Capítulo
9: Y así comenzó
Era una
noche hermosa, el tipo de noche profunda y templada que nunca tenemos en Forks.
Inhale profundamente para memorizar todos los aromas alrededor nuestro, el
aire, el agua.
“¿Estás
bien?” Me pregunto Edward quedamente.
Asentí
contra su pecho. “Y ¿tu?”
“Si.”
Dijo en voz baja. “Un poco preocupado por ti.”
Me
voltee para mirarlo, apoyando mi espalda en la baranda. “¿Por qué?”
El miro
por sobre mi hombro hacia el agua. “Es solo que será una vida muy diferente
para ti ahora. Todos nosotros juntos…es mucho. No quiero que te sientas
abrumada.” Sus ojos volvieron a los míos.
“Siempre
que este contigo…” Conteste, sonriéndole tontamente, en un intento de cambiar
su humor.
El me
miro y sonrió. “Lo sé.”
“Edward,
siento tristeza de tener que dejar la isla por obvias razones. Pero…estoy
realmente entusiasmada por comenzar esta vida, también. No quiero estar
deprimida y malhumorada. Esto es totalmente excitante para mi.”
El me
miro, sacudiendo la cabeza. “Estas haciendo que Emmett se sienta orgulloso.” Dijo,
riéndose.
“¡Es
cierto!” Grito Emmett desde la cabina, sin levantar la vista de su juego de la X-Box.
Me reí, comprendiendo que ellos estaban escuchando todo lo que decíamos.
Edward
me miro atentamente, pasando su pulgar sobre mi labio inferior. Se inclino y me
beso suavemente. “Te amo” susurro.
“Yo también
te amo.”
Eventualmente,
nos dirigimos dentro de la cabina para estar con la familia. Edward tomo el
lugar de Rosalie en el juego de video y yo me acomode cerca de Esme en el sofá,
sintiendo ahora el ya cálido y familiar tirón propio de ella. “El tirón de Esme”,
había comenzado a llamarlo yo en mi cabeza. Podía sentir la invitación en el,
sentir la calidez que ella quería darme solo si yo lo deseaba, y me sentí feliz
de acurrucarme a su lado abrazándola. Miramos a los chicos jugar sus
videojuegos, Emmett maldiciendo como un marinero, sus expresiones mostraban
todo lo que él estaba sintiendo. Edward era una visión en contraste: mientras que
Emmett se hallaba al borde del sofá, sobresaltado y ansioso, Edward se sentaba
a su lado, apoyado contra el respaldo, con expresión insondable excepto por una
ocasional sonrisita complacida cuando hacia algo para molestar a Emmett. Una sarta
de insultos saliendo de los labios de Emmett poco después.
“Emmett.
Lenguaje.” Lo retaba Esme suavemente, mientras sus dedos jugaban con mi
cabello.
Rosalie
se acerco y se sentó cerca de mí en el sofá. Ella tomo una de mis manos,
observando mis uñas. “Nada mal.” La mire, y sus ojos encontraron los míos. Sentí
como mi espalda se enderezaba con un movimiento torpe mientras ella me
observaba sonriente.
“Que
estas pensando, Rosalie?” le pregunte súbitamente.
“Qué?”
Me pregunto, sorprendida.
“Perdona,”
murmure. “Yo solo pensé…yo sentí…”
“Que,
Bella?” me pregunto despacio. Sentí como Esme me acercaba con un abrazo,
dejando caer mi cabello de sus dedos por un momento.
Mire a
Edward y sus ojos me observaron por un segundo para volver luego al videojuego.
“No lo sé.
No era nada importante.” Balbucee. “Yo solo sentí algo en…mi espalda…y luego…
orgullo?” Murmure incoherentemente. Ella se me quedo mirando, moviendo su
cabeza. Volví a enfocar mi visión. “Lo siento. No sé qué pasa en mi cabeza últimamente.”
Me reí suavemente. Ella encogió los hombres y saco una botella de barniz de
uñas rojo sangre de su bolsillo.
“Te
pinto?” Me pregunto, sosteniendo el barniz cerca de mi cara para que yo viera
el color.
Me encogí
de hombros. “Seguro.” Ella tomo mi mano y comenzó a pintar mis uñas.
Luego de
unos veinte minutos, Carlisle se levanto de donde se sentaba en la mesa y
camino hacia mí. “Bella, te sentarías a charlar conmigo?”
Lo mire
y me acurruque más cerca de Esme por un momento antes de levantarme, para
dejarle saber cuánto disfrutaba de sentarme a su lado. “Claro.” Le dije
sonriendo. Edward le entrego a Alice el joystick y nos siguió hacia la mesa.
Carlisle
me sonrió, acomodando la espalda contra el respaldo de su silla. Al mirarlo,
súbitamente supe lo que estábamos haciendo. Estábamos volviendo a casa. Yo era
un vampiro, y nos estábamos yendo a casa. No me había dado cuenta
de lo mucho que necesitaba hablar con Carlisle hasta este momento. Era casi
absurdo lo mucho que teníamos que charlar.
