Lo atraje hacia mí, y su cuerpo se acercó sin resistirse a mi suave empuje.
Él se apoyo contra mí, dejando que su erección se acomodara a lo largo de mi sexo, mientras se humedecía con mi necesidad de él. Gruñó y el sonido disparó fuego puro a través de mi cuerpo. Sus caderas inmediatamente se alejaron, y el descansó su cabeza en mi hombro, intentando calmarse a sí mismo.
"¿Estás bien?" Murmuré en su cuello.
Él asintió y volvió a besarme. "Céntrame, Bella. Dime algo."
Capítulo 7: Mi Revelación (Ultima Parte)
Ahora entendía bien lo que significaba para él que yo dijera en voz alta lo que sentía. "Yo deseo esto, te deseo a ti." Mis dedos recorrieron su espalda hacia arriba y hacia abajo, una y otra vez hasta que se enredaron en su cabello. "Siento cómo todo es diferente esta vez, todo es distinto."
Él bajó su cuerpo hacia el mío y dejo que sus labios se deslizaran suavemente hacia adelante y hacia atrás en mi mejilla mientras el movía lentamente sus caderas, sintiéndome.
"¿Te sientes bien?," murmuro. "¿Tienes mucho frío?"
Sacudí mi cabeza y gemí al sentir toda su longitud sobre mí. Su miembro se deslizo hacia adelante y atrás sobre mi clítoris. Su cadera se movió más rápido mientras la curva de la cabeza de su pene se presionaba insistentemente contra mi clítoris, la presión y la inmediata transición a suavidad cuando su miembro se movía a lo largo de mi sexo creaban el suspenso más delicioso. Necesitaba más, lo necesitaba más rápido.
"¿Puedes acabar de éste modo?" dijo en un susurro, escuchando mis pequeños gemidos y la carrera que lanzo mi corazón cuando me pregunto esto. Entonces comenzó a moverse más lento, permitiendo que su longitud me recorriera entera, pasando por mi clítoris y provocándonos a ambos cuando se deslizaba sobre mi entrada. "Oh, Dios…" susurró suavemente.
"Sí," gemí. "Por favor, Edward, mas rápido…"
Sus caderas se sacudieron hacia adelante y atrás y yo moví mis piernas alrededor de su cintura para apretarlo más contra mí, presionándolo más contra mi sexo. Él tembló sobre mí, moviéndose más rápido.
"No quiero ocultarte nada," murmure, sintiendo que se me escapaba todo al escuchar el sonido de sus gemidos necesitados en mi oído. "Ya no quiero que todo sea tan difícil para nosotros. Tengo miedo de que, si te cuento todo lo que me ha sucedido, tú verás cuan frágil soy".
"Bella" dijo en un murmullo, ralentizando su ritmo ligeramente. "Sé que sufriste. Nada de lo que puedas decir me sorprenderá."
"Promete que no me dejaras," susurre. Necesitaba saber esto antes de dejarme ir.
"Te lo prometo."
"Nunca."
"Nunca", asintió él, besando mi oído. "Te amo."
Se inclino para besarme, y sentí que mi cuerpo se agitaba por debajo de él, mientras comenzaba a acabar. "Más, Edward, por favor, oh Dios, estoy acabando," gemí. El se movió más rápido, desesperado por hacerlo bien, pero desesperado, también, por hacerlo con cuidado. Él gimió en mi oído cuando pase mis uñas hacia abajo por su espalda y grite, "Oh… estoy… oh…! "
Grité en el bosque silencioso, mis sonidos combinaban agudos gemidos mezclados con su nombre, mientras mi clímax se desgarraba a través de mí. Arquee mi espalda cabalgando las olas de mi orgasmo, y él me besó en sintonía con mi clímax: excitado, abrumado, mareado y sorprendido. Nuestras caderas y bocas se aquietaron al mismo tiempo cuando termino mi clímax.
Abrimos nuestros ojos y nos miramos el uno al otro mientras su erección se deslizó dentro de mí al tiempo que el aquietaba sus movimientos.
"Oh, Dios," susurró mientras nuestros ojos se reunieron.
Buscamos en nuestras caras por alguna señal de que esto no era correcto, haciéndonos mutuamente la misma pregunta silente: ¿tú deseas hacerlo, también? Él lamio sus labios, y se acerco a besarme.
