ha sido tan agradable.”



¿Qué?” Pregunté.
¡Antes de que él tuviera ocasión de contestar a mi pregunta, oí el sonido ruidoso de la voz de Emmett fuera de la puerta principal, “pónganse decentes, tortolitos! ¡La fiesta está AQUÍ!”


CHICHIS;
COMO ANDAN?
ACA TIENEN EL CAPITULO COMPLETO Y MUUUUY HOT!!!
QUE LES PARECIO???
QUIERO COMENTARIOS!!!!!!
BUEN FIN DE SEMANA!!!
BESOS "EN LA DUCHA",

LADY G

1 comentario:

Berny! =) dijo...

AWWWWW!!! como me gusta esta historiaa!!!! me los comooo!!!!

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