Su
comportamiento era completamente afable. “Hola, Bella.” Me dijo, y sus hoyuelos
se veían profundos y adorables.
“Hola.”
Me reí. “Como esta Ud., Dr. Cullen?” El sonrió ante mi respuesta.
“Por
favor. Llámame Carlisle.” Dijo, sumándose a mi juego. “Yo estoy muy bien. Y tú?”
“Estoy
bien. Un poco…fría.” Dije guiñándole un ojo. Edward comenzó a reír, también.
“Bien.
Eso es totalmente normal.” Carlisle se inclino hacia adelante y me guiño un ojo
en respuesta.
“Créeme, soy un doctor.”
Eso
hubiera hecho desmayarse a toda la población femenina de Forks. Pensé, sonriéndole.
“Eso
escuche.” Conteste entre risas. “Escuche que usted es un excelente doctor. Dígame,
con toda esa experiencia, como mantiene esa apariencia tan juvenil, Carlisle?”
Esme se
carcajeo desde el sofá. “Puedes agradecerme a mí por eso.”
“Y lo
hago, amor.” El miro por sobre su hombro a Esme y sonrió.
Nos miramos
por un momento.
“Así
que…” dije, encogiendo mis hombros, aun sonriendo.
El se
rio nuevamente. Donde comenzar? Yo había pasado horas con todos menos con Carlisle,
la única persona que había visto mas transformaciones, conocía mas de este
mundo que cualquiera de nosotros, quien mejor que él para ayudarme en esta
transición hacia mi nueva vida.
El se esforzó
para recuperar la compostura. “Así que, estamos regresando a Forks…Te
sientes preparada para eso?”
“Por
supuesto.” Le dije simplemente. “Se que no necesito
estar allí, pero realmente me gustaría hacerlo…aclimatarme allí, creo.” Me encogí
de hombros.
“No te estaríamos
llevando si no pensáramos que puedes acomodarte nuevamente, y hacerlo con
éxito, relativamente a salvo.”
“Lo sé.”
Yo sabía que a lo que el se refería era a que no me dejaría acercarme a Charlie
hasta que fuera totalmente seguro para él.
“Bella,
lo estás haciendo increíblemente bien. Sé que solo has estado con
nosotros, y sé que Edward es un gran
apoyo para ti,” el lo miro mientras reconocía sus meritos, “pero aun así, estoy
muy impresionado por tus logros.”
Incline
mi cabeza asintiendo brevemente. “Gracias, Carlisle.”
“Volver
a Forks será duro, algunas veces. Tu no podrás pasar tiempo con tus amigos como
solías.”
Edward puso
cara burlona, “Eso seguramente te resultara bastante difícil.”
Le pegue
en el brazo simulando enojo. “Cierra la boca.” Murmure.
Carlisle
ignoro nuestra broma. “Y aunque creo que podrás verlo una o dos veces por la
tarde, tu no podrás pasar mucho tiempo con Charlie.”
Asentí
nuevamente. “Lo sé. Lo extrañare mucho. Pero supongo que tendré que escribirle más
seguido, dejándole saber que estoy bien. Lo mismo con Renee. Ella es mejor
hablando por teléfono de todos modos. Hablar con Charlie por teléfono es como
hablar con el almohadón de un sillón.” Sabía que Carlisle intencionalmente no había
mencionado a Jacob.
No había forma de que yo volviera a verlo jamás. Ciertamente
no hasta que supiéramos lo que mi don podía hacer, y probablemente después de
saberlo, tampoco. Me puso triste, muy triste, pero no valía la pena el riesgo
ni siquiera por un momento.
Carlisle
se aclaro la garganta; era el gesto de un profesional, de un medico profesional
a punto de discutir algo con un paciente. Sonreí. “Bueno, en verdad,
tú tienes una opción, si piensas que eso podría ser muy difícil. Quiero
que sepas que no necesariamente tienes que volver a Forks. Nosotros necesitamos
ir, por supuesto, porque yo debo ocuparme de los tramites en el hospital y
ayudar a encontrar mi remplazo. Pero tú puedes ir directo a New Hampshire, si así
lo prefieres. Después de que aterricemos en Seattle, el resto de nosotros
iremos a Hanover por un día o dos. Tú y Edward son bienvenidos a acompañarnos y
a quedarse allí si lo prefieres. Tu puedes comenzar a acomodarte allí antes de
que nosotros nos unamos a ustedes en el otoño.”
“Porque
se están yendo a New Hampshire ahora?” Le pregunte, confusa. Trate de pensar
que día era y me di cuenta de que todo lo que sabía era que estábamos en el mes
de Septiembre. Teníamos casi un año antes de comenzar la universidad.