"¿Bella?" dijo exhalando. "¿Haremos esto?"
"Por favor," rogué.
Él suspiro, aliviado y hambriento, su mano se movió desde mi cadera hasta mi seno, para sentir el rápido martilleo de mi corazón.
"Una palabra y me detendré," murmuro, besando frenéticamente hacia abajo de mi cuello. "Una sola palabra tuya diciéndome que no estás bien."
Sentí sus caderas moviéndose hacia adelante y gemí, ronca y casi sin aliento, justo en su oído.
Entonces algo sucedió: él se derritió en mí. Su cuerpo pareció reconocer cuánto necesitaba esto, y sus manos sujetaron sus movimientos, presionando contra la manta a mis costados. Él gruño y tembló, penetrando dentro de mí.
"Se siente tan bien, Bella, oh Dios..." jadeo.
Él me miró mientras se movía hacia adelante y yo podía oírme gemir en voz alta, pero todo el momento era tan intenso que no podía silenciar mis sonidos. Su cabeza se empujo toda dentro de mí y sus ojos se cerraron violentamente.
"Bella" gimió, “Oh, Dios… ¿Estás bien?"
Lo estaba. Sólo quería más. "Sí, más, oh…"
Él gimió y se empujo aun mas dentro de mí y mi corazón comenzó a acelerarse.
Ya no estaba bien. Sentía que algo estaba mal, como si él fuera demasiado grande para mi cuerpo. Como si él pudiera lastimarme realmente si seguía moviéndose.
Abrió sus ojos y me miro. "¿Todavía estas bien?"
Jadee su nombre, casi gritando de dolor. Él se acerco para besarme, aliviado.
Arquee mi espalda en un espasmo de dolor pero eso lo deslizo más profundo dentro de mí y sus ojos se cerraron cuando sus caderas se apoyaron completamente sobre mis muslos.
Entonces se quedo quieto sobre mí, respirando lentamente y acercándose a besar mi cuello. "Dime si te duele. Oh... Bella, no sé si..."
Él fue dejando escapar pequeños gemidos al tiempo que jadeaba y aún no se había movido en mí. Estaba abrumado y, aunque yo podía sentir mi cuerpo gritando de dolor, sus sonidos eran tan hermosos, su necesidad de mí era tan intoxicante…
Cerré fuerte mis ojos y trate de respirar, mientras mis manos pasaban a lo largo de sus hombros para sentirlo, para centrarme en su cuerpo, en este momento.
Gemí ligeramente cuando sus caderas finalmente se movieron y el sonido sólo lo animo más. Se movió más hacia atrás y gruño suavemente en mi oído.
Mi cuerpo no sabía cómo relajarse y repentinamente el suyo no pudo frenar lo que estaba sucediendo.
"Es demasiado intenso," gimió, impulsándose una vez más, en un movimiento irregular. "Bella… Voy a acabar, oh, Dios..."
Yo mordí mi labio hasta que probé mi sangre. Su cuerpo se tenso y él soltó un rugido desde lo profundo de su pecho. "Dios, Bella, oh… oh…" él acerco sus labios a mi cara al tiempo que comenzó a pulsar dentro de mí, ensanchándose aun más dentro de mí. Jadee y me ahogue mientras sus labios acariciaban mis mejillas, sintiendo mis lágrimas.
"Oh, Bella…" dijo en un susurro.
Inhalo profundamente.
Sus ojos se abrieron horrorizados y me di cuenta de que había olido la sangre en mis labios, vio el dolor en mi cara. Sus caderas se dispararon hacia atrás y lo sentí acabar sobre mi muslo, mi sexo, mi vientre. Mi nombre cayó de sus labios en un gemido que combinaba el placer y el dolor.
*****
"¿Te lastime?" susurró, mirándome con expresión aterrada. Movió mi cabello fuera de mi cara con tiernas caricias de sus dedos. "¿Estas adolorida, Bella?"
"Estoy bien," susurre.
Me observo, tratando de evaluar cómo estaba realmente. Una sonrisa se abrió paso en mis labios y me mordí para contener mi alegría por lo acabábamos de hacer.
Él suspiro y apoyo su cabeza en mi hombro y se quedo en silencio.