“Tenemos
que firmar algunos papeles. Esme y yo encontramos una casa en Norwich, apenas
cruzando la frontera con Vermont. Tus hermanos…ellos van a reunirse con un
agente de bienes raíces del área para comenzar a buscar una casa para todos
ustedes.” Entonces dudo.
“Espero que eso este bien para ti.”
Asentí.
“Edward y yo tuvimos esa conversación. El ya lidio conmigo.” Me reí. “Estoy
totalmente de acuerdo con el plan.” Edward se acerco y beso mi mejilla. “Pero
si me dan opción, si están todos de acuerdo, yo realmente preferiría pasar mi
tiempo de adaptación en la casa de Forks. La familiaridad del lugar y eso…”
Carlisle
sonrió gentilmente y su expresión no me preparo en lo mas mínimo para lo que vendría
a continuación: “En algún momento, tu sabes, Bella…tendrás que fingir tu muerte.”
Sentí
que mi pecho colapsaba y percibí los ojos de Edward sobre mi cara, preocupado.
“Lo sé.”
Dije quedamente.
“Tomate
tu tiempo en Forks este año para decir lo que sea que necesites decirle a
Charlie. Nosotros probablemente estaremos allí hasta Junio. Creo que todos
coincidimos en que tu podrás alterar tu apariencia lo suficiente, especialmente
si solo lo ves un par de veces, y solo por la tarde. Pero, este año, debes
hacer lo que creas necesario para prepararlo de modo que el pueda seguir
adelante sin ti. Renee tiene a Phil. Asegúrate de que alguien cuide de Charlie.”
Carlisle fue tan directo, aunque su tono de voz era suave. Sus palabras eran
terriblemente duras de oír pero era infinitamente mejor el saber cuál era el
plan, saber que yo tendría una cantidad específica de tiempo.
Asentí
otra vez, acomodándome el cabello detrás de la oreja.
“Habiendo
dicho esto, Bella, nosotros tenemos la tendencia de permanecer entre nosotros
la mayor parte del tiempo, así que la menor cantidad de visitas será lo mejor
probablemente.”
Los ojos de Carlisle me miraban gentiles.
“Yo conocía
las reglas cuando firme.” Dije quedamente. “Y confío en que tú me harás saber
los limites.”
Edward se
acerco. “Ella confía en nosotros; solo no está de acuerdo en que tomemos todas las decisiones.” Dijo guiñándome
un ojo.
“Así
es.” Dije con orgullo, levantando mi barbilla.
“esa es
mi chica.” Grito Emmett desde el sofá.
Carlisle
tomo mi mano en un raro gesto. “Bella, tenemos mucho que averiguar acerca de tu
don, y creo que ninguno de nosotros tiene idea de lo que acontecerá este año
respecto a eso. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. Estoy aquí para
hablar, para pensar en voz alta contigo, para ayudarte a superar lo que sea que suceda. Es posible que algunas
de las cosas que te sucedan sean demasiado duras para Edward. Puede que él no
logre ser objetivo. Si ese fuera el caso alguna vez, yo estaré ahí para ti.”
“Gracias,”
Le dije suavemente, apretando su mano. Nos quedamos en silencio por un momento
mientras Carlisle soltaba mi mano.
“Esto ha
sido…raro para mí.” Admitió Carlisle.
“¿En qué
sentido?” Le pregunte, curiosa.
“Yo
transforme a Edward y lo ayude a través del proceso. Transforme a Esme,
Rosalie, Emmett…” Miro a cada uno de ellos. “Pero no a ti. Fue tan perfecto, tan
correcto, el modo en que sucedió entre ustedes dos, pero para mí fue extraño no
participar realmente. Tú estabas tan quieta. Tan callada. Edward te hablo todo
el tiempo. Ustedes tienen unas anécdotas maravillosas juntos.”
Dijo lo último
más para sí mismo que para nosotros. Pareció erguirse un poco, comprendiendo
que se había perdido en sus propios pensamientos.
“Siento mucha dicha al verlos
juntos. Probablemente más de lo que puedo explicarte, Bella. Es difícil, sin
embargo, porque el proceso de transformación y la enseñanza posterior es la
forma en que normalmente comenzaba a relacionarme afectivamente con mi familia.
Tú y yo tendremos que encontrar tiempo para pasar juntos y conocernos a falta
de esa conexión. ¿Okay?”
Le devolví
la sonrisa. “Suena bien.” Carlisle miro a Edward por un momento comunicándole
algo en silencio y Edward asintió a mi lado.
“Bella
–” Comenzó a decir Edward.
Lo
interrumpí, riendo. “¿Tu sabes que me desquicia totalmente cuando hacen eso?”
“Totalmente.”
Rosalie y Esme dijeron eso al unísono desde el sofá. Todos nos reímos.
Edward
murmuro, “Perdona. Esa es una costumbre que será difícil de romper.”
Carlisle
se rio, mirándonos. “Lo que debí haber dicho en voz alta,” miro por sobre su hombro a Esme y ambos se rieron, “es que
tu podrás esconder los cambios lo suficientemente bien.”
Edward hablo
en voz alta, “Tus ojos son iguales. Eso, el color de tu piel, y los movimientos
son las cosas físicas más difíciles de esconder. Tú aun te mueves muy rápido, pero
podemos trabajar en eso. Puedes atarte el cabello, ponerte algo de maquillaje, y
usar tu Antigua ropa, y –“el se interrumpió, leyendo los pensamientos de Alice.
“Alice tu ya has sido vetada en la elección de la ropa para la visita a Charlie.”
Emmett silbó.
“Alice, será demasiado que ella vuelva toda elegante vestida de Prada y Gucci. No
se verá como Bella. Charlie se daría cuenta.”
Me reí,
sacudiendo mi cabeza ante el insulto no intencionado, y le sonreí a Alice tratando
de ser simpática. Ella revoleo sus ojos y murmuro, “No, por favor.”
“Como decía…desde
ya, tu hermosa piel y tu brillante sonrisa puede ser atribuida a los beneficios
de la vida de casada?” Dijo Edward, sonriendo orgullosamente y señalando su
pecho con el dedo pulgar.
Jasper nos
miro desde la otra mesa. “Si, Edward. Cuando Charlie pregunte porque Bella luce
como una diosa griega tu puedes simplemente responderle, ‘Nosotros tuvimos una grandiosa noche de bodas.’ Eso le caería
muy bien.”
“Hazlo. Las
armas de fuego no pueden matar vampiros.” Balbuceo Emmett desde el sofá, mientras
sus dedos pulsaban velozmente los botones del joystick al tiempo que Alice se
carcajeaba, claramente pateándole el trasero en su video juego.
“Analicemos
esto racionalmente, hagamos un plan.” Comenzó a decir Carlisle y todos gruñeron.
Mire alrededor de la habitación, sorprendida. Ellos se estaban burlando de Carlisle.
Levante mi ceja mirándolo y el se rio fingiendo asombro. “Esto nunca sucede,
no sé qué tipo de motín has provocado, Bella.” Me embromo. “De todas formas, pensemos
sobre esto: en que te ves diferente?”
“Umm, en
todo?” Murmuro Rosalie.
“No, de
verdad.” La detuvo Carlisle, poniendo su mano en alto. “No en todo.
Sus
ojos se ven igual; los bordes borgoña de en sus iris no serán muy obvios por la
tarde, especialmente para ojos humanos.” El observo mi cara, mirándome desde
varios ángulos. “Y obviamente ella esta mas pálida.” Era casi como si yo no
estuviera presente en la habitación.
“Bella siempre
fue pálida.” Apunto Emmett desde el sofá.
“Gracias.”
Le dije irónica.
“Qué? Es
cierto. Quieres que te mienta?”
“Si.” Respondí
y el se rio.
“Al
menos ella no se pintaba hasta parecer una zanahoria como algunas de las chicas
de la secundaria de Forks.” Murmuro Alice.
Carlisle
continuaba su escrutinio, sus ojos miraban mis brazos y hombros fuera de mi musculosa. “Ella se ve
mas fuerte, más definida,” Sus ojos se movieron sobre mi remera ajustada y mis
shorts. Me encogí contra Edward. Carlisle continuo, sonriendo inocentemente,
¨Si,
ella tendrá que usar su antigua ropa.”
“Tu también,
Carlisle?” le pregunte, moviendo mi cabeza fingiendo desaprobación. “Mi ropa de
antes era tan fea?”
“Si,”
Alice y Rosalie dijeron al unísono al mismo tiempo que Edward y Esme decían,
“No.”
Todos nos reímos.
“Su
cabello es más abundante – tendrá que atárselo en una cola de caballo si va a
ver a Charlie.” Me examino Rosalie, con ojos estudiosos. Yo me quite algo de
cabello de la cara y mordí mi labio, sintiéndome incomoda ante tanto escrutinio.
“Ella es
buena con los gestos.” Dijo Jasper quedamente.
“Si, lo
es.” Carlisle coincidió, asintiendo con la cabeza aprobadoramente.
“Siempre
lo fue.” Me sonrió Edward. Le eche una mirada fulminante, No los alientes! El se rio y yo no pude evitar sonreír.
“No
muestres mucho tus dientes, tesoro.” Agrego Esme. Yo apreté los labios en
respuesta.
“Los
labios. Eso puede ser un problema. ” Dijo Emmett, mirando mi reacción, y Rosalie
le tiro un almohadón. “Qué?” Pregunto. “Se ven diferentes, eso es todo lo que
digo.”
Edward
chisto. “no creo que Charlie lo note.”
Carlisle
estudio mis labios. Yo mire hacia afuera, por la ventana. Puedo irme ahora? “Es
verdad. Se ven más rellenos.” Dijo el pensativo.
Finalmente
eso fue demasiado. “Se están burlando de mi con todo esto?” Les grite.