Pude sentir su agitación.
"Te amo." Dije besando su hombro y envolviendo mis brazos alrededor de él.
"Yo te amo, Bella." Sus labios se presionaron contra mi cuello. "Yo no... Yo pensé… “balbuceó y, a continuación, suspiro de nuevo. "Quiero llevarte a casa y limpiarte, amor."
*****
Pase mi pierna sobre el borde de la bañera y entre en la ducha, viendo un poco de sangre seca en la cara interna de mi muslo, y una línea roja pintada seguramente por su miembro, cuando él salió de mí.
Él estaba de frente al agua, lavándose él mismo con jabón. Vi como su brazo se movía desde atrás y, a continuación, lo vi enjuagarse, limpiando mi sangre, hipnotizada por la forma tan casual con que el manejaba su propio cuerpo.
Se volvió hacia mí cuando cerré la cortina de la ducha y me sonrió, besándome una vez, cuidadosamente, antes de colocarse detrás de mí.
"¿Esta demasiado caliente el agua?" Él presiono sus labios a mi oído cuando me paré bajo el agua.
"No, esta perfecta," murmure, estirándome para tomar una esponja.
"Déjame hacerlo," me susurró. Él se quedo parado detrás de mí y paso sus brazos alrededor de mi cuerpo mientras sus dedos encontraban mi sexo y se deslizaban suavemente entre mis labios. "¿Todavía duele?"
"No," susurre, apoyando mi cabeza contra su hombro.
Él me limpio con sus dedos y el agua, toques fríos, leves como plumas y calor deslizándose sobre mi piel. Se inclino ligeramente detrás de mí, pasando su mano a lo largo de mis muslos y lavando cualquier evidencia de mi virginidad que quedaba entre mis piernas.
"¿Tu estás bien?" Pregunté mientras el comenzaba a enjabonar mis brazos.
"Sí", susurró, pero sonaba triste. "Estoy bien."
"¿Sólo bien?" Pregunte esperando una aclaración.
"Lo siento tanto, Bella." Sus manos se deslizaron hacia abajo de mis brazos y subieron luego hasta mis hombros. "No deberíamos haber hecho eso todavía," susurró.
Sentí que crecía un globo mi garganta, sentí que mis manos comenzaban a temblar. "¿Qué? ¿Por qué?"
"¿Por qué no me dijiste que te dolía?" Él presionó sus labios contra mi oído, empujando su disculpa contra mi piel.
“Se supone que duela la primera vez, no fue una sorpresa. Además, me encantó cuan entregado estabas," le dije, apoyándome en él otra vez. "Me encanta sentir que me deseas tanto."
Se quedo en silencio, mientras sus manos me masajeaban cuidadosamente. Él paso una mano por mi cuerpo hasta mi boca y toco delicadamente la pequeña protuberancia donde me había mordido mi labio inferior cuando él había empujado dentro de mí.
"Si hubiera sabido que estabas adolorida, habría podido detenerme," dijo, apenado.
"No quería que te detuvieras." Dije, alejando su mano.
"Yo tampoco quería hacerlo," susurró. "Eso es lo que me asusta."
"¿Por qué te asusta eso?" Oí como mi voz temblaba.
El me volteo para que lo enfrentara y su mirada se movió sobre mis facciones, mientras el parecía acomodar sus pensamientos. "Bella, sé que hice muchas cosas mal la última vez," dijo suavemente. "Al principio, todo lo que tú me hacías sentir era nuevo y aterrador. Todas mis reacciones eran controladas: controlaba mi sed, controlaba mi fuerza, controlaba mi lujuria por ti, controlaba... todo." Sus ojos buscaron los míos y yo asentí, mostrándole que lo entendía. "Cuando no pude controlar lo que sucedía siquiera con mi propia familia, hice lo que pensé que tenía que hacer para cuidar de ti. Te dejé."
Trague fuerte y asentí de nuevo. Todo parecía tan simple cuando él lo exponía frente a mí.
"Estar lejos de ti fue el infierno. Peor que cualquier otra cosa. Sabía que tenía que superar mi necesidad de control para poder volver a ti.”