Edward se
rio a mi lado. “Wow, duraste mucho más de lo que esperaba. Estoy impresionado.”
Me susurro al oído, “Tu firmaste por toda la eternidad, mi amor. Solo estas
escuchando lo que ellos eligen decir en voz alta. Acostúmbrate a esto.”
“No hay
reembolso con esta familia, hermanita.” Dijo Jasper, con los ojos enfocados en el
rompecabezas sobre la mesa. “Nosotros estábamos en la mesa de saldos con los
chocolates viejos y las películas de Steve Guttenberg.”
Alice me
miro brevemente antes de volver la mirada al juego. Su voz sonó segura, a la
luz de mi agonía. “Ella nunca uso lápiz labial antes. Lo usara ahora. Con eso estará
bien. No tendré problema ayudándola a verse normal, especialmente si solo sale
por las tardes. Cambiemos de tema. Ella se irá dando un portazo si no dejamos
de examinarla.”
“Bella odia ser examinada.” Se rio Jasper, mirándome.
“Realmente
lo odio.” Acorde, sonriéndole. “Y gracias por notarlo, Jasper. Realmente debí
haber comprado algunos chocolates rancios para ti cuando estuve en la tienda.”
Jasper chisto
y sacudió la cabeza, “La próxima vez.”
El se puso de pie y miro a Carlisle. “Hora
de atracar, Jefe.”
Carlisle
me miro y se rio, dándose vuelta hacia mí. “Que suerte que eres buena perdedora.”
El y Jasper se fueron hacia el cuarto de control.
*****
Nosotros
tomamos nuestras maletas y dejamos el barco en una guardería en la marina en
las afueras de Rio. Tres limos blancas nos esperaban en la esquina. Edward y yo
nos subimos a una con Jasper y Alice. Carlisle, Esme, Rosalie, y Emmett se
subieron a otra. La tercera cargo todo nuestro equipaje.
Apoye mi
cabeza contra el respaldo. “Eso fue terrible chicos.” Suspire.
“Tu no
conoces lo que es terrible aun.” Me sonrió Edward, malévolo. “Alice y Rose van a llevarte de
compras cuando regresen de New Hampshire.”
Suspire. “Okay.”
Alice se
volteo rápidamente, con expresión excitada. “Okay? Dijiste okay?”
Los tres
me miraban sospechosamente.
“See.
Okay.” Dije, a la defensiva. “Capte la indirecta. Ustedes están cansados de mis
jeans y mis remeras viejas.”
“Alice.” Edward la reto.
“Bella, nosotros
no intentábamos insultarte antes.” Me calmo Alice.
“Claro.”
Me reí.
Edward
puso su brazo alrededor de mí. “Tu te ves adorable con lo que te pongas.”
“Gracias,
mi esposo.” Me acerque para besarlo.
Jasper se
rio, sacudiendo la cabeza. “Bella, tengo que admitirlo, no tengo ni idea de lo
que usabas antes de la isla.”
Alice lo
miro, shockeada. “Acaso no te enseñe nada?”
El se encogió
de hombros, indefenso. “Durante toda esa conversación yo estaba tratando de recordar
lo que solía usar Bella. Lo siento. No puedo recordarlo.”
“Exactamente.”
Sonrió Alice, triunfante.
Mire a Edward
y revoleo los ojos. El se acerco y me susurro, “Tú sabes que lo que más me gusta
ver en ti son los culotes de encaje azules o nada de nada.” Me beso el lóbulo
de la oreja.
“Lo
sabia!” Aplaudió Alice, y luego se volvió a sentar calladamente cuando vio la
expresión de Edward.
“Qué? Yo sabía que te iban a gustar esos.” Lo desafió por
ponerle mala cara antes de sonreír, asintiendo, y volviendo su atención fuera
de la ventana.
El viaje
hasta el aeropuerto duro poco, con Edward y Alice discutiendo lo que Edward quería
que buscaran en la nueva casa en New Hampshire. Yo sabía que él quería ir con
ellos a ese viaje, pero honestamente no me veía yendo a una nueva ciudad y
mirando casas en este momento. Era muy abrumador para mí y el nunca esperaría
que yo lo hiciera.
Me perdí
en pensamientos mirando por la ventana, tratando de procesar todo lo que había
sucedido en las semanas previas. En un punto sentí que comenzaba a volver loca
pensando en todo aquello. No podía recordar todos los detalles y comencé a
entrar en pánico, sintiendo como si nada de eso hubiera sucedido, como si fuera
a despertarme sola en mi cama en Phoenix, para descubrir que el ultimo par de
años solo habían sido un sueño. Interrumpí la conversación.
“Chicos? Esperen.” Todos
dejaron de hablar y me miraron. “Acaso estoy…soñando todo esto?” Dije, tratando
de tragar el pánico en mi voz.
Edward se
enderezo en su asiento, preocupación arrugando ahora su frente. “Bella?” me
pregunto, un borde de ansiedad teñía su voz.
“No.” Dijo
Jasper calmadamente.
“Estas
seguro?” Mire a Jasper mientras me sentaba derecha en mi asiento.
“Absolutamente.”
Asintió hacia mí. “Nosotros somos tus hermanos políticos vampiros. Tú eres una vampiro
ahora porque tu multi-sulti-trillonario esposo, el tipo más guapo de la
secundaria de Forks, te mordió en un momento de pasión mientras estabas pasando
tu luna de miel en la isla de tu suegra. Tú tienes unos ardientes y rellenos
labios y un cuerpazo de novela. Eres inmortal y tienes un poder que te permite
sentir las necesidades de otros y ayudarlos. No estás soñando.” El me sonrió y enarcó
una ceja. Lo ves?
Simple.
Yo
largue una carcajada, y me acomode hacia atrás en mi asiento. “Correcto. Solo
chequeaba.
Suena totalmente razonable cuando lo pones de ese modo.”
Alice y
Edward miraban de un lado hacia el otro entre Jasper y yo.
“Estas
bien, Bella?” Pregunto Edward suavemente.
Lo mire,
sonriendo mientras volvía a asimilar toda mi realidad. “Si. Solo tuve…una
sobrecarga menor de escepticismo. Estoy bien.”
El beso
mi frente. Jasper me guiño un ojo e hizo el gesto de loco con un dedo alzado al
costado de su cabeza. Le gruñí, mostrándole mis dientes filosos. El balbuceo, “Boo!”
Y formo garras con sus manos.
Yo pretendí
que gritaba asustada. “Ahh!”
Edward y
Alice dejaron de hablar otra vez y nos miraron. “Chicos, ustedes necesitan un
momento a solas?” Pregunto Edward calmadamente, frunciéndome el ceño.
“No. Estoy
bien.” Le sonreí, y me incline para besar su cuello. Jasper hizo de cuenta que
nada había pasado, y se sentó a mirar fuera de la ventana, sonriendo.
*****
Abordamos
el avión en silencio. Carlisle saludo al piloto y todos me miraron. Me di
cuenta de que ellos me había rodeado en una formación tipo militar para subir
al avión: yo estaba completamente rodeada por mi familia. Estuve a punto de
fingir que flipaba pero me detuve cuando escuche a Jasper susurrar, “Sin
travesuras, pequeña demonio,” detrás de mí. Lo mire y le saque la lengua. El piloto olía a
colonia barata cubierta de jamón. No era para nada apetecible. Yo no
podía estar menos interesada. Edward aflojo su apretón a mi brazo cuando se dio
cuenta de que yo estaba bien.
El y yo
nos sentamos en un sofá que se apoyaba contra una de las largas paredes del avión.
Pequeñas mesas redondas se esparcían a intervalos frente al largo sofá. El otro
lado tenía confortables sillas dispuestas en pares, enfrentadas una a cada lado
de pequeñas mesas. Me senté en el sofá, abriendo uno de los catálogos de
muebles de Esme que se encontraba en la mesa frente a mí. Edward se acostó en
mi regazo, y se puso sus auriculares en los oídos, prendiendo el iPod.
Carlisle
vino y se sentó frente a nosotros, recostándose en el sofá. “Estas bien?” Yo sabía
que él me estaba preguntando sobre el piloto.
“Si,” Dije,
sacudiendo mi cabeza. “Yo creo que él se tomo una botella de Old Spice para
bajar el sandwich de jamón antes del vuelo. No gracias.”
Carlisle me miro maravillado. “Es increíble. Yo olí el jamón y
la colonia también, pero la sangre es siempre más fuerte que cualquier otro
aroma.” El encogió sus hombros y sacudió la cabeza otra vez. Se quedo quieto
por un momento, luego: “Disculpa lo de hoy más temprano.” Me dijo en voz baja.
“No quise hacerte sentir examinada.”
Yo sacudí
la cabeza. “Por favor no te disculpes. Yo sabía lo que estaban haciendo,
tenemos que definir como hacerme pasar desapercibida para poder vivir allí un
tiempo.” Le sonreí.
“Esta familia…solo lleva un tiempo acostumbrarse. Realmente.
Solo…que, fui de Charlie a solo Edward y yo y ahora todos nosotros…es un ajuste
grande. No hay muchos secretos entre ustedes. Todos dicen lo que les viene a la
cabeza.”
Edward murmuro
gruñón desde mi regazo, “En verdad, uno pensaría eso, pero no es realmente así.”
Encogí
mis hombros, dispuesta a aceptar eso, y luego me di cuenta de que ellos debían
tener unos pensamientos bastante locos si yo solo estaba escuchándolos con
filtro.
Nos
sentamos en un silencio confortable por un tiempo, Edward escuchando su música,
Carlisle, Esme y yo mirando catálogos de muebles para las casas nuevas.