"Cuando sentí tu mano sobre la mía en el avión, supe que no podría dejar de tocarte. Deje escapar ese control. Cuando vi que tú no podías hablar conmigo una vez que volvimos a casa, renuncie a mi necesidad de conocer cada uno de tus pensamientos. Y cuando sentí tu piel sobre la mía, supe que no sería capaz de negar mi necesidad de hacerte el amor. "
Él se inclino, hasta quedar al nivel de mis ojos. "¿Pero no lo ves, Bella? No puedo renunciar a todo! Yo no puedo perder el control por completo. No siempre sé cuando te estoy lastimando si tu no me lo dices."
"Pero me hubiera dolido la primera vez incluso si fueras humano," insistí.
Él sacudió su cabeza, mostrándome que no estaba entendiendo su punto. "No es lo mismo. Confío en que me digas cuando te lastimo aun si el dolor es algo esperable, para poder aprender tus reacciones y límites. Bella, tú simplemente nunca has entendido todo lo que me tengo que contener para poder siquiera acariciarte. "
"Pero no me lastimaste," susurre, besando su labio, asegurándome de no tocarlo con mi labio cortado. "No de la forma que crees."
Él suspiro y dejo que sus labios pasaran a través de los míos. "Tu no puedes entender. Simplemente no puedes hacerlo."
El problema era que yo si lo había comprendido. Más que antes, entendí lo que él estaba haciendo para poder estar aquí, y me abrumo el alivio que sentí al ver que el confiaba en sí mismo lo suficiente para volver, para intentarlo de nuevo conmigo.
Vi que sus ojos se cerraban y su rostro intentaba relajarse mientras pasaba sus labios a lo largo de mi mandíbula.
Envolví mis brazos alrededor de él y lo sentí contra mi estómago. Cerré mis ojos, estremecida. No estaba erecto. Estábamos desnudos, húmedos, en la ducha, y él no me deseaba. Él estaba empezando a dudar de sí mismo nuevamente.
Bese todo el largo de su cuello hasta su mandíbula y él se inclino para presionar sus labios contra los míos. Gemí suavemente, pasando mi lengua a través de sus labios.
"Te deseo," murmure. "Todo el tiempo. Tanto."
"Bella…", advirtió, pero sus manos se deslizaron hacia abajo de mi espalda.
La victoria pulso a través de mí cuando lo sentí moverse y, a continuación, endurecerse contra mi piel. Atraje su cabeza a la mía, instándolo a besarme, como lo había hecho en el bosque una hora atrás.
Él cedió, gimiendo ronco y apretó sus brazos alrededor de mi cintura. Sus manos viajaron a mi espalda, y me apretó suavemente, permitiendo a sus caderas pulsar contra mí y retirarse, su cuerpo repitiendo instintivamente el patrón. Baje mi mano por su estómago y envolví mis dedos alrededor de él. Sus movimientos se detuvieron. Sus dedos tomaron mi muñeca, llevando mi mano de vuelta a su pecho.
"Bella…" susurró."Te deseo más de lo que puedo expresar en palabras. He abierto ese lado de mí mismo por primera vez en mi vida, y no puedo apagarlo. Te deseo tanto que me estoy volviendo loco."
“¿Bueno…?” Le susurre, mirando nuestras manos juntas en su pecho significativamente y, luego a su rostro.
Él dudo, sus ojos buscaron los míos. Me besó una vez, murmurando que me amaba contra mis labios. Se tiró hacia atrás y busco de nuevo en mis ojos. "Es algo más que mi miedo de lastimarte. No estoy seguro de que estemos listos para hacer el amor porque no creo que te este dando alegría. "
"Tu me haces sentir bien," le aseguré, presionando mi mano más firmemente contra su piel.
"Eso no es lo que quiero decir," me dijo, sacudiendo su cabeza ligeramente. "Sé que te doy placer… físico."
Lo mire fijamente, sintiendo como el agua comenzaba a enfriarse contra mi espalda.
Él hizo una pausa y trago, luciendo agitado. "Quiero hacerte el amor, Bella". Él pasó su dedo suavemente sobre mi ceja y, a continuación, puso su mano sobre la mía en su pecho. "Quiero que sea una expresión de lo que siempre sentimos, no la única vez que te sientes cerca de mí."
"No sé lo que quieres decir," susurre, dándome cuenta con un temblor que sabía exactamente lo que él quería decir.
"Te amo…" Él besó mis labios una vez y, luego, otra vez más. "Te amo tanto que me provoca dolor físico verte quebrada." Comencé a hablar, pero él presionó sus dedos contra mis labios. "Esto no va a arreglar lo nuestro, Bella. El sexo no nos va acercar. Estamos siendo íntimos sin intimidad." Mordí mi labio y sentía las lágrimas pinchar en las esquinas de mis ojos. Esperaba que él no pudiera verlas con el agua de la ducha en mi cara, pero sabía que si lo haría.
"Te amo tanto," le dije, cerrando mis ojos.
"Lo sé, amor", dijo una vez más, inclinándose a besarme. "Lo siento, en verdad puedo sentirlo." Lo miré y sus ojos eran suaves y mostraban la más completa y absoluta adoración por mí. Aún así, sus siguientes palabras enviaron un rayo de claridad y dolor a través de mi pecho: "Bella, no eres feliz."
"Lo soy," insistí. Luego, más suavemente repetí, "lo soy."
Él ya estaba sacudiendo la cabeza. "Todavía no, Bella. Sé cómo te ves cuando estas verdaderamente feliz."
Sentí como mis ojos quemaban con las lágrimas contenidas y les di rienda suelta.
"No-"
Me detuvo enérgicamente con su voz. "Voy a trabajar en esto por todo el próximo siglo contigo si eso es lo que se necesita."
Deje escapar un frágil, "Bueno," comprendiendo el significado de sus palabras.
Para siempre.
"Solo vayamos más lento con este aspecto de nuestra relación." Su voz sonó clara, convincente.
"Está bien," murmure nuevamente.
"La próxima vez que te haga el amor, Bella, quiero que sea expresando lo que tenemos. Quiero que puedas decirme todo lo que piensas."
Él sabía que yo no estaba lista todavía.
Yo sabía que no estaba lista todavía.
En ese momento entendí que ya no podríamos confiar únicamente en la intimidad física para comunicarnos. Hacer el amor era sólo parte del conjunto de cosas que formaban el nosotros, y que el dolor no desaparecería hasta que lo aireara. Mi aire era Edward.
*****
Edward me abrazo toda la noche mientras leíamos y hablábamos suavemente. Habíamos estado mayormente en silencio, perdidos en nuestros pensamientos, tratando de reunir las piezas de nosotros mismos, para poder mostrar y explicar.
Cuando él me dio un beso de despedida en la mañana, le susurre, "Vuelve a mí," refiriéndome a más tarde, esa noche.
En lugar de asegurarme que lo haría, él me sonrió y besó mis labios suavemente una vez. "Tu también, mi Bella."
*****
Charlie vino a casa temprano el domingo. Edward se había ido alrededor de una hora antes, lo que me dio tiempo para ducharme y hacer algo de desayuno.
Mi padre abandonó su cinturón sobre la mesa del pasillo y se dirigió a la cocina, luciendo completamente agotado.
"¿Puedo hacerte algo de comer?" Le pregunté, acercándole un vaso de jugo de naranja.
Él lo tomó de mi mano y bebió un largo trago, señalando hacia la cafetera. "¿Puedes poner a hacer café?"
"Papá," le dije, regañándolo. "Acabas de trabajar dieciséis horas. Debes dormir."
"Todavía tengo que organizar la locura de los Carnavales de marzo," murmuró.
Encendí la cafetera y comencé a preparar unos huevos revueltos para desorganizar para él.
"Ve a sentarte en la sala." Le dije levantando mi barbilla para animarlo a moverse. "Te lo llevare allí."
Él asintió y abandonó la cocina tranquilamente, besando mi mejilla en su camino.
Le lleve su desayuno a Charlie y me senté en el sofá cerca de su silla.
"¿Cómo estuvo el trabajo?"
"Agotador", balbuceó. "Agotador debido a que no hubo nada para hacer."
Le sonreí, sabiendo que la relativa paz de Forks le daba a Charlie una gran dosis de calma y satisfacción. El se dedico a comer su desayuno, vorazmente.
Cerré mis ojos y pensé sobre la última semana, cómo mi vida había sido de todo menos tranquila desde que me había mudado aquí. Yo no sabía qué esperar de Forks, cuando llegue por primera vez, pero pronto había descubierto que era el primer lugar, donde me sentía totalmente cómoda siendo yo misma.