Jasper camino
hacia la gran pantalla plana de TV y puso The Blues Brothers. Miramos la película,
leímos algunos libros, charlamos, jugamos cartas, y nos sentamos en silencio
durante el largo viaje a Seattle. La cantidad de tiempo que teníamos que llenar
durante cada día comenzaba a registrarse en mi cabeza. Me pregunte como iba a
llenar las horas sin ser capaz de cerrar mis ojos y dormir, cuando no pudiera
estar a solas con Edward y nuestra intimidad en momentos como este en que estuviéramos
todos juntos.
Mire a Edward
cuando el piloto hablo por el intercomunicador y nos dijo que aterrizaríamos en
veinte minutos. “No tengo idea de que día es hoy.” Le murmure. El me miro por
el rabillo del ojo, con expresión divertida en su cara. “De verdad no sé. No te
burles de mi.”
“Es…martes.”
Dijo quedamente, mirándome. Luego enarcó una ceja.
“Qué?” Le
pregunte, confundida con su expresión.
El
chisto suavemente y sacudió la cabeza. “Nada.”
“Yo solo
perdí la noción de las fechas. Podría ser Octubre. Si me dices que es Octubre
te creo.” Me recosté contra él.
“No es Octubre.”
Me dijo suavemente. “No todavía.” Me beso suavemente y pude sentir la
sonrisa en sus labios.
“Extraño
dormir.” Dije, al pasar.
“Lo sé.”
Coincidió, mientras sus labios se movían sobre los míos. “No tengo idea como sobreviví
sin ti por tanto tiempo.” Yo supe exactamente lo que él quería decir.
*****
Después
de aterrizar, nos despedimos del resto de la familia y ellos se dirigieron a
tomar su otro vuelo hacia New Hampshire. Era bien entrada la tarde cuando las
dos limos aparcaron al frente de la casa en Forks y nuestro conductor se bajo, y
camino hacia el otro auto para ayudar a bajar todas nuestras maletas. Edward normalmente
habría ayudado, pero él estaba acompañándome adentro de la casa, sosteniéndome
fuertemente del brazo.
“Estoy
bien.” Le prometí, hablando bajo y rápido. “El realmente huele a gatos. Juro
que debe tener al menos cuarenta gatos en su casa, podía olerlos a través del
vidrio divisor todo el viaje. Me los imagino: ellos comen de pequeños bowls por
toda la mesada de la cocina y luego se acuestan y hacen su siesta allí.” Me
sentí algo así como nauseosa.
Edward
se rio a mi lado.
“Yo olí los gatos también. Pero debo decir, es bastante
gracioso sentirme afortunado de que su sangre todavía me huelo apetitosa. Tú te
ves bastante asqueada.”
Edward volvió
a salir para darles la propina a los choferes y comenzar a entrar las maletas
en la casa. Yo salí a ayudarlo y juntos llevamos todo el equipaje arriba. Una
vez que todo estuvo puesto en la habitación correcta, Edward me tomo en sus
brazos y me beso hambriento, su cuerpo se apretó contra el mío.
“Espera.“Le
dije suavemente. “Quiero ducharme.” Me estaba sintiendo pegajosa y poco sexy.
Edward asintió
y me beso la nariz dulcemente. “Ve. Luego me encuentras abajo cuando termines.”
Yo sabía que él iba a tocar su piano.
Me duche
rápidamente, me hice un rodete con mi cabello y me puse una de las remeras de Edward.
No quería lidiar con mi maleta aun. Me mire en el espejo y decidí
prescindir de la remera también. Estábamos solos, por ahora. Bien podíamos
tomar ventaja de la situación.
Baje las
escaleras y la música que venía del living me aflojo las rodillas. Camine
dentro de la habitación y me quede observando a Edward de espaldas a mí, lo
mire tocar su pieza, sus dedos acariciaban las teclas en los más hermosos
movimientos. Su cuerpo parecía formar parte del piano, parte de la melodía. El
no se movía mucho, no golpeaba las teclas dramáticamente, pero sus movimientos eran
fluidos y sensuales. Mirando con cuanta gracia se movió, tuve la abrumadora
urgencia de bailar otra vez con él. Escuche como se cortaba mi respiración mientras
inhalaba. Edward se volteo levemente y vi que estaba sonriendo. El se volteo
nuevamente cuando se dio cuenta de que yo estaba desnuda.
“Ven aquí.”
Me dijo, sus dedos continuaron sin esfuerzo tocando la melodía. No pude evitar
notar que la tapa del piano estaba baja. Me pregunte si eso sería porque
resultaría demasiado estruendoso dentro de la casa, o porque él me quería sobre
su piano. Yo supe lo que quería hacer.
Camine detrás
de él y luego me subí livianamente sobre el piano, acostándome sobre mi
estomago, descanse mi mentón sobre mi mano, y lo mire. El me sonrió,
asintiendo, y luego volvió a mirar las teclas.
“Que
estas tocando?” le pregunte suavemente.
“Chopin. Nocturne in C sharp minor.” Me contesto. “Te gusta?”
“Mmm. ‘Gustar’
es una palabra obscenamente inadecuada.” Le susurre. “Estoy impresionada
contigo.” Sus dedos se movían fluidos y fuertes, los músculos en sus brazos se
crispaban con los movimientos.
“Es lo
que toque sobre tu cuerpo el otro día.” El termino la pieza suavemente y me
miro. Yo estaba en silencio, recordando. Le sonreí, completa y profundamente
enamorada.
“Ven aquí.”
Dijo otra vez, acercándose para besarme. Me incline hacia abajo y apreté mis
labios contra los suyos, dejando que mi boca se abriera levemente.
“Edward…”
Gemí, queriendo que el siguiera tocando pero deseándolo dentro de mi también.
El me
miro y luego miro la tapa del piano. “Siéntate en el borde,” me instruyo, ayudándome
a mover mis piernas del modo que él las quería. Coloco mi cola justo al borde
de la tapa del piano y abrió mis piernas frente a él. “Acuéstate… de esta forma.”
Me dijo suavemente, colocando mis pies sobre sus hombres. “Quiero que realmente
sientas la música a través de mis brazos.”
Comenzó
a tocar y con sus hombros moviéndose debajo de mis pies me sentí como una de
las teclas, moviéndome arriba y abajo con la música. Era una pieza dura, podía
sentir algo triste, pero en la forma en que Edward la tocaba se sentía sensual,
llena de amor. Yo mantuve el peso al mínimo sobre sus hombros, apenas sintiendo
sus manos moviéndose debajo de mí. La melodía era hipnotizante, el piano
vibraba bajo mi espalda. Cerré mis ojos y deje que me poseyera, el sonido lleno
mi cabeza; la sensación de sus brazos moviéndose me capturo profundamente
dentro de la música. Sentí su aliento contra mí y me sobresalte, comprendiendo
lo que él estaba haciendo. Sus labios se presionaron contra mi sexo suavemente,
moviéndose al ritmo de la música.
Sentí su
lengua empujando suavemente contra mí, su boca gimiendo ante la sensación. Sus
movimientos no intentaban acercarme al clímax, eso estaba claro. El me estaba
mostrando cómo se sentía la música para él, en que estaba pensando mientras
tocaba. Yo quería llorar.
La sensación de su boca sobre mi,
mientras el tocaba una de las piezas más hermosas que yo había escuchado jamás me
hizo llevar mis manos hacia mi cara, tratando de calmarme.
Respire hondo
mientras terminaba la canción. No podía pedirle más, pero hubiera dado
cualquier cosa para que continuara. Antes de que pudiera decirle nada el comenzó
de Nuevo, la segunda pieza era más ligera, liviana. Su boca comenzó a presionar
suaves besos contra mí, su lengua giraba sobre mi piel. La sensación era
completamente diferente esta vez, leve, gentil, sus labios como aire contra mí.
“Bella,”
susurro. Levante mi cabeza para mirarlo y sus ojos estaban cerrados, su cabeza
se movía levemente contra mi mientras tocaba; el estaba completamente perdido
en las sensaciones combinadas. Esta pieza tenia más movimientos rápidos y sus
hombros se movían suavemente bajo mis pies. Yo no podía dejar de mirar su cara,
no podía creer cuan hermoso era.
La pieza
termino después de varios de los más increíbles minutos de mi vida. El beso mi
suave piel otra vez, se echo hacia atrás, y abrió los ojos para mirarme.
“Como se
llaman esa piezas?” Dije expirando, apenas capaz de vocalizar.
“La
primera fue Canción sin palabras de Mendelssohn. La segunda fue Berceuse para
Piano en D Flat Major de Chopin.” Dijo suavemente, mirando sus manos.
“Ambas me hacen pensar en ti. Cada canción me hace pensar en ti de algún modo. Pero
esas dos…casi me parten a la mitad cuando las toco ahora.”
Sus ojos encontraron
los míos y la intensidad en su mirada me hizo sentir como si me cayera.
El miro
las escaleras, y luego me sonrió.
“Bella,
por favor dame un minuto y luego ven a verme en nuestro cuarto, okay? Quiero
buscar algo para ti.”
Asentí, aun
incapaz de formar un pensamiento coherente. El se puso de pie y camino hacia
las escaleras, las subió mirando una vez hacia mí, yo aun estaba sobre el
piano, solo mirándolo subir. Lo vi sonreír ampliamente antes de desaparecer,
escalera arriba.
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Bueno mis amores,
este ha sido el tan esperado capitulo 9!!!!
Les pido disculpas por la falta de ilustraciones geniales a las que nos tiene acostumbradas nuestra querida Lady G, pero como ella esta recibiendo, en cualquier momento ya, a nuestro sobrinito-ta mas esperado...solo les queda leer mi traducción y hacer uso de su imaginación hasta que nuestra amiga vuelva al ruedo.
Besotes Culposos y ansiedad por el parto de Lady G,
Mrs.Jones