Abrí los ojos y mi mirada cayó sobre una imagen en la pared al costado de la ventana. Estaba polvorienta y era fácil de ignorar simplemente porque se encontraba allí hacía tantos años que apenas se destacaba sobre la pared detrás de ella. Me levante y camine hasta allí, para poder verla más de cerca.
No recordaba haber visto esta foto nunca antes.
Charlie y Renee, sonreían hacia la cámara. El brazo de el colgaba del hombro de mi madre y ella parecía estar levantando uno de sus brazos en el aire en un gesto divertido. Charlie me sostenía en su regazo y yo tenía parte del cuello de su camisa apretado en mi puño, y gran parte de él en mi boca.
Deje escapar una carcajada ante el caótico momento captado en esta foto, los jóvenes padres posando.
"Ustedes se ven tan jóvenes," murmurare, sonriendo mientras pasaba mi dedo sobre el marco de destartalado.
Charlie se rió en su café. "Lo éramos." Él sacudió su cabeza y se rió de nuevo. "Pero teníamos edad suficiente como para cuidar bien de la niña allí. La manteníamos bien alimentada a base de camisas."
Una vez más, me reí tomando la fotografía y repasando con mis dedos cada una de nuestras siluetas.
Yo no podía dejar de fijamente a mis padres, congelados para siempre en esta foto que había capturado sus vidas durante una época tan distinta. "¿Eran felices?"
Él suspiro y sacudió su cabeza. Su pequeña pausa me hizo comprender cuan intima era realmente mi pregunta. Él me contestó, pero en voz muy suave. "Nah, no realmente." El rasco el costado de su labio de forma casual. "Lo fuimos por un tiempo, pero, ¿tu mamá y yo? Nosotros no congeniábamos."
"Oh," murmure, sin ver ninguna distancia aparente entre ellos en la foto. La atraje más cerca de mi cara y, a entonces, la vi: la exasperación en el gesto de Renée, el agotamiento en los ojos de Charlie. Su brazo alrededor de ella, pero su cuerpo inclinado ligeramente lejos de él.
Él me miró y, a continuación, dijo tranquilamente, "Las cosas que no importan al principio son a menudo las cosas que importan más después de un tiempo. Las pequeñas diferencias se convierten en grandes diferencias y las grandes pasan a ser enormes."
Mordí mi labio, asintiendo ausentemente. No quería que dejara de hablarme nunca de esto. Algo en el tono con que hablaba de esto era tan relajante, tan honesto y sincero. No tenía ninguna razón para disculparse por como termino siendo su vida o sobre cómo se dio todo. El solo estaba allí siendo el mismo. Sentí como todo mi cuerpo se descontracturaba.
"Cuéntame más," susurre antes de darme cuenta de lo que decía.
Él aclaro su garganta y dudó antes de hablar. "Yo era joven, Bells, pero tenía la edad suficiente para saber quién era. Ella comenzó a desear algo diferente. No había mucho que yo pudiera hacer sobre eso." Él se encogió de hombros y tomó un largo sorbo de su café. "Yo no iba a dejar de ser quien era. Bueno, lo intente, como todo un tonto." Tomó otro bocado de su desayuno y asintió ante sus propias palabras. "Sí, lo intente por un tiempo, pero a ella parecía gustarle menos que antes. Creo que nosotros solo funcionamos bien en cierta etapa de nuestras vidas. Entonces la vida cambió, y ya no congeniamos mas.”
Él volvió a mirar el juego, pero yo sabía que él me estaba mirando por el rabillo de su ojo.
Me volví abruptamente y corrí hacia el piso de arriba, a mi habitación, cayendo de rodillas delante de los tablones sueltos, y arrancándolos violentamente, para extraer lo que yo misma había vuelto a ocultar allí hacia ya casi una semana.
Me apodere de la fotografía de Edward y yo, viendo su cara tan tensa y distante.
Miré más de cerca y vi el dolor, la agonía de saber lo que venía. Su mano estaba apoyada ligeramente, casi como si él anhelara profundamente tocarme pero no le fuera permitido.
El nunca había dejado de amarme.
Puse la foto detrás de las notas y las leí otra vez: escritas en simple papel anotador, cortadas por la mitad y separadas durante meses.
Él me había dejado ambas partes. Una lisa pero polvorienta, la otra ajada por haber sido plegada y desplegada constantemente. Las volví a unir, encontrando donde las líneas irregulares convergían, donde ambas piezas forman el todo.
Bella,
Te amo. No hay ninguna verdad mayor.
Siempre me sorprenderá que tú me hayas amado.
Puedo no merecerte, pero siempre te deseare.
Edward
Empecé a sollozar, sabiendo lo que me había hecho a mí misma. Más que ocultarme, yo había intentado cambiar para él, había intentado ocultarme a mi misma y mi dolor, para que el no pensara que yo era vulnerable, pensando que de ese modo él se quedaría a mi lado. Había intentado empujar a un lado todo lo que nos haría más fuertes, para poder tener un momento de alivio, seguido de otro momento y otro. Pero cada uno de esos momentos sólo me había hecho sentir mas vacía debido a que ninguno de nosotros sabía ya quién era yo.
"Creo que nosotros solo funcionamos bien en cierta etapa de nuestras vidas. Entonces la vida cambió, y ya no congeniamos mas.”
Cuan limitante. Cuan absolutamente confinante. Apreté mis manos contra mis ojos, apenada por Charlie y por cómo se había enamorado de alguien que no pudo descifrar cómo crecer con él.
Miré hacia abajo, viendo la foto una vez más, a los dedos abiertos y hambrientos de Edward sobre los míos, resistiendo mi mano porque me amaba demasiado para tenerme.
Yo era diferente ahora. Nosotros encajaríamos juntos de forma diferente ahora. Pero él había provocado estas fisuras en mí, y necesitaba verlas. Esperaba que él pudiera mis cambios, pero si él no podía hacerlo, yo sabía que no podía cambiar mi forma de ser por él.
Me sonreí y mordí mi labio. Sabía en mi corazón que él me quería justo de este modo: ajada, cambiada y aún completamente enamorada de él.
*****
Chichis: aqui termina este capitulo tan doloroso y triste...
Espero que sigan ahi conmigo y que me dejen saber que les ha parecido.
Las extrañe tanto como Bella a Edward durante los siete meses de ausencia.
Besos Culposos,
Mrs.Jones
3 comentarios:
Hello, después de ponerme al día. Me ha costado, pero ha sido un placer como siempre, aunque este fic me produce algo de angustia. Pero en cierto sentido, me recuerda a mi Bella de Haunting shadows, en House of wolves. Supongo que eso se llama maduración. Y me alegro, que aunque rota, sea capaz de ordenar sus ideas y aun ame a Edward. Algunas cosas no cambian.
Y bueno, en cuanto a hacer propaganda...xDDD...no es que sea muy etico, pero como he visto cosas poco eticas por ahi, pues vamonos al infierno en volvo plateado. Cuando tenga más tiempo, o mejor, cuando mi amiga tenga más tiempo, tengo que encargarla algo para este blog...^^
Aquí dejo el link del fic: the haunting ballad: http://www.fanfiction.net/s/6354883/1/The_Haunting_Ballad
Y el link para votar por ellas: http://www.fanfiction.net/u/2509108/Halloween_Cullen_Contest
Y ya nos veremos con otro capitulo de este fic. Me recuerda mucho a mi HS y por eso me gusta...
^^
awww que capitulo mas profundo.
y es que tiene razon para que las personas te amen realmente tienes que permitirte ser tu misma y amarte primero tu como eres porque si tratas de cambiar para gustarle a los demas nunca vas a ser feliz y eso fue lo que edward-con su sabiduria- vio en bella mucho antes que ella se diera cuenta.
creo que ya estoy empezando a perdonar a edward por haber dejado a bella esos siete meses.
muy buen cap mrs.jones
postada:aun no me he olvidado de mi fic, lo espero con ansias
Nela querida, una promesa es una promesa, pero hace tanto que deje de escribirlo que se me hace dificil volver a arrancar...necesito ayuda!!!!
Quizas vos puedas decirme hacia donde te parece que deberia ir la historia, tengo un par de caps. escritos pero sin publicar aun de SEO, pero no estan editados no terminados, si queres te los mando para que te fijes y me digas que puedo hacer con ellos...
Besos, C.
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